Esclavitud Neko

Capítulo 15

"Crees que puedes irte simplemente como quieras, ¿crees que nos faltas al respeto de esa manera? Eres una escoria. No mereces estar aquí, así que será mejor que te asegures de que no te enviemos de vuelta del lugar del que vienes" rugió.

Estaba jadeando, su cara roja de rabia cuando Kyoka se encogió ante él. Cayó hacia atrás, aterrizanda sobre baldosas pulidas. Apoyó su cuerpo en brazos temblorosos mientras lo miraba con miedo.

Recuperando un poco la compostura, se alejó, subió las escaleras y se retiró a su dormitorio.

Momo se sorprendió por el arrebato de su padre. Ella nunca lo había visto mostrar tanta ira, ni hacia ella y su madre ni hacia los nekos.

Kyoka tembló violentamente mientras miraba el espacio en el que el padre de Momo había estado parado anteriormente.

Moviéndose lentamente para no asustar más a Kyoka, Momo cerró la pesada puerta de roble, disminuyendo la luz en el pasillo.

Momo se agachó frente a Kyoka, tomando una de sus manos temblorosas entre las suyas. Frotó su pulgar con dulzura sobre el dorso lleno de cicatrices de la mano de la otra chica.

El toque pareció sacar a Kyoka de cualquier trance en el que había estado. "Yo... l-lo siento. Lo siento mucho", susurró, con la voz quebrada. "Está bien" Momo la calmó suavemente.

"Yo-" Kyoka comenzó de nuevo. Hizo una pausa aparentemente sin palabras. "Lo siento" murmuró de nuevo.

"Lo sé" susurró Momo. Tuvo la necesidad de extender la mano y envolver sus brazos alrededor de la chica aterrorizada, abrazarla, consolarla y asegurarle que todo estaría bien. Pero ella no lo hizo.

En cambio, continuó sosteniendo la mano mucho más pequeña de Kyoka en la suya. Hacía frío en su agarre y todavía temblaba.

Kyoka tragó con fuerza. Su garganta y boca estaban secas, su olor a miedo permanecía en el aire mientras trataba de calmar su corazón acelerado. No debería haber intentado escapar, debería haber sabido que la iban a atrapar. No debería haber sido tan ingenua para pensar que podría escapar.

Kyoka dejó escapar un tembloroso suspiro, enfocándose en el toque calmante de Momo y el reconfortante calor que se filtraba de sus manos.

"¿Puedes ponerte de pie?" Momo le preguntó gentilmente después de un largo rato de silencio. Kyoka asintió con la cabeza. Se puso de pie, esperando que Momo soltara su mano.

Ella se sorprendió cuando no lo hizo. Momo le tomó la mano suavemente mientras la conducía de regreso por las escaleras hacia su dormitorio.

Momo cerró la puerta detrás de ella cuando entraron a la habitación y Kyoka notó que esta vez cerró la puerta con llave. Momo corrió las cortinas, permitiendo que la habitación quedara envuelta en oscuridad. Kyoka parpadeó, sus ojos se ajustaron al repentino cambio de iluminación.

El despertador junto a la cama de Momo dio las seis en rojo brillante, una hora que ella sintió que era demasiado temprano para levantarse durante el fin de semana.

Con un suspiro, se volvió a acostar en la cama, empapándose del calor que quedaba en las mantas.

Kyoka se paró torpemente a los pies de la cama antes de acostarse, acurrucada en el suelo.

"¿Qué estás haciendo?" Preguntó Momo, su cansancio era evidente en su tono mientras abría un ojo.

"No sabía si se me permitía-" comenzó Kyoka con un leve tartamudeo, todavía un poco temblorosa.

"Puedes acostarte a mi lado" le dijo Momo, levantando las mantas y permitiendo que Kyoka se deslizara en la gran cama junto a ella.

Se quedó quieta por un momento, escuchando cómo la respiración de Momo se desvanecía lentamente antes de permitirse relajarse, acurrucarse y sumergirse en el calor que irradiaba la chica a su lado.

Lentamente, escuchando la respiración lenta y uniforme de Momo, Kyoka se quedó dormida.

11/12/21