acercamiento.

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5,7K palabras

La primera vez que un chico expresó interés por Renjun fue a los quince años. Era verano y su familia había decidido ir de vacaciones a un lago. Rentaron una cabaña y se fueron de viaje en el auto de su padre. Los días estaban calurosos, recuerda que su madre iba leyendo un libro en el asiento delantero mientras él iba pegado a la ventana, intentando absorber cada centímetro de paisaje que se desmantelaba frente a él, moviéndose a gran velocidad. El viaje había sido de dos horas y media, y, para un muchachito de pueblo como él, parecía ser una experiencia fascinante.

Al llegar al lugar descubrió que había otra familia vacacionando. Cuando vio al hijo de la familia inmediatamente se emocionó ante la idea de hacer un amigo con quien jugar y conversar. Siendo él hijo único, esperaba pasar la semana completa aburrido por su propia soledad, mucho más si su padre raramente lo dejaba hacer cosas, sin embargo, al ver al muchacho —de su misma estatura, de su misma edad, con una sonrisa ancha llena de dientes digna de un chico travieso— existía la posibilidad de que estas vacaciones no sean tan aburridas como lo esperaba.

Fue después de almorzar el primer día que sus padres lo autorizaron a inspeccionar y explorar el lugar. Vistiendo shorts de tela y una camisa delgada, Renjun hizo su camino por el borde del lago, sin siquiera fijarse de si se estaba alejando mucho o no. Cabía la posibilidad de que se pierda, mas en ese instante no era una de sus preocupaciones.

Entonces sintió una risita tras su espalda. Se sobresaltó y se giró inmediatamente pues pensaba que estaba solo, pero cuando se dio vuelta solo encontró al otro chico.

—¿Qué tan lejos planeas llegar? —le preguntó, y su voz tenía un acento diferente. Era un poco rasposa también.

Renjun pareció sorprenderse, sin embargo, en cuanto hicieron contacto visual, el otro, con una postura relajada, le regaló una sonrisa amistosa, la misma que había visto al llegar.

—¿Cómo te llamas?

—Yangyang.

Era extraño, un poco emocionante. Para un chico que ha vivido toda la vida en el mismo pueblo, a veces tiene la sensación de que no existe nada desconocido. Todo lo ha visto antes, los lugares, las personas, siempre es la misma rutina y en Claro Azul nada parece cambiar nunca. Por eso mismo, no está acostumbrado a conocer algo desde cero, a alguien nuevo. Era un poco enigmático, y a Renjun le causaba curiosidad saber de este chico.

Así que se hicieron amigos, y en cada momento en que no estaba obligado a estar con sus padres y le dejaban un poco de tiempo para divertirse, Renjun buscaba a Yangyang, para recorrer el lugar, jugar en el lago con la pelota que llevó o simplemente conversar un poco en la arena. Era divertido, le gustaban esas sensaciones nuevas. Sabía que después de que esa semana termine nunca volverían a verse, ambos vivían a horas de ese pequeño lago, así que intentó divertirse lo más que pudo.

Yangyang era simpático y bromista. Lo hacía reír y lo hacía sentir cómodo, parloteaba un montón. A veces se le quedaba mirando cuando estaban dentro del agua y a Renjun se le desordenaba el cabello mojado, pero cuando se giraba y encontraba sus ojos, el otro parecía despertar de un trance y preguntaba «¿Nos sentamos un rato?». A veces cuando le hablaba y le contaba cosas de Claro Azul, Yangyang se concentraba mucho en su rostro, y en una ocasión incluso le corrió un mechón de cabello que le estaba mojando el costado de la cara. Él se vio interrumpido en medio de su historia, se desconcentró y repitió la misma palabra un par de veces intentando recordar dónde quedó mientras Yangyang solo le sonreía y asentía con la cabeza. A veces sus dedos rozaban su cintura cuando estaban jugando con la pelota en el lago y se acercaba a pedírsela porque era su turno lanzársela, y cuando Renjun al fin puso su mano sobre la suya sentados en la arena mientras esperaban que el sol del atardecer seque las gotas que hacían sus cuerpos mojados resplandecer como piezas de joyería miniatura, Yangyang solo sonrió, jugueteando con sus dedos.

Campo de Tulipanes ⋆ noren!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora