Secreto (Camilo Madrigal x Lector)

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Parte 1:

Hacia ya un tiempo, había una chica hermosa, de oscuros cabellos y ojos tan grandes y brillantes como diamantes que solo podían ser comparados con el mar turquesa. Tan hermosa, tan solitaria

Todos la miraban y decían excelencias de la niña, pero nadie se acercaba a ayudarla. Hasta que una vez, cierto señor de buena postura y amplio vocabulario se fijó en ella, ojos dorados y afilados, cansados por el trabajo junto a sus cabellos que iniciaban a blanquearse "prematuramente" a sus 45 años

Iba todas las noches al orfanato, a su habitación y la embelezaba con poemas y rimas, jurandole verdadero amor. Pero, el estar ella siempre en ese lugar solo la hacía ignorante de lo que pasaba afuera, en ese grandísimo y prospero pueblo

Ajena a nuevos cambios

Ajena a las fiestas, capanas de boda y ajena a su inocencia perdida hace ya tanto tiempo

Un niño

Con su piel, con sus cabellos y sus grandes ojos. Pero el color de estos, solo causaba un recordar a las monjas que lo vieron en su primer año; El alcalde

Y ellas no serían las únicas

Él lo sabría tarde o temprano, las voces corrían por el pueblo tan rápido como la melodiosa voz de la pobre chica escabullirse por las ventanas y puertas de esa cabaña, alejada del pueblo igualmente. Nueva casa, misma vida

Pero, al igual que el viento, esos chismes pasaron y se fueron con rapidez. Ese niño era ahora catalogado como un hijo bastardo, hijo de un posible ladrón o barón que pasaba por el pueblo y fue seducido por la mujer

Acusado constantemente de robos y pérdidas por parte de la comunidad

"¿Mami, cuando dejaran de hablar?"

Preguntó una noche, pero la mujer ya no tenía respuesta que pudiese calmar esa curiosidad inocente e infantil

"Deja de pensar en eso"

Dijo tranquila, sacando una carta de su bolsillo

"Es de papá"

Continuó feliz, ella sabía muy bien quien era ese hombre y la familia que lo rodeaba. Pero, ¿Como puede no estar atada a él? Tomó todo de ella, su juventud, su virginidad e inocencia. Lo "amaba" por "amarla"
Y constantemente esperaba dos de sus cartas secretas, una donde le decía cuando vendría, donde sería y que harían y la otra iba dirigida a su hijo, escribiéndole sin amor mentiras que prometían él paraíso mismo. Con la única diferencia de que esta vez, este ya no solo decía "algún día" este era firme..."lo haré"

El niño comenzo a saltar de felicidad, y sonriente corrió por la vieja habitación

"¡Papi vendrá!" repetía constantemente

"¡Si, para tú cumpleaños! " siguió su mamá que comenzó a saltar junto con él, su quinto cumpleaños. Que hermoso sería
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"Vendré mañana por la noche, no salgan ni me esperen afuera, yo mismo tocare la puerta. Quédense adentro de casa"
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Tan inocentes ambos...

La siguiente noche, _______ corrió al bosque a sacar flores para la gran cena que tenían preparados él y su mamá, desobedeciendo a la idea