VIII

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— ¿No le compras juguetes a Chaeyoung? — preguntó Nayeon con sorpresa.

Estaban descansando en la sala de juegos de las híbridas, con una linda conejita dormida sobre el pecho de Nayeon, mientras Mina devoraba las galletas que su amiga había hecho para acompañar con el café que ya habían terminado.

— Creo que debe tener alguna pelota con cascabeles o algún peluche — dijo la castaña, con una mueca pensante — Sé que en algún momento le dí algún juguete, pero no sé a dónde habrá quedado... A Chaeyoung no le gustan mucho.

Nayeon pensó un momento, acariciando las suaves orejas de Dahyun.

— Al principio a Momo tampoco le gustaban los juguetes, le compraba de todo pero nunca los usaba. ¿Sabes qué quería?

Mina la miró, esperando que hablara.

— Quería mí atención, así que desde entonces juego con ella todos los días, intento estar con ella una hora, aunque esté ocupada — dijo — después de unos días comenzó a jugar sola.

— ¿Dices que no le doy atención a mi gata?

— Exactamente.

La menor miró a su amiga con el ceño fruncido.

Nayeon se encogió de hombros.

— No sé, inténtalo. Todos los híbridos son diferentes, quizás sea como dices y no le gusten los juegos.

Mina asintió, un poco molesta. Ella conocía a su gatita.

— Pero siempre juegan a algo, Mina. No sé, prueba uno de esos lásers, son geniales — Nayeon sonrió por todas las imágenes graciosas de los videos de gatos jugando con ese punto rojo en la pared —. Tendría uno con Momo pero es muy bruta y me rompe los muebles — añadió, recordando todos sus fallos.

Bad luck | Michaeng Donde viven las historias. Descúbrelo ahora