6. Un lugar especial

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Luego de tomar las fotos del bosque, regresamos al instituto y de allí nos fuimos a casa puesto que el profesor de la siguiente clase tuvo un imprevisto y no llegaría, no tenía mucho sentido permanecer en el instituto y la comida de la cafetería no era la mejor así que nos fuimos.

El regreso a casa fue en silencio por parte de los tres, al parecer los hermanos Keene tuvieron un mal día, puesto que por lo menos Duane es un parlanchín de primera y es un poco extraño su silencio. De Sidero no sabría que decir, es bastante cambiante.

Solo nos acompaña la voz de Adele  desde el estéreo.

Allegra dijo que vendría más tarde.

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Luego de ver por la ventana alrededor de unos veinte minutos decidí que me pondría a explorar la casa ya que el profesor nos envió de actividad realizar dos álbumes, uno con relación a la naturaleza y otro con relación a impactos personales así como personas o tal vez cosas que generen una sensación significativa en nosotros.

Y Diana me dio permiso de recorrer la casa y obvio todo a excepción del despacho de su marido o su estudio de arte. Ya que son lugares muy privados y entiendo perfectamente, pero me dijo que la casa me encantaría, hasta se ofreció a mostrarmela pero tuvo que salir de urgencia con su esposo y lo que supe fue que tenían problemas en el negocio.

Me terminé de poner mis converse rojas y me puse a andar por la casa.

No iba a negar lo innegable y es que la casa es preciosa pero no tiene esa sensación de hogar y de hecho transmite un poco de aflicción, aunque puede ser cosa mía o  yo lo interpreto así por los tonos azules oscuro en sus paredes,  cuando termino el camino de las habitaciones cruzo la gran puerta que llevaba a una sala con ventanales hermosos y a juzgar por la pequeña mesa y las sillas a su alrededor este lugar era para charlar con un buen te o quizás café.

Me gustó mucho toda la iluminación que entraba en especial a esta zona de la casa y por ello tomé una foto que refleja la bella estancia y un poco del hermoso paisaje que se apreciaba desde los grandes ventanales.

Estuve tentada a abrir la puerta que daba hacia un balcón con  vista a el jardín pero decidí irme por una puerta grande que también prometía ser interesante.

Al cruzar la puerta me encontré con un pasillo bastante amplio, que conectaba con otros pasillos bastante largos y wow no puedo creer que subestime el tamaño de esta casa.

Indecisa por saber a dónde ir sin perderme, me deje guiar por la voz que si no me equivoco pertenece a Sidero y esta hablando por teléfono.

-¿Que ocurrio?- escuche que dice y le sigue un largo  silencio

-¿Vendran hoy?- nuevamente silencio- Bien yo me encargaré- veo que una pequeña sonrisa macabra se forma en su rostro y eso no me gusta por lo mismo cuando salgo para enfrentarlo veo que ahora esta dando la espalda a donde yo estoy y escucho que dice

-Hey tranquilos, ella me detesta y no le he hecho nada así que cálmate que lo último que le agrada es mi presencia- dice y justo voltea mientras pasa su lengua por sus labios, gesto que debo admitir es abrumador, al percatarse de que lo escuché y estoy viendo mientras hago una pregunta muda con mi ceja  cambia su expresión por una mucho más divertida.

-Ok adiós- No se que le respondieron pero debió ser alguna despedida porque colgó enseguida

En vez de decirme algo se dio la vuelta y arranco su camino, cosa que obviamente me frustró mucho por ello lo seguí para enfrentarlo

-¿Estabas hablando de mí?- inquirí con un tono más demandante y ofuscado del que quería.

Soltó una ligera carcajada mientras cruzaba por un pasillo

Manchas de inocencia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora