Capítulo 4: Ángel.

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Esa noche no pude dormir, no podía dejar de pensar en lo que hice con Mariand, era algo nuevo en mí, tampoco podía olvidar el hecho de que era una bruja y de su historia, cómo es esto posible, aún no puedo saberlo. Como no podía dormir, tome el libro que estoy leyendo y empecé a leer. El libro se llama Hush Hush, me ha parecido muy interesante y la verdad que desearía ser Patch, Patch es como el personaje principal de la historia, es un ángel caido y es sorprendete todo lo que pasa en esta historia, con lo que sé ahora a cerca de las brujas, la verdad que estoy pensando realmente que existen personas como Patch en el mundo real.

Es la mañana de un lindo sábado y voy a la habitación de mi tia y ella esta ahí con un señor muy desagradable a simple vista, su habitación huele mucho a alcohol y hay ropa sucia por doquier. Voy y preparo mi desayuno, como y voy a bañarme, me visto y salgo de mi casa sin un rumbo fijo, pero con las ganas completas de salir de la casa ni lo noto. Decido ir a un centro comercial e ir a una librería que queda allí a comprar un libro, porque recuerdo que la noche anterior termine Hush Hush.

Estando allí pienso en comprar la segunda parte de Hush Hush, pero algo me decía que no. Cuando estaba en busca de un buen libro o por lo menos que me llamara la atención, se me a cerca una chica a atenderme. Dios mío, es hermosa, tiene un cabello ondulado color café claro, unos labios con un grosor perfecto y ojos cafés claros.

- ¿En qué puedo ayudarte? -me dijo
- Tranquila, solo estoy mirando.- le dije observando su hermoso rostro.
- Lastima no poder servirte en algo, me llamo Ángel, cualquier cosa me buscas.
Asentí.

¿En serio? ¿Le dije que nada? ¡Qué estúpido! Desearía haber hablado un poco más con ella. Ángel, realmente parecía uno, era espléndida, hermosa. Escogí "Lxver" realmente se ve interesante. Cuando fui a la caja, Ángel estaba ahí, ella estaba también de cajera, ella recibió el dinero y nuestras manos se rozaron, como reacción instantánea la mire y me puse rojo, ella sonrió y cuando lo hizo me puse peor de nervioso, su sonrisa es fantástica.

- Buena elección.- dijo Ángel.
No pude ni responder, así que sonreí.
- Pude ver que no me necesitaste.- Dijo ella.
- Te necesito.- ¿Cómo dije eso? ¿Qué me pasó? ¿En qué estoy pensando?
Ella sonrió.

Salí rápido a penas ella termino, tenía mucha pena y miedo. Me dirigí hacia un medio bosque que quedaba cerca, me senté y saqué mi libro para empezar a leerlo. Cuando lo saqué, salió un papel a volar, lo vi y decía "en caso de una útil necesidad escríbeme, Ángel." y aparecía un número de celular, no me aguanté las ganas y la llame, pero no respondió la llamada, tal vez estaba trabajando aún. Comencé mi lectura y me perdí en esta. Los libros han sido mi único apoyo, que tienen los libros que un amor ideal no pueda tener. No he conocido mejor relación que la de los libros y yo.

Por un momento recuerdo a Mariand y vuelve en mi pensamiento el que ella sea una bruja, pasan los días, y aunque ya se me es chistoso, aún no entiendo nada. Recuerdo la tarde anterior y como fue de fantástica. Miré el reloj y eran las 3 de la tarde, el tiempo se ha pasado volando, decido en ir por algo de comer y vuelvo al centro comercial a ver distintas posibilidades. Cuando estoy en la plazoleta de comidas decido comer un sándwich en Subway. Me siento y empiezo a comer. Cuando voy a mitad de mi sándwich veo hacia los lados y me doy cuenta de que Ángel estaba cerca, trato de quedarme mirándola esperando a que nuestras miradas se conecten pero soy interrumpido en el momento en que alguien se sienta al frente mío, volteo a mirar y era Mariand.

- ¿Hola?- le dije
- Ya te dije, te pido algo de amor, trátame con más cariño.
- Cierto, lo había olvidado.

Me doy cuenta de que Ángel se a cerca hacia mí.

- Lo siento por no contestar tu llamada, estaba trabajando, ¿Al fin lograste necesitarme?- dijo Ángel.
- ¿Quién es ella, bebé?- dijo Mariand, seguido de esto me dio un beso en la esquina de mi labio. ¿Por qué lo hizo? ¿Bebé? ¿Qué le está pasando? ¿Y ese beso? Ángel me miro con una cara algo mala, pero su cara era tan tierna y angelical que casi ni se notaba.
- Creo que aquí estorbo.- dijo Ángel.
- No, quédate.- dije esto y me doy cuenta de que no hay mas sillas porque ya Mariand habían ocupado la única que quedaba cerca. Ángel me mira con cara de ¿En serio?
- No hace falta- dijo Ángel y miro su reloj- ya debo volver al trabajo, adiós, ¡Oh! No me dijiste como te llamas.
- Stefan, Stefan Lincourt.- Respondí
- Señor Lincourt, estaré esperando su llamada, adiós.- dijo esto y se fue.
- ¡Gracias!- le dije a Mariand con una voz de sarcasmo una vez Ángel no estaba. Cogí mi libro y mi sándwich y me fui.

El resto del día lo pase encerrado en mi casa, hasta cuando era al rededor de las 8 de la noche decido llamar a Ángel.

- Los ángeles en la tierra vienen disfrazados al parecer de chicas con nombre Ángel, que poco se saben esconder.- dije
- Hola Señor Lincourt- dijo Ángel, hubo un momento de silencio, pero pude sentir una risa no de burla, ni de chiste si no de felicidad- gracias por lo que se me otorga.

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