Capítulo III

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Entro a la cocina junto a Madison, Ellen abrió el frigorífico y Madison sacó unos platos tratando de no hacer ruido, prepararon unos panqueques... Ellen estaba por comer pero Madison la detuvo y la llevó por un pasillo pequeño que daba hacia un balcón...

- ahora si podemos comer? - dijo Ellen un poco molesta
- claro toma asiento - coloco su plato en el borde de la recargsders del balcón y tomó asiento - una ligera ráfaga de viento provocó que tambalerara el plato de Madison a tal punto de caer - maldita suerte - replicó
- espero y no vieran los guardias el plato - dijo mientras hacía aún laod el suyo - bueno ahí quedó tu comida...
- ahora que comeré todavía tengo hambre... - dando un golpe a la barra
- no te preocupes puedes comer del mio

Ellen y Madison compartieron la comida y platicaron un poco sobre sus vidas... Se podría decir que forgaron una amistad pero no todo en esta vida es como se cree...

Paso una semana completa y al parecer Ellen estaba cambiando vastante rápido... Nadie aún había dado quejas sobre el plato roto y Ellen y Madison empezaron a llevarse bien eran más seguidas las horas que pasaban juntas...

Esa mañana paso lo que Ellen anhelaba con mucho deseo, la llamaron para ir hacia un sótano donde tenían todas las cosas de las reclusas...

Al llegar hacia el sótano no vio rastro de alguna persona

-¿hola? - pregunto Ellen en busca de alguna respuesta, al fondo se escucharon ruidos extraños - ¿hola? - volvió a preguntar "demonios" se escucho al fondo - ho-hola soy Ellen, Ellen deghmenteri me han llamado para buscar algunas cosas

Del fonlfo salió un anciano con una caja entre manos susurrando alguna palabras que ellen no logro entender... Ellen se acercó al anciano quien alzó la mirada un poco alegre

- ¿usted es Ellen? - preguntó el anciano mientras acomodaba la caja encima de una pequeña mesa de madera
- si soy yo - dijo Ellen - ¿para que me citaron en este lugar oscuro? - ellen observó curiosa la habitación
- esta s una caja con cosas que pensamos que son útiles para usted - volteo hacia la caja y la abrió - aquí solo hay tres cosas, escoja bien - el anciano se alejo de la caja dándole paso a la joven

- Ellen se acercó lentamente y dudosa a la caja, en ella solo estaba una muda de ropa, un jabón y su peluche - ¿solo puedo escojer uno? - el anciano asentó con la cabeza - ok, la ropa no creo que la ocupe todavía, el peluche lo puedo escojer en otra ocasión, entonces el jabón - miró al anciano quien se acercó y tomó el jabón entre sus manos y lo envolvió - ¿ya me lo puedo llevar?
- claro niña - le dijo mientras le entregaba el jabón en un trapo negro suave
-gracias - tomó el trapo y dio media vuelta, subió las escaleras dejando atras al anciano, al llegar a la entrada del sótano desembolbio el jabón - un jabón mejor me hubiera quedado con la ropa - penso Ellen tocó el jabón y en ese momento recordó a su madre...

Llevaba días sin verla se preguntaba que estaría haciendo en esos momentos, quizá unos pastelillos, lavando la bajilla, desempolbando la sala... Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando una niña quizás un año menor a ella llegó llorando... Detrás de ella otra chica que se veía años mayor a ambas...
Cargaba unos papeles supuso que la menor era nueva. Detrás de ella Madison se acercó y Ellen lo noto

El Reclusorio de los "raritos" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora