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Dio su mejor sonrisa al espejo. Empezando a la vez haciendo poses, una cada vez más rara, tratando de llenarse de confianza.

Suspiro cansado de su propia torpeza, a sus 31 años seguía sin saber cómo expresarse con la gente, era lamentable, pues a veces pensaba que no podía cambiar, pero a la vez pensaba que tampoco era el frío ruso que antes era, pues ahora tenía amigos y gente con quien convivir, e incluso hacer del bobo.

Pero no podía hablar de su enamoramiento, con nadie que no sea su reflejo podía hablar de esto, sus sentimientos profundos hacia su mayor eran pesados y complicados.

No sabe cuándo iniciaron, pero cada vez que estaba junto a su mayor se sentía como un joven inexperto. Y no era de menos, solo había tenido una novia en esos 31 años de vida, y era porque aparte de ser frío y callado, era otaku introvertido. Nada de eso ayudaba.

Y menos ahora que quería empezar a coquetear, o al menos intentar algo con Conway, pero se podían nervios y su poca autoconfianza se bajaba cuando el mayor le soltaba un chiste subido de tono, algo en él, pero que no evitaba que sus mejillas se sonrojaran, era torpe para seguir el juego, y trataba de no ilusionarse, pues sabe que es casi 9 años menor que su amado, y que a veces le llamara hijo.

Escupió la pasta de dientes hacia el lavado, enseguida enjuagó su cepillo y terminaba de quitar rastros de dicha pasta de su boca.

Suspiro una vez más después de ver su reflejo por última vez.

Era alrededor de las 4 a.m. y él entraba a las 7:30 a.m., aún tenía bastante tiempo para volverse a dormir, pero últimamente no puede volverse a dormir.

Salió del su baño, dirigiendo con paso lento a su armario, sacando su ropa de Comisario, aquel conjunto de camisa vino, esta vez, y su pantalón de vestir negro, lo miro, y luego miro su ropa puesta, sacando una pequeña risita.

A veces le causa risa su contraste con su yo en casa y su yo en comisaría.

Pues traía una camisa holgada del logo de Overlord y un pantalón de pijama con patrones de All Might.

Empezó a cambiarse, tiene la costumbre de bañarse en la noche para que no sufriera del frío de la mañana, aun cuando ya esté acostumbrado a fríos horribles.

Salió de su habitación, ya cambiado, pasando por su largo pasillo hasta la Sala de estar, en realidad, su departamento era grande pero solo se ve lleno por los muebles que venían incluidos, solo ocupa su habitación y debes en cuanto su cocina.

Encendió su televisión para ver las noticias, pero encontró un largo comercial de un producto basura, era un trapeador multiusos.

Lo dejó encendido, a veces, como ahora, le gustaba el ruido del ambiente, caminado a su cocina esperando que mágicamente apareciera un desayuno perfecto, como aquellos que hacia su madre en su tierra natal.

Aunque no recordará el rostro de su madre, aun sentía sus abrazos calientes en los fríos inviernos de su pueblo, ella murió antes que terminarla su segundo año de kínder, por una edad alrededor de los 5 años, pero si recordaba que era una hermosa mujer, de un cabello negro liso. Recordó que por su padre atuvo el pelo albino, y se pregunta cómo le quedaría el negro a él.

El Comisario, Víktor Volkov, frío y distante, que mide casi dos metros, le tiene miedo al aceite y a la estufa en general. Comiendo de puro recalentado que le dan sus vecinos, o de comida precocinada que venden en las tiendas de 24 horas. O solo un cereal chocokrispis, o incluso un Confleis, que le hace recordar a su enamorado.

Hoy tenía humor al cien por ciento, así que se preparó un Confleis, tenía que tener buena suerte si quería empezar a revelar sus sentimientos hacia Conway, todo le ayudaría, aun si no creyera en esas cosas. Esta dispuesto a intentarlo si eso le da el valor que nunca tiene para empezar este nuevo rumbo, pero sus orejas se ruborizan de solo pensar en que podía aprender hacer de comer para alimentar al mayor.

Obsession  🚩Nadanway🚩 InconclusaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora