۞ 05: Blurry Eyes

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Seishu pasaba largas horas sentado en la sala de espera

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Seishu pasaba largas horas sentado en la sala de espera. Apenas tenía apetito y el sueño, que normalmente pesaba en sus largas pestañas, se había disipado. En su lugar, tenía un par de pronunciadas ojeras. Era primero de enero, el inicio de otro ciclo, pero debido a la situación, el festejo pasó desapercibido. Para Seishu, era un día más en el hospital, cuyo olor a alcohol y sanitizante se había impregnado de forma permanente en su ropa y fosas nasales. Si la realidad fuera otra, habría limpiado a regañadientes la casa junto a su familia el día anterior, para más tarde compartir con ellos la cena conmemorativa de año nuevo. Sin embargo, de la casa ya solo quedaban los escombros y sus padres estaban más ocupados en velar por la salud de su hermana mayor y costear los gastos que conllevaban tenerla hospitalizada, esto sin contar los daños colaterales y la creciente necesidad de buscar un nuevo hogar.

No obstante, las cosas mejoraban cuando Koko iba de visita. Siempre llegaba con un paquete de golosinas para él, aunque también solía enviar sin falta regalos costosos de forma anónima una vez por semana: elaborados adornos florales para Akane y un buen surtido de frutas para sus padres, a quienes en un principio les costó aceptar los lujosos obsequios, pero terminaron cediendo paulatinamente al verse necesitados de un rayo de esperanza en medio de tanta desgracia.

Ese día, las acostumbradas atenciones llegaron a primera hora de la mañana: un frondoso ramo de rosas arribó a la recepción junto a una gran canasta con fruta de temporada, aunque el más sorprendido fue el propio Seishu al ver a Koko atravesar las puertas de la entrada principal unos minutos después, ya que era común de él enviar los regalos uno o dos días antes de darse una vuelta por el hospital. Koko saludó a las recepcionistas y luego procedió a tomar asiento a un lado suyo sin más; entre ellos, decir hola o adiós era opcional.

Se emocionan con los regalos como si fueran para ellas comentó Seishu al dirigir su mirada sutilmente en dirección a las chicas de la recepción. Las he escuchado teorizar sobre la identidad del generoso benefactor de la familia Inui.

Supongo que ya debió pasar por sus cabezas de que se podría tratar de un adinerarado hombre de negocios —respondió Koko en voz baja con un ligero toque burlón.

Más de una vez, tenlo por seguro contestó Seishu luego de rodar los ojos—. En su defensa, no están del todo equivocadas.

Su amigo sonrió en silencio un breve instante antes de que la melancolía regresara a ensombrecer su rostro. Tras el incendio, Koko había cambiado. Ya no era el chico tímido y educado que Akane solía adorar, su mirada taciturna se había vuelto perspicaz y ahora poseía una lengua tan afilada como una daga a la hora de tratarse de negocios, un mundo que Seishu encontraba complicado al tener grandes cifras numéricas de por medio.

Vine a secuestrarte un rato, Inupi exclamó Koko de repente.

—¿Eh? —Seishu lo miró alarmado—. ¿A qué te refieres con eso? Pensé que venías por Akane.

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⏰ Última actualización: Nov 24, 2023 ⏰

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It Was Only a Kiss [Tokyo Revengers; Kokonui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora