Sirius Black supo que algo andaba mal cuando lo vio alli, aquel chico al que habia atormentado desde sus primeros años de escuela, espero la muerte pero eso no paso, en cambio recibio una caricia junto a una mirada dolida.
- ¿porque haces esto? - el...
Aquella mañana el cielo destinaba a ser realmente tormentoso, cosa que causaba malestar en los jóvenes que miraban con impaciencia casi rozando la cólera esa ventana, aquellos quienes tenían el ferviente deseo de poder salir a jugar con sus madres como ya se lo habían prometido sus progenitores, una pequeña punzada detonaba la molestia de estos al ver con ímpetu como la lluvia que al principio era una simple llovizna, se había tornado en una tormenta no parecía que fuera a parar pronto para poder salir.
El ceño fruncido de un joven Draco se reflejaba en el cristal de la ventana, mirando de reojo de vez en cuando a su novio soltó un suspiro, el debía ser el maduro en estas situaciones, no podía dejar que algo tan infantil como un dia arruinado con el licántropo le provocara tal molestia, este tuvo que pellizcar suavemente sus mejillas para asegurarse que aun tenia veintidós, que no era un niño, bueno, si, pero un niño con la mente de un adulto.
El inminente quejido que salio de entre sus labios le recordo que si, que era el quien estaba sintiendo esos sentimientos en aquellos momentos, no una simple ilusión o un jodido sueño infantil de tener una familia, un suspiro escapo de entre sus labios sin darle tiempo a recuperarse cuando unos brazos rodearon la pequeña figura de la cual ahora era poseedor, se giro en busca de regañar a su pareja pero al ver quien era la persona responsable de aquel calido abrazo era nada mas ni nada menos que su madre... por lo que se vio obligado a morder su labio inferior para evitar que aquellas afiladas palabras no salieran de entre sus labios.
La sonrisa imprevista del castaño desarmo al integrante del trio de plata quien sin mas extendio sus brazos al mayor para aferrarse a su cuerpo, cuando este le cargo y acuno entre sus brazos como el niño que era, dejándose cuidar como nunca se lo permitió a nadie solo se acomodo entre estos sintiéndose satisfecho.
— ¿Sucede algo Draco? — Pregunto el hombre lobo al dejar caricias a lo largo de sus hebras rubias — Puedes contarme —
— (Típica frase de mamá) — Pensó el mas bajo al mirar cada una de las facciones de este — (En pocas palabras... "o me dices o lo averiguo") —
— Vamos Draco.... soy todo oídos — Y aunque al rubio no le gustara la sonrisa falsa de este se resigno a decirle
— Este era nuestro dia... y se arruino — Se quejo de forma tímida al tener que dejar al descubierto el motivo de su capricho
De pronto los ojos color miel se tornaron suaves, ante el aquel cálido hombre solo le dedico una mirada que parecía hacer que todas sus barreras cayeran de golpe, simplemente acomodo su cabeza en el pecho de este dejando que la fragancia de este se impregnara en el, por momentos el pensamiento insistente de que el aroma de aquel hombre le recordara diariamente al bosque Prohibido, pero en vez de causar que sus memorias retornaran a momentos oscuros solo podía recordar las múltiples veces en las que se escapaba de clases para ver al moreno.
