Capítulo 1: La casa de las paredes azules

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Hoy en día sabemos cómo se hace todo, excepto vivir

—Jean-Paul Sartre

              Este capitulo contiene mencion y se representa el suicidio. Por favor mantener discrecion.  

                    12 de Agosto 2019

Se escuchaban gotas de agua caer y chocar contra el piso, las calles se inundaban por la gran llovizna. Estaba solo con el sonido que estas producían, y parecía que estas coordinaban para caer sobre él o al menos así se sentía. La poca luz que había, el de la luna y algunos faroles, hacían resaltar el color miel de sus ojos y por supuesto su cabello rizado. El ruido de la ciudad se iba apagando poco a poco, pero esto no parecía importarle. No notó cuando un carro casi lo atropella o cuantas horas camino bajo la lluvia.

Sus lágrimas caían de su mejilla al suelo, y causaba una hermosa danza entre estas y la lluvia. Le causaba un súbito sentimiento de dolor y angustia. Parecía que las lágrimas quemaban su suave piel y como si de es de estas lágrimas saliera su desesperación y su vida; por eso quemaba tanto y aun así no estaba dispuesto a parar porqué el dolor no era tanto comparado con las miles de noches que lloro con las misma lágrimas.

Podría correr bajo la lluvia si no fuera como sus lágrimas, lacerantes. Podría reírse en ese mismo instante si algo realmente feliz lo inundara. Y por supuesto podría morir, no por un deseo ni por pensamiento momentáneo, era un sentimiento que lo acompañaba siempre. Odiaba ese sentimiento. Pero no podía evitar sentirse fascinado con la idea de ya no estar aquí. Como alguna vez en su infancia deseó morir, ahora su deseo era casi su realidad. De niño pensaba que las personas eran estúpidas, infelices y presuntuosas. Digamos que las personas eran extrañas y lo trataban como la oveja negra rodeada de lobos que en cualquier momento lo matarían, pero también digamos que él era una persona. Y solo por eso deseaba morir.

Se pasó dando vueltas por su vecindario, dudaba si entrar o no a su casa. Pero ¿Quién duda de eso? Podría estar dándose un baño en vez de estar empapándose bajo la lluvia, después salir y ver la tele junto con su esposa Paige y leer un rato antes de acostarse y seguir con su "maravillosa" vida al día siguiente. Pero no lo hizo, porque sabía que si entraba no saldría vivo otra vez. Anhelando la muerte, llorando su vida y lo que podría ser un desierto de pensamientos en ese lugar. Solo se quedó mirando la casa de paredes azules, su casa.

Era extraño, toda la casa tenía paredes azules, desde el salón principal hasta el baño del segundo piso. Lo curioso es que Peter Strasburg nunca quiso cambiar el color de las paredes, por alguna extraña razón se mostraba muy conforme con ellas. Incluso su esposa se daba cuenta de esta admiración, él se podría quedar observando esas paredes por horas «Son como el mar y el abismo, hermosos pero no llevan a ningún lado, solo al vacío» lo cual hacia estremecer a Paige, él nunca hablaría acerca de por qué el azul, solo de pensamientos vagos que conllevan esas paredes.

Lo que no era un secreto, solo una persona le recordaba a ese vago color, y que al mismo tiempo le recordaba el abismo del que los dos cayeron sin llevar un paracaídas, y termino aplastándolos contra el pavimento, con amor y tal vez con un poco de paciencia, que los dos, desperdiciaron.

Antes de darse cuenta ya estaba en frente de su casa, metía las llaves para darle vuelta a la perilla y entrar. Sus manos se congelaron justo cuando giro las llaves, sus pies se quedaron estancados en el piso y su mente ya estaba hecha trizas por sus propios pensamientos. Recordó todo lo que necesitaba. Había perdido el control de sus recuerdos, ya no sabía que se sentía como un sueño y cuál era su realidad. Todo parecía volver sin necesidad de hacer algo, porqué el nunca hacia algo. Cerró los ojos, sentía que cada vez se hacía más pequeño. La puerta se abrió...

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