UNO

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Draco tenía los ojos entreabiertos. Estaba pensando seriamente en darle una patada a su despertador. Pero como no podía comprar otro, sin una explicación más o menos decente que darle a sus padres, se levantó aún con el peso de querer seguir durmiendo. Con el puño de su mano, apagó el estruendoso ruido, que le indicaba solo que la mañana había llegado y que debía asistir a la escuela. Era su último año, pero sin duda el más pesado. Ya no recordaba si hoy había prueba de Química, Biología o Literatura.

Para su mala suerte había de las tres.

—¿Y si no voy? —preguntó para si mismo, caminando hacia el baño. — Les digo que tengo una pierna rota...—soltó un bostezó, mientras giraba la perilla del agua caliente.

Draco era el único hijo de una familia promedio, eran ingleses pero por cuestiones de estudio, el chico termino viajando a los Estados Unidos. Al principio se había sentido fuera de órbita, el acento que usaban ellos se le hacía tan extraño, suponía que para los demás el suyo también lo era. Sin embargo, estaba feliz viviendo en el edificio en renta para estudiantes que sus padres le ayudaban a pagar, así era, ellos podrían el dinero y el las ganas y buenas calificaciones en sus estudios.

Por eso mismo, la idea de faltar tuvo que dejar irla, como el agua que se iba por el desagüe.

Camino sin ganas arrastrando sus pies por la habitación, para vestirse. Le basto un mini segundo para mirar el reloj y ver que nuevamente iba atrasado. Agarrando su mochila, tomó un jugo del pequeño refrigerador, podía ayudarle a despertar el ácido sabor de la naranja. Camino a paso apresurado una vez salió por la puerta de vidrio del edificio. Una mañana en la ciudad era sin duda escuchar los múltiples sonidos del tráfico estancado en las calles, gente caminando apurada, buscando ser la primera quizás en tomar el taxi de turno.
Draco tomaba el autobús que pasaba por la estación al frente del instituto.

Ahí, mientras ponía alguna playlist al azar, dependiendo de cómo se encontraba, se quedaba observando disimuladamente a la gente, pensando en la variedad de historias que podían estar en un solo lugar. A unos asientos podía ver a una médico. Más allá a quien parecía ser un abogado y más cerca de él, el rostro cabizbajo de una chica que parecía estar escribiendo algo con paciencia en su celular, según sus cálculos podría tener unos quince años.
Suspiró un poco, cuando el pequeño empujón de un hombre lo hizo distraerse de sus pensamientos.
Enfocando su vista mejor en algo más, miró hacía la ventana, sosteniendo con fuerza el pasa manos del autobús.

Sonrío fugazmente, recordando lo mucho que desearía poder pasar sus días en el mundo de aquel Harry Potter, pobre chico, según el relato, se decía que nadie podría quererlo, porque la muerte le rondaba a cada momento. Pero Draco —y quizás como otros más—, estaba dispuesto a luchar contra lo que fuera para verlo feliz.

Es gracioso creer que pese a la actitud hostil que todos en el instituto consideran que tenga, en realidad prefiere su soledad, al menos cuando no está con Hermione. Tan "extraña" como él, son unos pequeños noños come libros, al alto nivel friki. Pero están bien con eso, viven su vida normal, teniendo un fanatismo por algo que les gusta.

Draco abrió los ojos de pronto, notando cómo había quedado demasiado atrapado en como sería su ropa si estuviera en aquella época medieval mágica. Camino hacia el botón, indicando con el sonido al conductor que alguien iba a bajar. Apenas lo hizo, camino hasta cruzar la calle, llegando a las puertas del instituto, dónde la poca cantidad de estudiantes que entraban lo hacían a paso rápido, casi como él, porque inevitablemente habían llegado tarde por algún motivo.

—No debimos hace esa maratón anoche. —se quejó una voz detrás del rubio.

—Valió la pena cada segundo, hermano. ¡Es un clásico! Amo los clásicos y amaré ver mil veces cada escena.

Draco movió la cabeza, moviéndose rápidamente hacía las escaleras, subiendo de dos en dos. Quería reírse, porque la conversación anterior era tan rara como las que tenía con Hermione. Era una buena amiga, fue como una luz en la oscuridad de no saber dónde rayos estaban sus clases, aquel primer día.

Tocó la puerta lentamente, afirmando las correas de su mochila un momento. La mujer mayor con lentes algo caídos en la punta de su nariz le miró alzando una ceja.

—Tenía dolor de estómago.

—Señor Malfoy no me interesa. Solo entre de una vez a la clase. —señaló la mujer, dándole la pasada.

Draco asintió, algunas miradas se posaron en él. Había una cosa curiosa sobre el tema, algunas de sus compañeras y compañeros, habían decidido que era una grandiosa idea postularlo como rey del baile de graduación. No era algo que estuviera en sus planes, ni siquiera tenía ganas de ir a ese baile, lo suyo no podía tratarse de estar tan cerca del resto, pese a que le agradaban. Solo era que, su única amiga era Hermione y estaba bien con solo eso.

No necesitaba llamar la atención, no como alguna vez lo hizo en Londres.

—No me digas. Tus excusas algún día no serán suficientes, y te van a expulsar.

—No jodas Hermione. Hay cosas más importantes que una expulsión.

—Exacto. Reprobar el año. Harry Potter no te salvará, además no le gustán los tontos. Según la nueva actualización de la autora en el blog. Harry puede enamorarse de cualquiera muestre una capacidad intelectual increíble.

El rubio alzó una ceja. ¿Por qué él no sabía eso? Se le había olvidado revisar el blog. Sacó uno de sus cuadernos y comenzó a tomar apuntes. Pensando en todos los indicios que habían dado de algún romance.

—No puede ser que le guste Ron, ¿O sí?

Hermione alzó los hombros.

—Creo que le gusta su amigo. Siempre habla de él de una forma muy...Romántica.

—¡Señorita Granger, señor Malfoy, dejen de murmurar allí atrás!

Ambos suspirarón, volviendo a escribir sobre el origen del átomo.



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N/A: Mí yo de 15 años debe estar impactada de que por fin he escrito el primer capítulo. Que nostalgia :c
Recuerdo que está historia está dentro del círculo de aquellas que escribí o trate de, cuando me sentía súper mal en tantas formas ú

Entonces mí yo de 15 años sería la autora de "Harry Potter y los Cuatro Reino". Me siento como una J.K. muy chiquita, al estilo del meme de John Wick.

Es corto para ir empezando en todo este estilo, siempre imaginé cuatro puntos del ambiente, entonces debo extenderme de a poco. Creo que no tengo nada más que decir :0

Gracias por leer💕

Deseo que seas realDonde viven las historias. Descúbrelo ahora