Bolsillos mas vacíos

Día: 4 "Cuello"

N/A: Esta vez será más corto, recuerden soy la ficker pobre

Rogaba con sutileza respondiendo a sus caricias con la guía se sus manos, pasaba sus dedos por el contorno que delimitada aquella suave piel, envolvía en piel de oveja a un lobo hambriento capaz de devorar a todo el bosque, pero este estaría de acuerdo ante actos inhumanos, aunque su líder bendecido por la fortuna había declinado por el camino de la verdad, benévolo con los suyos y cruel con los enemigos, una fuerza capaz de dominarlos y ellos estarían gustosos aunque una mueca afligida se marcara en su rostro.

En la ciudad de Tempest tres hombres gozaban con la envidia, aquellos tres especiales portaban en su cuello la guía de una pequeña marca, sutil con forma geométrica rebosantes de vitalidad, los más allegados al gran Rimuru, los tres alfas que había logrado conquistar.

Un hombre de cabellos rojos denigrado al abismo, un príncipe sin castillo y un alfa sin dominio, otro como su opuesto de pieles oscuras, un omega dominante con un futuro arrebatado por la desgracia pero iluminado por su Dios, y por ultimo un enigma, un ser casi mitológico que reposaba su poder solo con apariencia, un epsilon, el más grande de todos.

Marcaban la evidencia de su eterna cercanía, el poder de un ser extinto presumía sus dominios ante las personas alrededor, la historias contaban como la habilidad regalada a  una raza inferior sería capaz de dominarlos y llevarlos por un camino de armonía, en la cual los sexos secundarios perderían su valor, esto lleno de envidia aLos Reyes, orgullosos de su nacimiento se autoproclamado con la perfección, llevaron al borde de la extinción a esa raza, a los poderosos Sigma, capaces de marcar el cuello de cualquier otra especie, los alfas perderían ante sus hormonas, estas actuaban como un sedante capaz de inhibir la razón proclamaba como suyo a aquello que lograra capturar su atención, de apariencias dóciles pero volátiles emociones, los envidiaban, tanto que al no poder capturar si esencia los llevaron casi a la extinción, y a los resultados de sus experimentos abandonaron entre las cenizas esperanzados a su descenso, solo habían lugar para aquellos seres perfectos.

Todo cambió cuando Rimuru apareció llevó entre su manto a aquellos abandonados por la codicia, defendió ante las provocaciones y salió victorioso, capaz de reanimar a los muertos llevó un paso más, mostrando la autoridad y alcance de su poder, los cuellos de esos hombres demostraban que cualquiera caería ante el, y estaba dispuesto a dejarse llevar por la locura en caso se ser necesario.

Esto marcaba un punto entre naciones, elevaban su capacidad ocultando el miedo que provocaban, querían eliminarlo pero sería imposible, existía un ser que ignoraba la jerarquía o las razones del género, daba la vida y podría proclamar tu muerte, un ser perfecto sin maldad evidente, pero una conciencia profunda de la realidad, no era la gracia divina, era la evidencia de alguien superior, era aquel que dominaba retornando el puesto que en alguna ocasión lo había llevado al colapso y extinción.