Recuerdos amargos de tu cálido amor

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Busco antes de ir a dormir tus gentiles caricias en un sueño, caricias que aun anhelo y dejaste tatuadas en cada  parte de mi maldito cuerpo, mis dedos ásperos aun buscan esa jodida desesperanza latente de no poder pasar mis dedos por tu espalda ancha, ahora solo vagan sin destino ni objeto, ahora quien recibirá esta gélida caricia en el tormento que se ha vuelto mi vida.

Pude amar esta noche con piedad infinita y no podre amar al primero que me susurre al oído con dulzura, están solos los floridos senderos que termino contemplando fuera de la ventana, en medio de la acera ilusiono con tu figura fuerte e imponente que pervierte mi mente, que mi cuerpo fantasee y mi corazón desee tu calor. 

Me arropo con las mantas intentando olvidar todo, mis manos pasan por tu lado de la cama como débiles marionetas, las  lágrimas que caen sobre mi almohada causando grietas en lo que queda de mi corazón, mis gritos de angustia y dolor son mi unión. Los recuerdos  invaden la habitación, la calidez en noches que éramos tan salvajes, cada paisaje de nuestros cuerpos, pude ver tu lindo rostro y esperanzado ser. Ante tu juego una niña fui, ante tu disciplina en bailarina me convertí, ante tus sueños tu deseo yo fui.

La desesperanza me contempla en silencio danzando en todo mi sufrimiento, gritándome al oído que jamás te volveré a tener, desquiciando cada pieza de mi ser, esta noche a la deriva estoy, incluso sin dormir aunque no estés aquí no puedo seguir, la idea fugas de huir de la vida seduce mi cuerpo y alma incitándome al pecado mortal, la anoche larga es, la luz deje de ver.

Mi cuerpo débil y hostil cae al piso, lagrimas se desbordan y gritos de sofocación hacen eco en la habitación una vez mas en pensar en ti, en saber que una vez fuiste para mi, la noche y estos pensamientos carmesí me envuelven con bruscos apapachos agobiando cada parte de mi figura al saber que mi cuerpo te extraña y ansia con apogeo deseo.

Mi contextura temblorosa se pierde en el piso en la inmensidad del olvido infinito.

Tu y yo nos conocimos para morir








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