Participantes

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Participantes.

Alianza Dorado.

Que la raza demoníaca invadiera las tierras del Imperio Marea provocó un gran escándalo en masa, el terror que se creyó impensable en invadir las planicies de las villas aledañas. Pronto se volvió una cruel y triste realidad llena de muerte, desesperación, y crueldad inhumana.

Los demonios avanzaron en todas las direcciones, destruyendo pueblos, tierras. Asesinando a todo aquel ser vivo que se cruzará frente a ellos, uno por uno, sus cuerpos cayeron al suelo en un charco de sangre y entrañas humanas.

El cielo se tornó rojo, los pastos se tornaban negros, mientras los demonios marchaban buscando víctimas potenciales para asesinar.

La mayor parte del ejército del gran duque estaba conformado por pueblerinos que llegaron a sus tierras pidiendo ayuda, y un poco de refugio en lo que obtenían fuerzas para huir de la amenaza sin precedentes que se avecinaba. Cuando el duque pidió ayuda para enfrentar al ejército demoníaco, ninguno de los refugiados se hecho para atrás.

La gran mayoría lo perdió todo por culpa de esos malnacidos hijos de puta, los cuales asesinaron a sus amigos y familias sin tener piedad alguna. La gente de Valle Dorado tampoco puso pero, si querían conservar sus hogares, tenían que defenderlo, incluso se eso significaba perder la vida.

Esos valientes pueblerinos no tenían experiencia en batalla, y tal vez nunca habían empuñando un arma en sus vidas. Una gran parte improviso armas como; Machetes, cuchillos, lanzas, palos y garrotes con clavos, etcétera, armas de bajo nivel asesino, pero que eran letales si se hacía una gran jugada.

Al llamado de Lord Elios, los caballeros Imperiales de Marea acudieron a su ayuda para combatir, incluido la Orden de Lanza Carmesí. Aunque El emperador Heron ponía en duda la estrategia del duque, depósito  sus esperanzas en esta batalla.

Sus generales y caballería peleaba defendiendo las demás fronteras, inutilizando el paso del enemigo hasta su reinado, donde se encontraba la mayor parte de civilización de su gobierno.

Líderes.

Lord Elios: Hombres que desde temprana edad demostró un gran liderazgo por los suyos, incluido hacía los más plebeyos. Tenía un conocimiento ligero, pero suficiente sobre ataques militares, estrategias, etcétera. Consigo llevá la carga de levantar su legado como gobernante de una de las riquezas culturales más bellas de la humanidad.

Luchará hasta el final, incluso si debe soportar a las más horrorosas y perturbadoras criaturas que hayan pisado la tierra.

Sargento Ezequiel: Hombre de armas desde nacimiento, a llevado a cabo varios ataques y ofensivas contra cualquier enemigo. No obstante, ni siquiera sus años de experiencia lo han preparado para la masacre en la cual estará presente.

Sir Inoue: Gran Maestra de la Orden Lanza Carmesí, una mujer de plácida belleza, no llegó a su posición con halagos y favores del más bajo ruin sexual. Una fiera guerrera, perteneciente aun extinto clan masacrado por la raza demoníaca.

Juró acabar con la insignificante amenaza que significaban los demonios. Está decidida a sacarlos de las tierras que le brindaron refugio cuando era una pequeña.

Sir Finral: Caballero Imperial del Imperio Marea, un hombre innato en el manejo de cualquier arma, entreno junto a su padre para llegar al título que hoy carga con gran orgullo. Amante de los caballeros, Defenderá con todo su ser esa palabra que tanto otorga esperanzas.

También es el amante de Sir Inoue, en secreto.

Shiro: El arma secreta de Lord Elios, y tal vez, lo más valioso en su pequeño ejército de defensa. Shiro pertenecía al grupo de humanos conocidos como "Niños elementales" una extraña condiciones que brindaba un poder elemental al usuario.

Siendo usuario del elemento del agua, llevaba puesto su túnica azul con roces púrpuras. Su maestro lo dejo a cargo de Lord Elios, tras su muerte en manos de la raza demoníaca, con 25 años de edad, está preparado para brindar lucha contra los engendros que le arrebataron a su único familiar en la vida.

Pero no era lo único que tenía planeado, había más de una sorpresa para esos demonios.

200 Lanceros Imperiales.

100 Alabarderos Imperiales.

88 Espadachines.

200 Ballesteros Imperiales.

100 Arqueros Imperiales.

500 Milicianos Armados de manera improvisada.

4 Catapultas.

6 Ballestas de repetición.

5 Balista.

120 Caballeros Imperiales.

80 Caballeros de la Orden Lanza Carmesí.

4 Caballeros Juramentados. (Pertenecientes a Lord Elios)

1 Niño Elemental.

Raza Demoníaca.

La peor amenaza que los cuatro clanes han visto, aun con la derrota de su líder, estás horrorosas pestes siguen causando males contra todo ser vivo que sea un potencial a matar.

Se encuentran cerca del cruce con Valle Dorado, acampando y sin ningún movimiento regular.

Para suerte, o no tanta de las fuerzas humanas, no había rastro de una Luna Demoníaca. Demonios de Élite elegidos por el antiguo rey demonio Solrac, más despiadadas e inconfundibles seres que tiraban la moral de hasta los más fieros guerreros.

Tampoco había visión alguna de los llamados "Clanes Traidores" un séquito de las cuatro razas. Que, caídos en la desgracia y la deshonra de haber sido expulsados de sus clanes. Marcados por una cicatriz en sus espaldas, se unieron al ejército demoníaco.

Aunque en esta ocasión, las tierras de Valle Dorado se encontraban mesmada de demonios tan horribles como la muerte misma.

Número de Demonios: Desconocido.

Demonios potenciales:

Demonios Rojos.

Demonios piel azulada.

Demonios Alados.

Demonios Guerreros.

General Ahsgork: Único líder de la marcha de los suyos, a guiado a sus tropas como se le tiene dado sus órdenes: Matar y matar.

Número de muerte desconocido, no obstante, se sabe que es un sanguinario guerrero de un metro de altura.

Muy pronto, el nombre de Valle Dorado, sería conocido por un nombre nuevo en los años futuros. Uno por el cual, se haría memoria y se dejaría como un amargo recordatorio de las calamidades que se acercaban.

Lord Elios marchó junto a sus tropas, enardecido de esa victoria que tanto añoraba, y para que su gente no sufriera de un destino cruel como las demás civilizaciones.

— No hay de otra, tenemos que hacerlo. — Lord Elios rezó a todos los dioses que conocía. Respiró con profundidad y una gran pesadez que sintió en sus hombros. No era por el yelmo que se colocó en su armadura, una coraza Dorada con incrustaciones de piedras de colores en el peto. Una imagen majestuosa que combinaba con sus ojos color miel, y larga cabellera rubia con roces blancos.

El noble ya cargaba con varios años en su espalda, aun así, a sus 38 años, seguía aparentando ser un adolescente de 16, pero el negaba ser un muchachito como en sus años de oro.

Esos días en los que escapaba de sus estudios y se iba a festejar con amigos de los mejores vinos, al igual que los torneos en los cuales siempre destacó por ser el mejor. También por ser un ligón y pensar en las mujeres y su hermosa apariencia y figura, esos recuerdos siempre los llevaría con él.

A su lado se encontraba el sargento Ezequiel levantando el estandarte de su señor, un dragón amarillo volando en el cielo azul.

Ezequiel tenía más años que el duque, su piel arrugada y bigote canoso era la prueba verídica, aunque el se encontraba ahí para dar las órdenes que se le fueron encomendadas dar a los combatientes.

— ¡Por nuestra gente!— Exclamó Lord Elios, a todo pulmón.

Pues todos se dirigían aun campo de batalla sin escapatoria o plan B, bajo la manga.

La Batalla de Valle DoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora