Prologo

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—Buenos días, vengo para el casting de la serie—un sonriente hombre miraba con coquetería a la recepcionista del lugar, la chica de apariencia joven, no más de 25 años, simplemente se sonrojo ante la descarada galaneria del muchacho

—C-claro que sí, señor, un momento— pronunció apenas la chica, cabizbaja, esto hizo reír al joven

—por favor, solo llamame YIbo— tocó con suavidad la mano apretada en un puño de la chica

"¡Por dios es tan caliente!"

—¿de verdad lo crees?—yibo se acercó poco a poco a la chica, poniéndola más nerviosa de lo aparentemente ya estaba, lo unoci que impedía la cercanía total era aquella larga mesa de recepción

"¡Aaaaahhh! ¡Por dios, actúa normal! Pero es que esta tan cerca, realmente es muy guapo"

—¿D-disculpa?—claramente sonrojada respondió a la pregunta antes dicha, yibo estaba solo a unos centímetros del rostro de la chica, la cual parecía estar reteniendo bastante aire, alejó su mano de la mano de la chica y se alejó poco a poco

—¿Crees que me pueda quedar con algún papel?—rió, sabiendo que él quedaría, pero quería alimentar un poco su egocentrismo escuchándo la afirmación de alguien más, la chica apenas saliendo del trance, empezó a asentir muchas veces de manera casi desesperada, no quedando contenta con los claros gestos corporales

—¡claro que sí! Te lo aseguro– empezó a reír de manera apenada, llevando a su boca una mano, tapando su risa leve—es más, puedes pasar ahora mismo—dijo con entusiasmo la chica

Sin más, el joven castaño le guiñó un ojo a la chica emocionada y pasó por la puerta, sabiendo que tendría éxito total

Toda la vida había sido así, oía pensamientos y los utilizaba a su favor, cumplía los deseos más profundos de las personas si le convenía, pero tenia una limitación y es que tenía aquel poder mientras tocaba a las personas, no importaba en qué parte del cuerpo, si concluía el toque ya no escucharía ni el más bajo susurro, a veces le fastiadiaba aquella limitación, pero no sé podía quejar, le había dado todo lo que tiene, claro, a parte de su talento natural al bailar, cantar y actuar y ni olvidarse de su desempeño en los deportes, era perfecto

Tenía todo lo bueno de esta vida, es solo que si describías a Wang yibo en una palabra, saldría egicentrista en todo su esplendor, pensaba que todo el mundo estaba a sus pies, algunos de sus conocidos, con quienes no había tenido contacto alguno, pensaban que el chico mimado y creído debía recibir una lección, donde se diera cuenta que tal vez no todo el mundo se rendiría ante sus pies

What's on your mind - Yizhan Donde viven las historias. Descúbrelo ahora