Secreto (Camilo Madrigal x Lector)

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Narra Camilo:

Caminamos demasiado, incluso llegue al punto en el que las plantas de mis pies comenzaran a doler, prácticamente estaba agonizando. Y la felicidad al ver que mi hermano al fin se había detenido hizo que haga un grito de emoción, algo que a Antonio no le gusto, ya que me tapó la boca y me jalo del brazo para después ocultarnos entre 2 grandes piedras

- Vendrá aquí dentro de unos minutos -susurró-

Ahí fue cuando entendí que mi hermano prácticamente lo estaba acosando

Lo estuvimos esperando durante mucho, una hora entera -con que dentro de unos minutos no?- Bueno, ya había terminado mis tareas y creo que Antonio igual, así que no había problema en absoluto, O eso es lo que pensaba hasta que vi un tucán -obviamente amigo de Antonio- acercándose hacia nosotros, para posarse en su antebrazo y decirle algo

- se encogió de hombros- Oh, Hermano, la abuela me busca.. Así que..

- Tranquilo, yo espero acá

- ¡Lo siento! -gritó, al darse cuenta de esto se tapó la boca y siguió corriendo con algo de torpeza-

- Hay mi hermano -sonreí forzadamente mientras lo veía alejarse-

Su chigüiro -el cual me ayudaría para volver a casa- Comenzó a moverse con emoción -o eso creo, estos no son muy expresivos que digamos- mientras miraba al cielo, las hojas de los árboles crujían y algunas aves comenzaban a trinar, posiblemente era aquel chico. Sinceramente estaba empezando a creer que todo era una broma

Al levantar mi vista pude confirmar que, justo como había dicho mi hermano, habían más personas como nostros. Ya que un chico que parecía tener contextura delgada y piel morena descendía con elegancia y cautela hacia el suelo. No pude ver su rostro completo, pues la capucha de su ruana tapaba la mitad de su cara

Tarareando, comenzó a recoger los frutos de cada arbusto y árbol cercano para después ponerlos en su canasta

Me emocionaba cada que podía ver algo de su rostro o cuerpo, es alguien nuevo y mi curiosidad me esta comiendo vivo

¿Quién será? ¿Cuanto tiempo estuvo acá?

Poco a poco me inclinaba para ver más detrás de la roca, mi corazón latía tan fuerte que podría jurar lo escucho ahora mismo

- Se que estas ahí, sal por favor -dijo tranquilo y un tanto amigable mientras se revisaba las uñas-

No hice ningún ruido y no me moví, solo lo observé y ahora me había encontrado

¿Habrán sido mi respiración? No, eso no puede ser posible

- Pequeño chigüiro, tengo algo para ti -dijo segundos antes de que me levantara mientras alzaba una caña de azúcar-

El animal corrió a su lado para aceptarle la comida, como si fuera su mascota de toda la vida

Lo siguiente fue silencioso más no incómodo, mucho menos aburrido, se apoyó en el tronco de un árbol y comenzó a contarle cortos cuentos -los cuales nunca había escuchado antes- a los animales cerca suyo. Y uno en especial llamó mi atención, una historia de 2 jóvenes amantes separados por prejuicios, odio y malentendidos, teniendo como resultado un triste, injusto y trágico final. Este era muy diferente a los demás, era largo y él lo contaba con lujo de detalles, como si lo hubiese vivido. Ante esa posibilidad, mi corazón se comenzó a sentir intranquilo, pensar que alguien que parecer de lo misma edad haya vivido cosas tan tristes, me hacia sentir muy mal. Sin darme cuenta una lágrima estaba cayendo ya, después se volvieron dos, tres, cuatro y asi consecutivamente. Comencé a secar mis lágrimas una por una, pero simplemente no paraban