Capítulo 5.

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Capítulo 5.


Al día siguiente...

Narra _____:

Me levanté más pronto de lo normal, intente no hacer ruido para no despertar a nadie y baje a abajo a prepararme el desayuno. Cuando terminé decidí salir a dar un paseo en caballo. Salí y desate a mi caballo, era un macho. Se llama Diablo. Lo tengo desde que era un potro y yo una niña, es como mi segundo hermano.

Me monté y empecé a caminar. No se a donde me dirigía, tampoco temía perderme. Llegué a un sitio que nunca había visto, era una especie de espacio cubierto por arboles centenarios gigantes. Tenía una pequeña cascada y un lago. Era precioso, bajé de Diablo y me quedé un rato allí.

Se estaba genial, en la tranquilidad de la naturaleza. Estaba con los ojos cerrados cuando escucho que alguien se acerca. Me levanté y agarré mi espada. Iba atacar con la espada pero me doy cuenta de que era el Rey Peter con su caballo. Bajo el arma avergonzada.

"Otra vez no, como puede ser posible"

"Eres idiota, Groover"

"Dos veces. Has apuntado dos veces con un arma al rey de Narnia"

Mi consciencia me recriminaba. Solo la ignoré y mire como Peter se bajaba del caballo y se dirigí hacia mi. Me puse muy nerviosa.

—Oye, ¿cada vez que nos veamos me vas a apuntar con una espada? —se sentó a mi lado con una sonrisa.

—Lo siento de verdad, no era mi intención, majestad —dije avergonzada.

—No tienes que diaculparte, y llámame Peter —me sonrió.

—Esta bien, majes... digo Peter —le sonreí.

Estuvimos hablando y riendo hasta que se hizo la hora de comer.

—Será mejor que nos vayamos, se van a preocupar —dije levantandome.

Nos montamos en los caballos.

—Oye, ese no es tu caballo ¿no? —digo mientras nos ponemos en marcha.

—No, es de Caspian, pero se lo he cogido prestado —dijo sonriendo.

Tenía una sonrisa preciosa. ¿Qué me pasa? Creo que sí estoy enamorada de él, pero él de mi no.

—¿Te puedo hacer una pregunta? —pregunté un poco nerviosa.

—Dime.

—Em... ¿A.a ti te gusta al.alguien? —pregunté. El se sorprendió por la pregunta y creo que se puso nervioso.

—¿Eh? Bue.bueno estoy, creo, sintiendo algo por una chica. Pero no se si ella siente lo mismo —me miró.

—Ah, y... ¿es de Narnia? ¿O es de tu mundo? —pregunté, parecía una acosadora.

—Es de Narnia —respondió—. ¿Y a ti? ¿Te gusta alguien? —preguntó ahora interesado.

—Bueno... sí, no se —dije nerviosa—. Creo que siento algo por él desde que tenía 15 años, pero él no es de mi clase —dije yo con la mirada al frente.

—¿A que te refieres? —cuestionó extrañado mirando hacia mi dirección.

—Pues él es de la realeza, y yo solo soy una simple soldado —dije algo triste y bajé la cabeza.

—Eh, no te pongas triste, a lo mejor es que ya ha encontrado a su princesa —dijo él intentando animarme.

Si supiese que es él del que posiblemente estoy enamorada desde los 15.

—Sí, a lo mejor es eso. Tú le conoces, y eres su amigo lo sabrás mejor que yo —dije intentando sonreír, queriendo decir lo último en mi cabeza.

No hablamos más hasta que llegamos a la cabaña. Dejamos los caballos y entramos. La mesa ya estaba preparada para comer, solo faltaban los demás. Los buscamos por la casa y no estaban.

—¿Se puede saber donde están? —pregunté algo cansada de buscar.

—No lo sé, puede que hayan ido a cazar —dijo Peter.

—¿Los 5? —pregunté insegura—. No se

Nos sentamos a esperar pero no venían y me preocupé.

—Peter, ¿y si les ha pasado algo? —me levanté del sillón y empecé a dar vueltas.

—Tranquila, no les va a pasar nada —dijo tranquilo—. Tu hermano es un excelente luchador, Caspian y Ed también, Susan tiene su arco y Lucy es muy lista, no les pasara nada —se levantó y salió a fuera.

—Puede que tengas razón —salí con él.

—Siempre tengo razón —dijo algo orgulloso.

—No siempre, en algún momento te has equivocado —dije yo.

—¿Disculpa? —preguntó mirándome—. Por mi, Narnia ha salido adelante, yo luché por ella y gané. No creo que me haya equivocado —dijo algo enfadado.

—No te hablo de eso, pero si quisiera hacerlo podría —dije. Puede que sea el rey pero no es perfecto.

—¿Ah sí? Di lo que tengas que decir —ambos estabamos enfadados.

—¡Te fuiste! Narnia quedó a merced de los Telmarinos y mucha gente murió, y cuando regresasteis e invadisteis el castillo no quedó casi nadie y encima le echas la culpa a Caspian —le grité—. Si no fuese por ti y por tu estúpido orgullo toda esa gente seguiría viva —se me escaparon algunas lágrimas, pero no de tristeza, sino de rabia.

—Tú no estabas allí para saber lo que se siente —dijo enfadado, pero lo que el no sabe es que sí estaba allí. Tenía 13 años, estaba asustada y mi padre fue a luchar junto a los reyes.

—¡Te equivocas! Si estuve allí. Tenía 13 años y mi padre fue a luchar junto a ti. Murió. ¡Murió por tu culpa! —le grité y me fui corriendo de allí.

No quería enfadarme más, cogí a Diablo y me fui. En ese momento me crucé con los demás. Pero no me paré, seguí cabalgando encima de Diablo.

Llegué a un sitió de campo verde, con flores. Me bajé del caballo y me senté en la hierba fresca. Empecé a llorar, llorar por Peter. Yo le quiero pero no le consiento que diga eso. Escuché que alguien vino y se sentó a mi lado.

—¿Qué ha pasado? —me preguntó Caspian. Le conté lo que pasó y me abrazó—. No te preocupes, todo se va aclarar. Peter tiene un buen corazón, pero a veces se le va de las manos.

Caspian era como un hermano para mí, me había cuidado mucho.

—¿Dónde esta Jason? —le pregunté.

—Ha ido a hablar con Peter, se le veía enfadado —me dijo, me separé de él y me subí al caballo.

—Tenemos que irnos, mi hermano es muy agresivo cuando se trata de mi o de mi familia —Caspian se subió a su caballo y galopamos los dos hasta la cabaña.

Cuando llegamos...

Narnia: El Retorno Helado. Peter Pevensie (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora