Esclavitud Neko

Capítulo 03

Kyoka permaneció tensa mientras el auto avanzaba lentamente por el largo camino de entrada de la mansión de Momo's, la grava crujiendo bajo los neumáticos.

El coche se detuvo frente a los escalones de baldosas de la entrada principal. Se abrió la puerta de Momo's y ella salió con delicadeza, asistida por un mayordomo vestido con una camisa blanca, chaleco y pantalones grises a rayas.

Antes de que Kyoka pudiera reaccionar, la puerta de su lado del coche se abrió y fue sacada por el cuello. Ella siseó y trató de zafarse de un segundo agarre de mayordomo.

Dejó que su cuerpo cayera flácido cuando se dio cuenta de que sus intentos de lucha eran inútiles. Momo rodeó el coche para unirse a ellos.

"¿Qué te gustaría que hiciera con él?" cuestionó su voz mezclada con desdén. La neko le escupió, lo que provocó que la dejara caer al suelo y una fuerte patada dirigida a sus costillas.

Ella siseó de dolor cuando su puntiagudo zapato de cuero se encontró con sus costillas, ella trató de alejarse, pero fue detenida por la cadena que sostenía en una de sus manos.

Él la pateó por segunda vez, con una expresión de satisfacción en su rostro cuando ella se vio obligada a acurrucarse para evitar su golpiza.

Se volvió hacia Momo, cambiando su expresión de suficiencia por una cortés y respetuosa. "Ella no es tan educada", afirmó.

"¿Estás cuestionando mis elecciones, Gibbs?" Su voz permaneció en el mismo tono pero sus ojos se entrecerraron peligrosamente.

"Por supuesto que no, señorita" Dijo Gibbs apresuradamente, inclinando la cabeza. "Fue una simple observación, no quiero faltarle el respeto", se disculpó. Momo asintió con la cabeza y le tendió una mano para agarrar la cadena.

Dudó en pasárselo a ella. "¿Estás segura se-" "Sí, claro Gibbs, por favor no quiero pierder mi tiempo" interrumpió Momo con impaciencia. Gibbs asintió dócilmente, entregándoselo.

Esperó a que el hombre se alejara antes de inclinarse hacia donde Kyoka todavía estaba acurrucada en el suelo, sin aliento.

"¿Estás bien?" Preguntó Momo, colocando una mano gentil en el hombro de la neko. Kyoka saltó ante su toque, poniéndose de pie de un salto.

"Lo siento" se disculpó Momo rápidamente. "Vamos adentro" dijo ella con lo que esperaba que fuera una sonrisa tranquilizadora, poniéndose de pie. Kyoka caminaba tras sus talones, había varios mayordomos parados alrededor del auto, sabía que la atacarían en un instante si intentaba algo.

Así que ella la siguió, con los ojos moviéndose de izquierda a derecha mientras observaba su entorno, la nariz crispada cuando aromas desconocidos la inundaron.

Momo la condujo por un largo pasillo hasta una gran sala de estar donde sus padres estaban sentados en un sofá rojo, con tazas de té en las manos.

En la esquina había tres nekos, moviendo perezosamente un ratón de juguete. Los tres miraron hacia arriba mientras ella entraba a la habitación, sus oídos se animaron con interés.

Uno de ellos saltó hacia ella. Kyoka saltó hacia atrás cuando la chica se acercó demasiado. El Sr. Yaoyorozu miró a su hija con el ceño fruncido desde su posición en el sofá.

"Por favor, lava al esclavo antes de traerlo a nuestra sala de estar", reprendió. "Apesta a mercado de esclavos", agregó, arrugando la nariz con disgusto. Momo asintió y salió de la habitación, Kyoka la seguía.

Se sorprendió cuando la llevaron a un baño espacioso e innecesariamente elegante. Momo cerró la puerta detrás de ellos, guardándose la llave en el bolsillo para que el neko no pudiera escapar. "Um... puedes usar el jabón y el champú que quieras, es solo el baño de esclavos, así que no importa lo que uses" le dijo con torpeza. Kyoka asintió antes de proceder a quitarse la camiseta blanca.

Fue detenida por un jadeo agudo de la chica detrás de ella. Dejando caer la camisa, se dio la vuelta, confundida.

Momo estaba de pie, con los ojos muy abiertos y una mano tapándose la boca. "¿Qué paso?" se las arregló para susurrar después de un breve momento de intentar componerse.

"¿Qué quieres decir?" Preguntó Kyoka, con la cabeza ligeramente ladeada. Momo avanzó tímidamente, acortando la distancia entre ellos. Suavemente tomó el borde de la camisa de gran tamaño. "¿P-puedo?"

01/12/21