Invierno

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¡Oh mierda!
El estaba ahí otra vez con su sonrisa arrogante, mirando a la nada como solía hacerlo.
Yo únicamente buscaba un lugar donde descansar del bullicioso de las personas, y el mejor lugar era la biblioteca, por supuesto aparte de Gowther no habia nadie más  que le gustará estar en este lugar.

— Espero que esta vez hayas venido por un libro Jericho, y no solamente a dormir.

Le sonreí a la bibliotecaria, pero tenía razón, tal vez debería tomar un libro.

Uno que me ayudará en la tácticas de mi equipo.

Y así había terminado en el mismo pasillo que Ban. Me dio la vuelta para escabullirse sin ser vista pero era demasiado tarde, lo supe cuando escuche su voz.

—Oh Perico, que es lo que haces aquí.

—Nada que te pueda importar

— Será que el periquito a perdido  una apuesta.

Gire a verlo, el en verdad podría llegar a ser completamente irritante —Y que hay de ti, sera que quieres estrenar una neurona.

—Muy graciosa perico.

—Iré a Otro lado, en dónde tu no estés.

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Perico, quien diría que te encontraría en la biblioteca. Debía agradecer a mí tonto amigo  Gowther por haber olvidado devolver sus libros y mandarme a dejarlos.

Aunque la mayor parte de la conversación fueron insultos, no podía evitar sentirme feliz, por los pocos momentos compartidos contigo

¡O diablos Ban! Comienzas a ponerte cursi.

Me fui a casa después de dejarlos libros en la biblioteca, salude  a mi padre al entrar y fui a mí habitación.

Jericho, Jericho, Jericho. Porqué simplemente, ya no puedo sacarte de mí mente. Porqué de un momento a otro te volviste como una droga para mi.

(....)

El almuerzo estaba siendo algo tedioso. Meliodas quien sabe donde se habra metido. Y ahora estaba junto a Sid el perezoso, digo, king

— Enserio King duerme otra vez.

— Lo dices como si esto fuera sorpresa.

La rubia rio ante el comentario y se sentó junto a mi

—Y bien, cómo te fue.

— Pues... sólo digamos que te conoce lo suficiente.

— Enserio, que dijo de mí

—Oh bueno... sólo un por de cosas

—Cómo

La rubia jugó un rato con la servilleta haciéndome impacientar

—Dijo que era, un engreído, fastidiosa, inmaduro, narcisista...

La mujer río nerviosamente ante las palabras del castaño que ya no estaba dormido. Y yo sólo me sentí fastidiado

—Cállate King, estaba hablando con tu hermana.

Mire a la rubia quien no me miraba. — ¿Eso dijo?

—Y algunas cotas que me avergonzaria de repetir.

Ban se dejó caer en la mesa. No tenía la más mínima oportunidad con Jericho ya debería de aceptarlo

—Que esperabas que pensara si la has molestado desde que la conoces— Escuche al capitán reñirme.

— Siempre ha sido muy obvio lo que Ban siente por Jericho. Y yo creo que la cosa es mutua

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