Eleanora no deseaba nada más que dejar el mundo de la prisión y regresar a casa. A ella no le importaba menos cómo eran, siempre está notando lo bueno en las personas. No importa cuánto los odiaran todos, ella simplemente no podía. No podía verlos p...
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El vínculo se rompió con poco esfuerzo. Cerré los ojos mientras una lágrima solitaria caía por mi mejilla, trayendo consigo mi apego emocional. Tomé una respiración profunda que se sintió más ligera de alguna manera, casi como si finalmente pudiera respirar sin la culpa. Mi cuerpo se sentía más ligero que nunca, pero todavía me dolía el pecho debido a Cleo.
Mis pensamientos parecen volverse locos mientras trato de descifrar lo que estaba tratando de decir. Los pensamientos iban demasiado rápido para que pudiera seguirlos, así que los dejé pasar.
"¿Porqué estoy llorando?" Su tono era casi de disgusto, lo miré desconcertada porque justo ayer estaba llorando.
"Es un efecto del hechizo. Dicen que la lágrima solitaria lleva consigo tus emociones hasta que simplemente se desvanece". Lo miro, tratando de averiguar si todavía siento algo por él. Tal vez ahora pueda ver lo idiota que es en realidad.
"Sabes que esto no cambia nada, ¿verdad?" Me mira fijamente, esperando mi respuesta. Le di su respuesta con una pequeña sonrisa, asintiendo.
"Entonces, ¿cómo sabemos que funcionó?" Giré la cabeza, hablando, buscando la respuesta a través del hechizo.
Murmuró un, "Así" antes de avanzar y agarrar mi cara. Mis ojos se abrieron cuando él presionó sus labios contra los míos. Esto ya no era como antes, cada pequeño aspecto que amaba de nuestros besos había desaparecido. Me alejé, abofeteándolo casi inmediatamente antes de que pudiera pensar.
Mi boca se abrió, mirándolo en estado de shock, "Juro que no quise hacer eso". Él sonrió, levantando las cejas, sus ojos oscureciéndose.
"No, está bien. Yo habría hecho lo mismo". Se rió entre dientes, lamiendo la poca sangre que estaba expuesta.
"¡No, no lo entiendes! Yo no hice eso". Mi mente se estaba volviendo loca mientras lo miraba con miedo en mis ojos. Su sonrisa vaciló antes de negar con la cabeza.
"No puedes hacer esto de nuevo". Murmuró en voz baja, pero lo escuché.
"¡Simplemente no lo vuelvas a hacer!" Me dio una mirada severa, pero se suavizó, reemplazándose con una pequeña sonrisa.
"Bien, solo no me beses". Me estremecí ante su rostro ahora risueño.
"Sabes que te gustó". Sonrió cuando estaba a punto de abrir la boca para decir algo, pero ya se fue.
Tomé una respiración profunda, tratando de mantenerme al día con la situación. Mis sentimientos por Damon se han ido, pero todavía me siento confusa. Tal vez necesite tiempo.
Terminé quedándome dormida de nuevo, pero ya era pasada la medianoche. Miré hacia donde estaba el ruido para volver a escucharlo.
¡Pérdida! ¡Pérdida!
Resoplé solo para chillar al escuchar el sonido, pero solo más fuerte esta vez. Me levanté vacilante, caminando hacia la ventana. Aparto las cortinas solo para saltar a mi propio reflejo. Me río de mi estupidez mientras miraba afuera a la carretera vacía.
Mis ojos examinan los caminos afuera, pero no veo nada. Puse los ojos en blanco, poniendo las cortinas en su lugar y alejándome.
"Muy divertido, Damon". Rodé los ojos, sentándome en la cama una vez más.
¡Pérdida! ¡Pérdida!
Apreté los labios y me acerqué a la ventana. "Está bien. Déjalo, no es-" Mi respiración se atascó en mi garganta mientras miraba la sombra de la silueta debajo del exterior. Podías ver un poco de él desde la luz, pero no todo el camino. Solo sé que él no era Damon y eso significaba que había otra persona aquí.
Parpadeé de repente, solo para que la silueta desapareciera, haciendo que mi corazón se acelerara ante el pensamiento.
