Prologo

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10 de April del 2006

Dejo de escuchar cualquier tipo de ruidos, permanezco quieta por un rato más y sigo sin escuchar nada, desde que sonó un ruido muy fuerte del cuarto de mis padres.

Creo saber lo que sucedió así que salgo de debajo de mi cama, donde me escondí tras escuchar los gritos y reclamos.

No tengo miedo, al contrario siento que todo estará bien ahora.

Bajo a la primera planta de la casa, tomo el teléfono local y llamo a la única persona que podrá ayudarme.

Suena y al segundo pitido contesta

-Bueno- contesta el teléfono con su tono de voz siempre amable.

-Hola tia- le digo

-Cariño- se nota un poco sorprendida- ¿ocurrió algo con tus padres?

- Si, volvieron a pelearse, pero creo que ya no lo volverán a hacer.

-¿Por que crees eso cariño?- preguntó con mucho cuidado de sus palabras

-Porque creo que están muertos- le dije sin titubear -Tia ¿puedes ayudarme?- le pregunté

-Claro cariño iré de inmediato con la policía- dice muy nerviosa- no te asustes ya voy en camino y por favor no entres al cuarto de tus padres ¿si?

-Bien te espero- le dije y colgué.

-Me fui a mi habitación y en mi mochila color amarillo guardé un poco de ropa como mi vestido azul, era mi favorito, tan bonito como el cielo, empaque mi pijama morado, mi sombrero rosa, ropa para estar en casa de mi tía, puse en la mochila otras cosas más que necesitaría, cambie mis cómodas pantuflas por unas zapatillas blancas que combinaban con mi vestido de mismo color. Tome mi oso de peluche el señor Tony, salí de casa y me quedé a esperar a mi tía en el recibidor.

16 de Mayo de 2006

Cementerio Regional

Camino de la mano de mi tía que ahora se encarga de mi como si fuese mi mamá, de hecho lo hace mejor de lo que fue mi madre.

Mi madre debe estar muy enfadada desde donde sea que me esté viendo porque tengo un vestido negro, ella solía odiar toda ropa que me pusiera cuyo color no fuese blanco.

Mamá decía que ese color me devolvía la inocencia que Dios me había negado.

Pero yo quise usar este vestido negro y mi tía no me lo prohibió y de hecho me compró un vestido hermoso de mi color favorito el rojo.

Las cosas han cambiado mucho desde que mis padres murieron. Bueno ahora vivo con mi tía en su casa, paso la prueba y esta capacitada para cuidarme, sigo tomando clases particulares con profesores privados. Ya no vivo en la cabaña, ahora vivo en el pueblo con tía.

Desde que murieron solo he matado un conejo y un raton que cayó en mi trampa, pero le prometí a tía no volver a hacerlo y pienso cumplir. Ella no se enfadó conmigo por hacerlo, lo tomo muy bien.

Mi tía me toma por los hombro y los aprieta sin hacerme daño, dándome la señal para que ponga las flores sobre las tumbas de mis padres.

Adiós padres, no fueron los mejores pero fueron los que me cuidaron 6 años de mi vida, no fueron los años más felices para ninguno de los tres pero los amé mucho y se que ustedes también me amaron pero debo decirles adios, me iré con tía para un pueblo muy lejano, son tres días de viaje.

Al llegar a ese lugar dejaré de ser su hija y sere la hija de tu hermana madre. Es por nuestro bien, porque todo va a estar bien. Adios a ambos los quiero.

-Vamos-digo y tomó la mano de mi nueva madre mientras salimos de ese lugar tan deprimente.

Manchas de inocencia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora