Capitulo 8

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¡Beep! ¡Beep! ¡Beep!

¡Ah! Estúpida alarma ¡Puedes dejarme en paz!, hoy es lunes, y si, ¡adivinaron! ¡YO ODIO, DETESTO LOS LUNES!

Hice mi rutina diaria y me fui al instituto sola, porque Erick y los idiotas de sus amigos se habían levantado tarde.

-—HOLA! —gritó la pelinegra, al ver que ya iba entrando a una cárcel llamada instituto.

—Hola.

—¿Sabes?, he escuchado que hace unos minutos ingreso un estudiante nuevo; también dicen que está buenísimo.

—Oh vaya, que noticia —dije irónica.

—¡Por el amor de Dios! ¿Qué reacción es esa?

—Ah lo siento, aquí vamos de nuevo, supongo que tuve que decir: ¡UH SI, ME HAN DICHO QUE ESTA GUAPÍSIMO! ¡ME MUERO! bla-bla-bla, Sara  y tú bien lo sabes.

—Primero que nada ¿Sara? me gusta ese diminutivo.

—Si, si es que tu nombre es muy largo entonces mejor te digo Sara.

— Ok pero —i¿Cómo que no te importa, tiene que importarte?! ¿En qué planeta vives?

—Yo obviamente viví en un planeta llamado “Tierra” no en CHICOSLANDIA y tú -la señalé -recuerda que tienes novio.

—¡Hey! ¿Por qué tan así? Yo solo estoy diciendo que el chico nuevo está guapo, no dije que voy a cambiar a Sian por alguien que aún no conozco, además yo le soy fiel a mi amorcito y jamás lo cambiaría —Hice una mueca al escuchar ese apodo.

—Me va a dar diabetes de tanto escucharé —dije asqueada.

—¡Cállate! Dices eso porque no tienes novio.

—¡Mierda, cállate tu! Yo no necesito a un imbécil haciéndose llamar príncipe azul ¿Acaso me ves cara de necesitada?

—Pues, pensándolo bien... —La pelinegra fue interrumpida por el timbre indicando el inicio de las clases.

—Bueno quería amiga, ya escuchaste... tenemos que ir a clases, adiós estúpida —me despedí de Sarahi

—Adiós tonta.

Ingresé a mi clase y minutos más tarde llegó la profesora.

Estaba concentrada escribiendo mis apuntes cuando tocan la puerta, y un chico de piel pelinegro, alto y nos hermosos ojos cafés entro por ella.

—Eh, hola, perdón la demora, es que soy nuevo  y estaba un poco perdido —dijo el chico, supongo que de este chico hablaba Sarahí, porque sin duda alguna  tenía razón, está guapísimo.

-Bien, preséntate -ordenó la vieja bruja, perdón, profesora.

—Ehh, si... yo.... yo soy Anthony Luna —Se presentó.

-Siéntate al lado de la señorita Thalía Mackenzie —le dijo la profesora al chico nuevo y el solo asintió  con timidez. 

De seguro no sabe quién es Thalía.

Pues claro que no sabe idiota el es nuevo.

Ay Samantha , como los  viejos tiempos.

Yo también te extrañé estúpida.

Después de pelear con mi aún viva conciencia alcé mi mano indicándole al chico que se sentara a mi lado.

—Hola, seguro vistes mi cara de perdido ¿verdad? —preguntó avergonzado.

—No te preocupes, así es la profesora, piensa que somos adivinos y sabemos los nombres de todos -dije recordando mi primer día en el instituto, cuando conocí a Sarahi

— Sin duda algunas tienes razón.

Después de una dos horas de tortura llegó el receso ¡A COMER SE HA DICHO!

—Oye... eh quería saber, si... ¿Te gustaría ir conmigo a la cafetería y presentarte a mis amigos? —le pregunté a ¿Anthony?, si así se llamaba…

—Claro Thalía.

—Puedes llamarme Kenzie así me dicen mis amigos.

—Muy bien, Kenzie —dijo remarcando la última palabra haciéndome reír.

Nos dirigimos a la cafetería en busca de mis amigos, cuando los localicé tome la mano de Anthony y nos dirigimos hacía ellos.

—¿Desde cuándo comen sin mí?

—Lo siento, pero tenía hambre —se justificó Sarahí.

—Ok ya no importa, pero para la próxima me esperan.

—Thalia preséntanos a tu nuevo amiguito —dijo Erick.

—Ah si, lo había olvidado... chicos Anthony, Anthony chicos — Los presenté y me senté en una silla al igual que Anthony.

—Vaya forma de presentar —se burló Max.

—Lo sé, es única. —dije orgullosa de ello.

—Como Kenzie no nos ha presentado correctamente, lo haré yo —habló Sian.

—Yo soy Sian, el de allá es Max, ese de ahí es Erick,  ella es mi novia Sarahi por allá está Thalía, me pareció necesario mencionarlo, aún que ya la conoces —dijo señalando a cada uno.

—Ya basta, de presentaciones, ¡Vamos a comer! —dije y todos se empezaron a reír.

—Anthony, tu no le hagas caso, ella es una adicta a la cocina —dijo Sarahi ganándose una mirada asesina de mi parte.

Después de que todos acabamos de comer, fuimos a las clases
restantes.




Luego de dos largas horas de clase de química llegó la hora de salida.

—¡Aleluya! ¡Ya no aguantaba más por hoy! —gritó Erick mientras salía del salón.

—¿Y dónde está Anthony? —pregunté al darme cuenta que no estaba con nosotros.

—¡¡AQUÍ!!

—¿Mierda, que te sucedió? —le preguntó Max al ver que estaba todo sudado y con la respiración entrecortada.

-¡¡LAS CHICAS ESTÁN LOCAS!! ¡ME ESTABAN PERSIGUIENDO! —dijo jadeando.

—Ese es el problema de ser nuevo y guapo —dije y vi como se sonrojó.

—Oigan ¿Qué tal si hoy vamos al parque de diversiones? —preguntó Erick.

—¡SI! — Todos aceptamos.

—Perfecto, entonces hoy a las 4:00 PM.

-¡Sii! ¡Yupi!, osi... osi —festejé e hice un baile raro, provocando que todos me miran como si me hubiera vuelto loca.

—¿Que le sucede? ¿A caso fue poseída? —preguntó Max mientras me miraba preocupado.

—Bueno, mi querido amigo, te informo que ella ama ir a ese lugar —explicó Erick.

-Estás loca, muy pero muy loca —Me dijo Sarahi.

—¡No estoy loca! —grité, captando la atención de todos nuevamente.

Cada uno se fue a su casa a esperar que sean las 4:00 PM y ¡¡IR AL PARQUE DE DIVERSIONES!!!

Enamorada de un Playboy (En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora