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Giré mi cabeza y vi que Jason y Lucy habían acabado casi con los osos polares, pero Susan y Ed tenían más problemas. Iban perdiendo y necesitaban refuerzos.
—¡Caspian! —le llamé y él giro su cabeza hacia mí—. ¡Susan y Edmund necesitan refuerzos!
Él giró su cabeza hacia donde estaban ellos y me volvió a mirar.
—¿Podéis solos? —yo asentí ante su pregunta—. Iré a ayudarlos.
Caspian se fue de mi lado y se puso al lado de Susan. Ahora estábamos Peter y yo luchando contra la Bruja Blanca. Era muy buena luchando, pero nosotros también.
—Parece que has aprendido a manejar mejor la espada —le dijo la Bruja Blanca a Peter.
—Ya ves que sí —dijo Peter y le dio una estocada que hizo que se tuviese que echar para atrás.
—¿Crees que es fácil? ¿Volver a recuperar Narnia? —dijo sarcástica.
—No lo creo. Pero por lo menos yo intento salvarla de la perdición —dijo Peter intentando mantener la respiración.
—Vais a perder.
—Claro que no —dije yo, la bruja me miró—. Los malos nunca ganan, está demostrado. No hay una versión de esto donde tú sales ganando. Al final el peso de la justicia recaerá sobre tí y te aplastará como al bicho rastrero que eres.
Hasta Peter me miró como si estuviese alucinando.
Pues sí, yo también se hacer frases épicas, tengo una cultura y se muy bien lo que digo.
La bruja le dio una estocada a Peter que le lanzó la espada a metros de su alcance y a él tendido en el suelo adolorido. Yo estaba roja de la furia.
—Te crees muy lista, niña.
—No lo creo, lo soy —empezamos a luchar, un uno contra uno. Solo nosotras dos, esta lucha sería la última.
Espada por aquí, espada por allá. En ocasiones el filo de su espada y mi mano sufrian encontramientos de instantes, pero que hacían que saliera un liquido rojo de mi mano. La tenía llena de cortes, y escocían, pero por eso no me iba a rendir. Giré mi cabeza y vi a Peter ya incorporado e intentando llegar hasta su espada para ayudarme. La giré hacia el otro lado y vi que la parte de la bruja se estaba devilitando, Jason y Lucy habían acabado casi con los dos osos polares. Y Caspian ayudó mucho a Susan y Edmund con los gigantes.
La verdad es que me distraje un poco y la bruja me dio en la mano. No pude más, tuve que soltar la espada, sino mi mano hubiese sido separada de mi cuerpo.
Se me cayó al suelo y la Bruja Blanca aprovechó para intentar atravesarme o cortarme la cabeza. Pero era rápida y ágil, y tenía buenos reflejos. Esquivé todos sus contraataques menos uno que me dio en la pierna y me hizo un corte. Escocía como si te echan limón en una herida abierta. Pero aguanté el dolor. Conseguí coger mi espada del suelo y para ese momento ya estaba bastante cabreada. Así que con toda mi ira tiré su espada de la mano y le di tal golpe que creo que no se iba a poder mover en semanas.
La bruja acabó chocando contra una pared gigante de hielo y quedó inconsciente. O eso parecía. Peter apareció a mi lado y me miró impresionado.
—Lo hemos hecho —dije intentando convencerme a mí misma.
—Tú lo has hecho —me dijo Peter.
Le sonreí y me abrazó. Nos separamos y miramos hacia donde estaban los demás.
Los secuaces de la bruja se retiraron al ver que su jefa o como quieran llamarla estaba perdida. Aunque la verdad es que les dieron una buena paliza,así que salieron corriendo despavoridos por la puerta y se perdieron en el bosque para no volver. Peter y yo nos giramos y vimos que los demás vinieron.
—Lo habéis hecho —dijo Lucy entusiasmada y se acercó para abrazarnos.
Todos gritaron de alegría y celebraron la derrota de la bruja. No me extraña. La Bruja Blanca ha sido una de las peores cosas que le ha pasado a Narnia, y mira que le han pasado cosas.
Estaba muy contenta, yo, había derrotado a la gran Bruja Blanca. Aún no me lo podía creer. Mi hermano se me acercó para darme la enhorabuena y un abrazo.
—Eres la mejor, hermanita —me abrazó tan efusiva mente que casi no respiraba, pero aflojó.
—Te quiero, Jason —le dije separándome de él.
—Y yo a ti, _____ —me dijo con una sonrisa. Quería demasiado a mi hermano. Pero por fin podremos estar como antes, sin tener que luchar contra esa asquerosa Bruja. Aunque bueno, somos soldados, sin guerra no tenemos trabajo. Pero no era momento para pensar en eso.
Estábamos tan distraídos celebrándolo que no nos dimos cuenta de que la bruja Blanca recuperó la consciencia, se levantó, a duras penas, ya que el golpe la dejó inconsciente, y cogió una de sus afiladas espadas.
Peter y yo estábamos dados la vuelta y no veíamos. Lucy estaba enfrente y veía por detrás.
—¡Cuidado! —gritó Lucy con cara de terror.
Me giré y la Bruja Blanca estaba punto de atravesar a Peter con la espada.