Capitulo 7: La cabeza de Julio

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Laurel

No dormí en lo que resto de la noche, me fue difícil reconciliar el sueño por una hora completa, siempre me despertaba por viejos recuerdos o simplemente por temor a que le hagan daño a mis padres y a sebas.

Maldición si tan solo él hubiese hecho caso cuando le dije que mis hombres lo iban a acompañar nada de esto hubiese pasado y la bruja esa no lo tendría ahora mismo secuestrado.

Montero llego a la misma 6 como le dije junto con un grupo de hombres que son especialistas en diferentes cosas, unos en ser investigadores privados, otros en disfraces, otros en combate, es todo lo que necesito por este día.

Ya tenemos información suficiente sobre el cargamento que llegara, van a ver importaciones de aquí para Estados Unidos y viceversa.

Arme un plan junto con Montero que espero que funcione, mayormente yo solo me encargo de matar y recibir el dinero no de hacer planes de encuentros ni de embocadas eso siempre lo hacía sebas, pero esta vez me ha tocado a mi dar la cara por el equipo.

El hijo de Julio tiene un amorío con Dulce, bueno, es lo que la pareja Sánchez piensa y dice. La señora Sánchez siempre habla de lo grandiosa que seria Dulce como nuera, ya que es inteligente y tiene todos los encantos que ella quiere para su hijo.

Aunque es algo demasiado cursi funcionara para lo que tengo planeado, solo queda rezar un padre nuestro y 7 ave maría para que todo salga a la perfección y como debe de ser.

—...

No solo había confusión, miedo y decepción en esta habitación oscura y deteriorada donde se encontraban los Hudson y el señor Collins, también había un aire de maldad y diversión rondando por las cuatro paredes de ese mugroso lugar.

Los Hudson morían por dentro solo para saber que pasaba y porque su hija esta involucrada cuando ella debería de estar preparándose para graduarse de psicóloga, una decepción grandísima se llevaron los dos, pero mas su padre quien le había hecho prometer a ella que nunca iba a tomar "justicia" con sus propias manos, que nunca iba a involucrarse en algo que debería de hacerlo la policía.

Ella debería de estar buscando su vestido para la graduación. —Repetía su padre cada vez mas seco mientras se quedaba mirando hacia algún lado de las 4 paredes del mugroso lugar donde se encontraban.

Aunque su esposa estaba igual que el, decepcionada y triste a la vez aun no dejaba de creer en su hija, en que ella es la mejor en todo lo que hace.

Todo tiene un motivo. —Dijo la señora Hudson en un largo suspiro. —Si nos ocultó eso es porque quería protegernos, si ella decidió ser así es porque hay una razón solo te pido que le des una oportunidad y que dejes que ella te explique. —Concluyo ella mientras le dedicaba una pequeña sonrisa.

Si es que salimos de esta. —Respondió el señor Hudson para sus adentros.

Cuando cometemos varias veces el mismo error nos hacemos adictivos, nos hacemos adictivos de lo dañino, aunque duremos toda la vida negándolo y diciendo que todo eso es para nuestro bien.

El error de nuestra chica de ojos color miel fue haber aceptado la apuesta de uno de sus compañeros de clases, una apuesta que le cambiaria su vida para siempre. Desde muy chica instintos de asesina ya tenía, pero nunca había asesinado hasta aquel día.

Ha que no te atreves. —Dijo aquel moreno de cabello lacio y negro con la voz firme y divertida.

Ella solo le dedico una sonrisa mientras recogía unas tijeras que había sobre una mesa, estaba algo atemorizada, pero el temor era menor de las grandes ganas que tenia de cometer aquel acto.

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