Elenor
El amor es solo un veneno que se expande por todo su ser, hasta que te mata, eso lo aprendí muy bien, mi madre amó con todo su ser a mi padre, pero cuando supo que él la engañaba, su amor la mató, perdió sus sentidos y solo se dejó absorber por la tristeza, lamentable.
Desde aquel acuerdo que hice con Frederick, la incomodidad que siento me estaba matando, además ya me estaba cansando de las miradas de reproche por parte de Klaus, el muy idiota se creía padre de todos, hasta cierto punto me resultaba adorable, pero no cuando se mete en mis asuntos, tenía suerte de ser mi amigo, aplastar una monarquía no era muy complicado.
—Me vuelves a mirar así y juro que les digo a tus padres todo lo que haces en los veranos. —Repliqué con una voz gélida, pero eso a penas lo inmutó.
—Si quieres una maldita sonrisa o palmaditas en la espalda, ve con Elliot, nadie te obliga a quedarte conmigo. —Su voz sonaba incluso más intimidante de lo usual. —¿Sabes algo? Si tan solo hubieras hablado con nosotros, hubiéramos vendido nuestra alma al jodido diablo, para ayudarte y sabes que es cierto, pero no, preferiste actuar sola, como una maldita mocosa, no se con que descaro regañas a Larsson por las idioteces que hace.
Tenía razón
Odiaba admitirlo, pero era cierto, ellos darían sus vidas por mí, pero no quería meterlos en esto, Hitoshi podría usarlo como ventaja, dañándolos, y eso jamás iba a permitirlo. Además, esta pelea era solo mía.
—¿No le tienes miedo, al diablo? Que algún día nos juzgue por todo lo que hemos hecho y todo lo que seguiremos haciendo .—Mencioné en un susurro.
Klaus sonrió de lado y posó su mirada en mí, yo mantuve mi mirada firme en sus ojos, los cuales eran muy azules, el imbécil era guapo, pero su actitud era una mierda.
Estoy más que seguro, que él nos teme a nosotros.
A lo largo de mi amistad con ellos, me pasaron varias cosas, algunas malas y otras buenas, pero siempre estuvieron a mi lado, eran mi familia, incluso una vez vivieron a Corea para visitarme, para mi mala suerte, Hitoshi y su madre estaban ahí, no era algo raro que él me molestara, después de todo, nunca le hice caso. Pero cuando los chicos vieron eso, lo golpearon, teníamos diez años y Hitoshi quince, ser golpeado por un grupo de niños, no fue algo que le gustará y mucho menos saber que esos niños, eran aún más ricos de lo que él podría imaginar. Nosotros teníamos algo que él nunca tendría, éramos hijos legítimos, él era solo un bastardo que, aunque lo hubieran reconocido como hijo de la familia Lee, seguía siendo solo un bastardo, hijo de una simple actriz.
—Solo te pido que no hagas nada sin pensarlo, si necesitas algo, habla, no te quedes callada Elenor.
—Es una promesa, pero quiero algo a cambio. —Mencioné con una voz tierna y una pequeña sonrisa para intentar ablandar a mi amigo danés.
—No estás en posición de pedir algo.
—Pero igual lo haré, mantenlo a Alexandre al margen de toda esta situación solo te pido eso.
—No soy quien, para meterme, sabes lo que él siente y es cruel que hagas esto, sobre todo sin preguntarle qué opina.
Sin más que agregar, Klaus solo se marchó, sabía que lo que estaba haciendo, era muy cruel, pero no tenía tiempo para hacer un plan muy detallado, y menos cuando la junta empezaba a notar debilidad en mí, después de que salieron unas imágenes mías en un yate con Alexandre, todo se desmoronaba.
La vida como antes la conocía, se estaba marchando poco a poco, lo único que me traía felicidad, eran mis amigos, estaba hasta el cuello con una guerra, la cual debía ganar, además del echo, que Alexandre me evitaba y si me hablaba, era con la voz más fría y de una forma cortante, era su castigo hacía mí, por haberle hecho eso, lo merecía, así que iba a soportar todo.
Caminé hacia nuestra pequeña guarida, desde que Alexandre me comenzó a evitar, deje de ir, no quería hacerle más difícil esa tarea, cuando ingrese, me encontré a Frederick, Elliot y Klaus, todos parados, con su vista en Alexandre, él estaba medio dormido y parecía haber sido apaleado, además de eso, el olor a marihuana y alcohol, no me pasó desapercibido.
Tenemos problemas. —Mencionó Frederick, cuando se dio cuenta de mi presencia.
¿Así? No me había dado cuenta. —Dije con bastante sarcasmo, me acerqué a Alexandre y empecé a inspeccionar su rostro, traía moretones y algunas heridas, se veía fatal, saqué un pañuelo que tenía mis iniciales bordadas, y lo mojé con el agua de la botella de Klaus y empecé a pasar el pañuelo por su rostro.
Alexandre hizo una mueca de dolor, pero por suerte no sé despertó, seguí limpiando su rostro, hasta que este quedó sin sangre.
Ayer llegó ebrio y fumado, hoy intentó volver a salir, como el de seguridad no lo iba a dejar salir en ese estado, Alexandre casi lo mata a golpes, cuando se dio cuenta de lo que hizo, huyó, mis guardaespaldas le inyectaron un tranquilizante y lo trajeron. —Agregó Elliot. —El problema es que la esposa del de seguridad, quiere presentar cargos, hace un momento trajo a la prensa y armó todo un escándalo, el consejo disciplinario lo quiere ver.
—Elliot aleja a los periodistas, inventa algo o no sé, Frederick, ve con la esposa y compra su silencio y Klaus, ve al hospital donde trataron al hombre y elimina cualquier rastro que indique que estuvo ahí, soborna a quien debas sobornar.
—¿Y qué hará la princesa?. —Dijo Frederick, el cual estaba algo molesto por nuestro trato.
—Buscaré información sobre los miembros del consejo, si esto no sale bien debemos tener algo con que amenazarlos y así no lo expulsen, buscare a alguien que elimine los videos de seguridad, así nadie podrá decir que fue Alexandre quien lo golpeo.
Todos salimos de la habitación, con rumbo a cumplir nuestras tareas, cerré la puerta con llave, para evitar que Alexandre se escapé, Elliot dejó a sus guardaespaldas, para que ellos lo cuidarán, me dolió ver a mi ingles en ese estado, lucía tan vulnerable, solo deseaba abrazarlo y decirle que todo iba a estar bien, pero no era lo correcto, no después de lo que hice, la mejor forma de asegurarme de que todo iba a estar bien, era ayudándolo a que salga de esta, así Alexandre no manchaba su reputación.
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High Society
Teen FictionQuien no mataría por tener sus vidas, solo por un día, tener el poder de hacer lo que quieras y destruir a quien quieras, fiestas, alcohol, drogas. De eso están rodeados los hijos de los magnates de hoy en día, en Constance podrás encontrar a muchos...