En la noche a Draco le dieron ganas de leer una vez más el libro. De sentir que vivía en él, olvidándose de que estaba en su habitación, entonces con la cómoda luz de la lámpara, acostado en su cama con una taza de té humeante, comenzó a releer:
Capítulo uno
En la tranquilidad de un pueblo del que nadie recordaba el nombre, vivía un niño que limpiaba la casa de piso a piso, bien pulida dejaba la madera y brillante las ventanas, ordenaba las ropas y también el pan horneaba. Harry Potter vivía en casa de su tía con una muy estricta regla. Ella le daba un lugar donde poder vivir, pero a cambio él tendría que hacer todos los quehaceres, incluso si era demasiado pequeñito para poder preparar bien una sopa de verduras.
Muchos vecinos le dijeron a Petunia Evans —así se llamaba la tía—, que cuidará bien a su sobrino y que lo mandara a la escuela del reino. Pero aunque ella hizo promesas, a regañadientes aceptaba otras peticiones. No parecía querer mucho a su sobrino, muchos menos realmente haber querido a su hermana, solo que lo que se cree a simple vista no siempre es cierto. Y decir qué razones y secretos oculta Petunia Evans, sería arruinar la sorpresa al mencionarlo en el inicio, así que hay que aguardar a que la historia avance.
Harry Potter tenía once años, cuando por fin marchó a la escuela del reino. Allí la magia se enseñaba con la misma frecuencia en que a los no mágicos, les enseñan literatura, ciencias o matemáticas. Solo que en este tipo de enseñanza, las materias eran Pociones, Transformación o Runas. Una maravilla sorprendente dónde no habían restricciones más que claro, que tu propia familia se niegue a enviarte a la escuela.
Entonces tendrías labores como soldado, artillero, zapatero o herrero, lo cual no quitaba menos valor, pero a veces, había quienes habían nacido para aprender magia.
Hubo una vez, un panadero que amaba amasar y hornear su pan, pero cuando ya era un señor muy grande la magia visitó su casa. Aquel hombre jamás fue a la escuela del reino antes, porque estaba muy lejos, pero cuando uno guarda magia en su interior, la magia siempre llegará.La única escuela de magia que tenía la protección de un reino, era la escuela que habitaba territorio Ravenclaw. Cuya gobernante era la reina Luna, una fiel seguidora de lo que las estrellas escribían, amiga de cada persona particularmente poco «convencional», y en sí mismo, una persona fuera de lo común. Ella había practicado la magia desde que era una niña muy pequeña que hablaba con criaturas del bosque.
Luna Lovegood tenía un largo cabello rubio con risos, una sonrisa amigable y unos ojos soñadores que a veces, solo a veces, parecían estar mirando el futuro.Por esa razón era que ella había dedicado parte de su gobierno para proteger la escuela de magia.
Harry Potter miró con asombró las calles que lo acercaban a la gran escuela. Empujando de su carrito con cuadernos y libros en tinta, observó una hilera de otros chicos de su edad, más allá donde se extendía había muchachas y jóvenes mayores que ayudaban a otros. Con nerviosismo Harry siguió caminando, siguiendo al montón.
Entre medio de la multitud, Harry pudo ver a un niño caminar de un lado a otro
buscando algo con mucha desesperación.—O-Oye, ¿Has visto un sapo? —preguntó el niño cuando se cruzó a Harry.
El pequeño lucía nervioso, en cualquier momento podría llorar, pero Harry supuso que el hecho de estar buscando algo que se le ha perdido en un sitio tan gigantesco como ese, alarmaría a cualquiera.
—No, lo siento. —dijo. — Pero puedo ayudarte a buscarlo, si quieres. —añadió.
Aquello fue un alivió para el otro niño, que formó una sonrisa floja.
—Soy Neville Longbottom. ¡Y buscamos a Trevor! —exclamó con rapidez.
Harry simpatizó con lo afligido que estaba el niño, si alguna vez llegaba a tener un pequeño amigo, esperaba no perderlo nunca.
Neville era algo callado, parecía que tenía cierto temor con las personas, Harry aunque nunca había estado tanto tiempo con demasiado gente, estaba emocionado.
Al final encontraron a Trevor, el pequeño sapo que siempre se le escapaba a Neville, y lo hicieron justo cuando entraron a la escuela.
En la escuela había un enorme árbol en el medio del salón principal, había luciérnagas que brillaban a su alrededor y unos cuantos hilos amarillos subían hasta el techo.
Aquel árbol era el cimiento más importante de la escuela, porque sostenía toda la estructura y era aquel que le daba magia.Si algún día las luciérnagas no brillaban, si los hilos se rompían, ya no habría escuela mágica a la que asistir.
Draco soltó un estornudo que casi le hace resbalar el libro de 769 páginas al piso de la habitación. Estaba algo cansado ese día, soñando despierto y divagando en la lectura.
El libro tenía capítulos introductorios al mundo y sus personajes, mientras presentaba la trama de a poco, ya que cuando el protagonista cumplía la edad de la profecía, todo comenzaba a ser un montón de preguntas y tensiones, de aventuras y algo de mucha emoción.
Cerró el libro dejándolo en su mesita, y luego darle un sorbo a su té, era una pena que hubiese leído tan poco, pero cuando el sueño llegaba era imposible negarlo.
La casa se volvió silenciosa.N/A: AAA buenas noches. Quería decirles que haré como momentos intercalados o habrán partes de "Harry Potter y los cuatro reinos" para ir viendo la vida de Harry y todo lo que Draco (y Hermione) aprecian. Para finalmente, llegar al momento que esperan osí.
Gracias por leer💕💕✨✨

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Deseo que seas real
Fiksyen PeminatDonde Draco esta obsesionado con un personaje literario. Y donde un simple deseo hace que su vida cambie, para bien o para mal. |Draco Malfoy × Harry Potter | PORTADA Y SEPARADOR HECHOS POR: @0H-C34S3R