Esclavitud Neko

Capítulo 16

Se despertaron dos horas después con el sonido del despertador de Momo a todo volumen. Kyoka se sentó con un gemido, parpadeando confundida mientras miraba las sábanas de seda debajo de ella.

Se sobresaltó cuando vio a Momo a su lado, cayendo de la cama con un grito. Ella gimió cuando golpeó el suelo frío, el impacto repentino hizo que las heridas en su torso le dolieran.

"¿Estás bien?" Momo le preguntó, mirándola desde la cama. Kyoka se levantó del suelo, mirando a Momo con recelo.

Se sentía agradablemente entumecida, su mente en blanco, ya no llena de un torbellino de emociones confusas. Se sentía normal de nuevo, no estaba abrumada por sentimientos que la dejaban indefensa.Momo se puso de pie, estirando sus miembros rígidos y bostezando mientras se permitía despertarse por completo.

Abrió la puerta, la abrió y salió al pasillo. Miró a Kyoka expectante, esperando que la siguiera.

La neko lo hizo vacilante, mirándola con desconfianza mientras se movía silenciosamente sobre las frías tablas del suelo.

Pasó junto a Momo, dándose la vuelta rápidamente para que la otra chica no estuviera detrás de ella.

Momo le sonrió para tranquilizarla, su expresión era suave y gentil, tratando de mostrar que no pretendía hacer daño.

Kyoka no confiaba en ella. Nunca la habían tratado con amabilidad. Se suponía que no debía ser tratada con amabilidad, esto era solo un plan elaborado para hacer que ella confiara en ellos antes de que se volvieran contra ella y terminara de nuevo en una habitación oscura en algún lugar.

Momo tomó la mano de Kyoka pero dio un paso atrás, alejando sus manos mientras mantenía sus ojos fijos en la chica más alta.

Momo volvió a sonreír, tratando de disimular su decepción. Sabía que probablemente le tomaría un tiempo ganarse la confianza de la neko traumatizada, pero aún así no pudo evitar desear que la chica-gato fuera tan amigable como los otros nekos que habitaban en su casa.

Sacudiéndose de su decepción, Momo comenzó a abrir el camino por la lujosa escalera con Kyoka a cuestas.

Esta última se movía casi en silencio, caminando con cuidado y congelándose instintivamente ante el crujido ocasional de las escaleras de madera blanca.

Momo abrió el camino hacia un gran comedor. Una gran mesa de roble oscuro ocupaba la mayor parte del espacio en el centro de la habitación. Su padre se sentó en la cabecera de la mesa, mirando fríamente a la neko detrás de ella mientras desayunaba.

"Ponlo con los otros nekos" ordenó antes de volver su atención al periódico que tenía en la mano.

Momo parecía querer protestar, pero bajó la cabeza con un suspiro y comenzó a guiar el camino de regreso por el largo pasillo.

"Lo siento, sé que probablemente no estás lista" se disculpó, ofreciendo a la neko una sonrisa de disculpa.

Kyoka no respondió, sino que optó por seguir a la otra chica en silencio. Momo se detuvo de repente, abriendo una puerta de vidrio y manteniéndola abierta para que Kyoka pasara.

Entró en una habitación colorida, las paredes estaban pintadas de un azul suave y una alfombra blanquecina cubría el suelo.

Los nekos estaban durmiendo amontonados en un rincón y uno de ellos levantó la cabeza, parpadeando perezosamente hacia la pareja.

Bostezó y se estiró, golpeando accidentalmente a la neko de cabello azul a su lado, quien rápidamente se sentó y le dio un golpe en la espalda.

Ella lo fulminó con la mirada, preparándose para abalanzarse sobre él antes de que Momo se aclarara la garganta, deteniendo efectivamente sus juguetonas peleas.

"Esta es Kyoka Jiro", comenzó, señalando a la neko a su lado, quien se movió incómoda bajo las miradas de los otros nekos.

"Ella vivirá con nosotros a partir de ahora, así que es mejor que la conozcan" continuó antes de girarse, ofreciéndole a Kyoka una sonrisa rápida y dejando la habitación, cerrando la puerta detrás de ella.

Kyoka se estremeció cuando el chico de cabello azul saltó hacia ella, extendiendo su mano para que ella la estrechara, su emoción clara en sus ojos.

12/12/21