Capítulo 3

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Jamás vi a José Antonio irse enojado de esa manera. Generalmente siempre es muy sereno. Mi comentario de verdad lo sacó de lugar... el weon cuático, si fue un chistecito nomas.

Ya si igual estoy entero rico, no cualquiera se resiste a mi encanto magallánico y menos él que, a decir verdad, igual está mino.

NO! EN QUÉ ESTAS PENSANDO GABRIEL BORIC? Que acabo de decir, como me fijaría en José Antonio, es mi rival, mi contrincante, aparte con tan solo hablarle el weon me quita mis derechos.

Salí del lugar donde di la caga de debate, quede picado, y más por José Antonio.

Me fui al estacionamiento a pedir un Uber. Por la chucha, la wea me dice que no hay ningún culiao cerca. Aparte es la hora del pico y si me voy a pie me asaltan y llego al día siguiente. Que chucha hago?

Me senté en una banca para seguir intentado pedir un Uber.

—Oe hermano pasa altoke tu wea.

Miré hacia arriba y vi como un weon con aire de flaite me apuntaba con una pistola.

—Oye compadre qué pasa?—Soy Gabriel Boric, de los tuyos mi rey.—Exclamé un poco nervioso

—No toy ni ahí con jile.—Exclamó el flaite.

Me agarró de la camisa apuntándome con la pistola al pecho intentando agarrarme el celular. Qué chucha le pasa? Ni cagando le doy mi teléfono.

—Te woa matarte shushetumare.

Escuché como cargó la pistola. En ese momento me congelé. No supe que hacer. El pánico corrió por mis venas y quedé paralizado. No podía hablar, apenas respiraba. De pronto escuché una voz un tanto familiar.

—¿OYE QUE TE PASA ROTO DE MIERDA?

POV KAST:

Salí enojado y avergonzado del baño. ¿Cómo se le ocurría a Gabriel decirme eso a mí? Primero muerto antes que pensar en un weon hombre. Aparte no podría cagar a la María Pia.

Pero... Gabriel igual es mino, sería inútil aceptar que no lo encuentro rico. Acaso se habrá dado cuenta y por eso me lo dijo en el baño?

Filo, ese weon es comunista y nica tendría algún tipo de relación cercana con el. Cuando sea presidente lo voy a funar a él y a medio Chile.

Fui hacia el estacionamiento. Me subí en mi Mercedes para ir a mi casa a descansar porque estaba chato, un olor a picante en ese debate. Todos los periodistas estaban pasados a izquierda, que asco.

Vi a Gabriel Boric intentando ser asaltado. En ese momento me quedé en shock. No podía dejar que le hicieran algo a mi Gabriel.

Me bajé de mi Mercedes increpando al tipo que lo amenazaba.

—¿OYE QUE TE PASA ROTO DE MIERDA?

Agarré al flaite del hombro (qué asco, me tendré que desinfectar después) y lo alejé de Gabriel. Le pegué un combo en la cara, le rompí la nariz.

—OE QUE WEA HERMANO TE WOA CUCHILLARTE FACHO CULIAO.—Exclamó el roto.

El flaite se fue rápido subiéndose a su auto de clase baja. Gabriel estaba completamente pálido. No podía reaccionar.

—¿Gabriel?.—Le pregunté suavemente.—Gabriel contéstame.

—J-jo-joose A-antonio...

—¿Gabriel estas bien? Te hizo algo?

—Y-yyo...

En ese momento abracé a Gabriel para tranquilizarlo. El abrazo fue cálido. Gabriel estaba frío. Pude oler el aroma de su perfume. Mi corazón empezó a latir con fuerza.

—José Antonio y-yo...

—Shhh. No digas nada Gabriel.

El abrazo continuó. No podía soltarlo, no podía dejarlo ir. Si alguien le hace daño yo... no podría tolerarlo.

—José Antonio tu mano... está sangrando...—Exclamó Gabriel con la voz aún quebradiza.

En ese momento me fijé que tenía la mano sangrando. Tuve que haberme hecho daño cuando le pegué al roto. A decir verdad no me dolía, peor fue el dolor de ver a Gabriel en ese estado.

—No me duele.—Exclamé con una sonrisa.—Puta la wea, tendré que ir a la clínica alemana a qué me desinfecten la mano, toqué al roto ese y pude haber contraído algún tipo de enfermedad. Necesito hacerme exámenes médicos.

—José Antonio que eri weon.—Exclamó Gabriel Boric riendo. Su sonrisa era tan linda.—Gracias, de verdad.

En ese momento Gabriel me abrazó más fuerte. Pude sentir su respiración mucho más relajada que hace unos minutos. El sentir a Gabriel en mis brazos me hacía estar en paz, estaba tranquilo y feliz. No quería que este momento acabara nunca.

El abrazo terminó y pude sentir como otra vez el frío ambiente de la noche recorría por mi cuerpo.

—Gabriel por qué todavía no te ibas a casa?

—Es que estaba pidiendo el Uber y ningún culiao anda cerca.

—Pero Gabriel, lo hubieras hecho dentro weon, teni que cuidarte de noche. Súbete a mi auto, te llevo a tu hotel.

Llevé a Gabriel hasta donde se hospedaba. Piola el lugar igual. Estacioné mi auto y nos despedimos.

—José Antonio... de verdad gracias, por todo.—Me dijo el Gabriel con una sonrisa.

—Tranqui, no pasa nada.—Le respondí de la misma manera.

Gabriel se acercó a mi y me besó en la mejilla. Pude sentir como un calor iba creciendo en mi ser. Estaba sonrojándome. Cuando se despegó de mi nos quedamos mirando por unos segundos. Gabriel estaba sonrojado. Nos despedimos nuevamente y fui camino a mi casa.

Qué te está pasando José Antonio? Por qué actúas así? Acaso...

Estoy sintiendo algo por Gabriel?

TU CORAZÓN ES MÍO: KAST X BORICDonde viven las historias. Descúbrelo ahora