Aprobado

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Mientras me dirijo al puesto del medio veo como a mi derecha se encuentra una chica morena. Creo que he oído hablar de ella pero no recuerdo muy bien lo que decían.

Uno de los que estaban ahí me ayuda a ponerme el cinturón y oigo como Keith le manda subirme.

Cuando mis pies dejan de tocar el suelo noto como mi cuerpo se coloca instantáneamente ligeramente inclinado hacia delante con la cadera hacia atrás. ¿Esto es así de fácil?

Noto una fuerte mirada y al girar la cabeza veo los ojos inquisitivos del mismísimo Keith. ¡Mierda! Yo quería pasar lo más desapercibido posible. Muevo ligeramente mi cadera sin que se notase de forma que empiezo a tambalearme sin llegar a caerme, de esa forma muchos de los que me miraban giran la cabeza en otra dirección.

El día pasa rápidamente. Aquellos que no lo habían conseguido se les dio el día entero para poder practicar y mañana sería la prueba definitiva. La cena es tan magnífica como la del día anterior.

Christa: Entonces... ¿de dónde eres?

Ymir: Tranquilízate, le estas incomodando

Zeus: No no, tranquila. Ella puede preguntar, pero las respuestas que pueda darte no creo que te gusten. Soy del interior (les doy una sonrisa mientras curvo ligeramente la cabeza)

Ymir: Como puede ser que alguien de dentro venga hasta aquí

Zeus: Obviamente fui obligado (solté una risita un poco forzada). Pero no me importa, prefiero estar aquí a estar allí

Christa: Si en algún momento necesitas ayuda de alguien o hablarlo, búscame

Sus palabras sonaban amables, pero su mirada era distinta. Es como si hubiera hecho algo realmente malo, siendo la única forma que tiene de esconderse y tener un sitio al que pertenecer es ayudando a los demás. O por lo menos eso es lo que intenta.

Zeus: No creo que mi historia sea igual o parecida a la tuya. Todo el mundo tiene algo que se recrimina o siente que alguna mala situación fue debido a él. Pero tu vida es solo tuya y de nadie más, haz lo que te plazca. Si quieres chillar, chilla, si quieres llorar, llora. No necesitas ayudar a los demás, primero ayúdate a ti misma

Como ya había terminado de cenar me levanto y me voy. Cuando llego al dormitorio veo como la mayoría ya se han lavado y se van a la cama. Me dirijo hacía mi cama, cojo la mochila que tengo debajo de ella y me dispongo a sacar una camiseta rasgada y pantalones cortos. Gracias a dios que me lo dejaron sino no tendría nada que ponerme.

Oigo como alguien tose forzosamente detrás mío. Lo que hace que me asuste y al girar rozo mi espalda con las escaleras de las literas provocándome un gran dolor, no puedo evitar poner una mueca.

Zeus: ¡Oh! Hola Eren, Armin... ¿Qué queríais?

Eren: He visto cómo has pasado la prueba fácilmente al primer intento y quería preguntarte si puedes ayudarme. ¡Por favor!

Zeus: ¡Ah! ¡Sí, claro! No tengo problema

Eren: ¡Muchísimas gracias! 

Se acerca a mi, como era más alto se curva un poco hasta tener un fácil acceso a mi oreja.

Eren: Prometo devolverte el favor

Su cálido aliento roza mi oreja, mi cuerpo se estremece, siempre había tenido las orejas muy sensibles. Debido al agotamiento de no haber dormido por mis heridas, no parar durante todo el día, la conversación intensa con las chicas y la cercanía de Eren mis piernas flaquean provocando que pierda un poco el equilibrio. El roce en mi espalda me arranca un grito ahogado.

Armin: ¡Eren! ¡Por dios, ten más cuidado!

Se le veía un chico bastante tímido, por lo que me sorprende la rapidez con la que empuja a su amigo y se acerca a mí. Con sumo cuidado me ayuda a sentarme en la cama.

Armin: ¿Mejor? Creo que no deberías hacer mucho esfuerzo. Ayer vi como tienes la espalda, creo que no deberías sobre esforzarte

Iba a abrir la boca cuando mis ojos hacen contacto con unos ojos ámbar. No era la primera vez que me los topaba, no puedo negar que me parece terriblemente atractivo, pero su mirada me incomoda un poco.

Armin: ¿Zeus? (mueve su mano delante de mi cara)

Zeus: Oye, ¿por qué no le pides ayuda a ellos ? (les digo señalando a los que se llaman, si no recuerdo mal, Reiner y Bertold. Ganándome una mirada extraña por parte del primero)

Eren: Mmm... De acuerdo, vamos Armin

Armin: No Eren, voy a quedarme a ayudarlo. No creo que tengas problemas, seguro que te ayudan

Zeus: Lo vas a conseguir, tú solo no lo pienses demasiado. Tú cuerpo se moverá por sí solo si te mantienes relajado

Asiente y antes de irse veo como le manda una mirada un poco rara a Armin.

Zeus: Gracias, pero podía yo solo

Armin: Ni hablar, déjame hacerlo. Por favor

Me trata como si de un muñeco se tratase. Es apenas un poco más alto que yo y muy débil, pero aún así me ha ayudado a quitarme la ropa y lavarme. Ahora me encuentro tumbado boca abajo en la cama mientras él me da una pomada.

Me ayuda a reincorporarme y me venda. Parece ponerse un poco nervioso bajo mi atenta mirada, no hablábamos, solo había silencio. Pero no es incómodo, al contrario, me siento realmente tranquilo en su presencia. No se porqué me siento de esta forma, aún así no quiero que acabe.

Armin: Ya está

Al levantar la cabeza nuestras caras se quedan muy cerca. Puedo ver claramente sus ojos, son tan claros... son como el agua del lago que visitaba continuamente con mi madre.

Zeus: G-Gracias (digo soltando el aire que no sabía que estaba reteniendo desde que he visto sus ojos)

Él solo me mira en silencio y noto como se acerca lentamente a mí sin dejar de mirarme fijamente, como pidiéndome permiso. No se que hacer, mi cuerpo no responde, miro inconscientemente sus labios, son rosados y parecen suaves. Tengo curiosidad de cómo deben sentirse.

Armin: Déjame hacerlo de aquí hasta que te recuperes por completo

Su aliento roza mis labios e instintivamente mis ojos se cierran para posteriormente sentir una presión en ellos. Es un beso lleno de ternura, se separa después de lo que me parece una eternidad.

Al volver abrir los ojos él me sonríe y me acaricia la mejilla. Me susurra un hasta mañana y se va. ¿Qué ha sido eso?

No puedo más (Eren Jeager) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora