(+ 𝟭𝟴) ❝Desde que supe que éran tuve miedo. Ahora, los necesito.❞
La extraña muerte de la familia Morrison dejó una gran huella en el pueblo, siendo una de más masacres más horribles; Mikela Morrison única sobreviviente de la trag...
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¿Cómo Hugo me pide eso? ¿Cómo demonios no preocuparme por el chico que he conocido y quizás quiera? ¿Pero es posible querer a alguien en menos de tres meses? O solo me preocupo porque es una persona que no tiene que ver con lo que me pasa y puede salir lastimado?
Mis manos se encuentran entre, en un tic nervioso las trueno tres veces y el no se inmuta, podría ser que no le da importancia y no piensa que sea un tic.
―¿Investigaste algo relacionado con la llave? Sabemos que la llave esta medita en este embrollo.
―Fui al Cyber Café y no obtuve muchas resultados. Según pertenece a la cultura griega. ―Su voz no suena muy convencida.― Pero me da esa vibra que es otra cultura.
―¿Cual crees que podría ser?
Se rasca la nuca para volverme a mirar.
―La cultura Celta.
¿Celta? Dejaron de existir hace siglos desde el V. No puede ser.
―Pero, ¿no desaparecieron después de que los Romanos se apoderaran de las tierras? Esas tribus desaparecieron, muchos arqueólogos dicen lo mismo cuando se habla de los Celtas.
―Eso lo sé, pero algo en esos símbolos me dicen que son Celtas. ―Exhala para tomar un poco de aire y seguir.― La llave era mucho mas antigua y esa figura de la mujer, sus ropas son muy grotescas muy diferente a las ropas de las diosas griegas.
―Resumiéndolo, la llave puede pertenecer a la cultura Celta. ―Asiente― Bueno eso ya es algo.
―Si, estoy seguro un ochenta por ciento, tenemos que revisarla y confirmaríamos lo que ambos pensamos.
―¿Pero cómo lo haremos?
―Solo lleva la caja.
―Okey. No es fácil ocultar cuatro dedos mutilados sin uñas y una lengua podrida en la nevera sin que la señora Weber pregunte sobre eso.
―Llevare guantes, mi madre usa muchos por su piel. ―Vuelvo a terminar de lavar.― Les pediré unos.
Él pasa atrás de mi, quedando a mi lado izquierdo, mirándome lavar los utensilios
―Gracias, Hugo.
―Por nada, Ratoncita. Sabes que yo estaré aquí para ti.
Yo estaré aquí para ti... ¿Por que mis labios quieren soltar una sonrisa?
―Y lo agradezco tanto. ―Solo soy capaz de decir eso. Pero es cierto. Es la primera vez que conozco a alguien, mas un chico, que me apoye. Nos quedamos viendo por un corto tiempo. El jade de sus ojos es tan hipnotizante, sereno, esplendido. Sacudo mi cabeza y vuelvo a escuchar el sonido del agua caer y lavar.― Sera mejor que termines de limpiar las hornillas, después barreremos juntos.
