2 de octubre del 2012
Martes
3:40 pm, Túneles subterráneos
Hugo de forma desesperada estudia el pasillo de arriba a abajo, derecha a izquierda, su cabeza da vueltas como un globo terráqueo en rotación, tratando de ingeniar una salida improvisado. Los ojos de la chica están en la abertura del pasillo vigilando a sus "amigos". Los monstruos ya andaban dispersos buscándolos. Las palmas de sus manos le sudan, el corazón no para de palpitarle en velocidades extremas, su mente genera escenarios horribles que pueden pasar si los capturan.
Golpes, pasos, más golpes y algo pesado desplazarse se oyen atrás de ella, no puede darse el lujo de ver que hace su vecino, el temor no le permite bajar la guardia, lo que no sabe es que su vecino había encontrado una salida.
―¡Aquí!― Silba con suavidad para llamarla. Ella mueve la mano en señal de negación.
―¿Qué haces? Perdemos tiempo.― Ni loca dejaría de verlos. No se sabe si ellos ya conocían la posición de ellos y esperaban atacar en el mejor momento.
―Que vengas, carajo.
Lo mira indecisa, cuestionándose en si dejar su lugar e ir a su llamado. Tediosa trota hacia él; impactada observa el pasadizo, por sus pensamientos jamás se le ocurrió que podía existir tales cosas en estos tipos de construcciones. Quizás una habitación secreta pero no esto. Se veia que hace tiempo no se utiliza.
Él se quita su chaqueta de parches para dársela a ella.
―¿Para qué me lo das? ―inquiere ella con la prenda en las manos.
―Traes vestido. ―respond posteriormente para bajar por las escaleras que proporciona el túnel. Las mejillas de la chica se colorean por vergüenza, maldice en sus adentros el no haberse puesto pantimedias. Siempre lo hace pero, hoy fue la excepción por un mínimo despiste de vestimenta.
Con agilidad amarra la chaqueta a su cintura; las pisadas de los criaturas están más cerca de ella. Decidida, ingresa dentro del pasadizo, siendo cuidadosa de no caerse de las escaleras; la suela de sus zapatos entra en contacto con el suelo terroso.
Hugo vuelve a subir para colocar la baldosa. Los pasos de la criatura se alejan al ver que no hay nada en el lugar.
Se han salvado... de suerte.
En consecuencia de haber cerrado el pasadizo, todo ha quedado a oscuras impidiéndoles ver. El eco de los zapatos de Hugo resuenan por las paredes comprimidas, Mikela no sabe a que tan próximo están uno del otro. Desorientada camina a cualquier dirección con el fin de encontrarlo; el suave roce de sus manos ha hecho todo para que los brazos del chico la atrapen, a lo que ella corresponde gustosa, oliendo ese aroma a mentas que desprende de sus ropas. Los suaves labios de él depositan un beso en su frente.
Aunque el túnel huele mas a queroseno que a tierra por alguna rara razón.
―Quedémonos aquí; esas... esas cosas no van a estar todo el tiempo allá arriba.
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𝐃𝐄𝐌𝐎𝐍𝐒 (EN PROCESO)
Teen Fiction(+ 𝟭𝟴) ❝Desde que supe que éran tuve miedo. Ahora, los necesito.❞ La extraña muerte de la familia Morrison dejó una gran huella en el pueblo, siendo una de más masacres más horribles; Mikela Morrison única sobreviviente de la trag...