Chapter four: Zam Wesell

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 Cojo el volante antes de que el speeder comience a descender.

- Odio cuando hace eso.- masculla Obi-Wan.

- Pues pareces muy tranquilo viendo como tu aprendiz hace tantas cosas temerarias. ¿Le has entrenado para ser un suicida o qué?

Dirijo el vehículo por donde va cayendo Anakin, sin duda esta es la persecución más surrealista de toda mi vida. Obi-Wan alarga la mano para atrapar el sable de luz de Ani, poco tiempo después la nave que llevamos persiguiendo una eternidad comienza a arder y se va directa al gentío que anda varios niveles más abajo. Consigo dejar la nave aparcada, pero no me muevo de mi asiento.

-¿Qué haces? Los vamos a perder.

- Ya he tenido mi cupón de adrenalina del año, prefiero quedarme aquí.

- No seas cría, Anakin y tú compartís el mismo gen de locura.

- No me vengas comparando con él, no soy tan...

- Sí, sí, menos cháchara y más correr.

Abro la boca para quejarme pero me agarra de la mano y literalmente me lanza fuera del vehículo. No espera a que recupere el equilibrio y comienza a correr arrastrándome con él. Intento forcejear y salir de su agarre pero solo logro que apriete más mi mano y para mi horror entrelaza sus dedos con los míos. Una descarga recorre todo mi cuerpo al reconocer su familiar tacto pero lucho contra las imágenes que se están formando en mi mente.

- ¡Anakin!- Obi-Wan disminuye la velocidad al encontrar y nos paramos delante de un local.

- Ella ha entrado en el club, maestro.

- Paciencia. Usa la Fuerza. Piensa.

- Lo siento, maestro.

- Entró allí para esconderse no para correr.

- Sí, maestro.

- La siguiente vez no lo pierdas. Esta arma es tu vida- dice, devolviéndole su espada.

- Sí, señor.- suelto un bufido, captando la atención de Anakin.-¿Qué te ha pasado en el cabello?

- Puede que este así tras un intenso viaje donde me ha dado una descarga y luego me han arrastrado a toda velocidad entre la gente. Y suéltame de una maldita vez Kenobi, sé andar sola.- por fin libera mi mano y le fulmino con la mirada.

-¿Por qué tengo la sensación de que vais a ser mi muerte?- dice mientras va entrando al club.

- ¿Perdón? Eso lo debería decir yo. Solo llevo siete horas en esta ciudad y ya estoy persiguiendo a malos e intentando sobrevivir a vosotros dos.

- Oh, venga, siempre te ha gustado la acción. ¿No te acuerdas las veces que nos escapábamos de casa para acampar en el desierto?

- En esos tiempos era una chiquilla que no pensaba y adicta a los problemas.

-¿Y no lo sigues siendo?

- Para tu información, Kenobi, prefiero mil veces sopesar las opciones antes de zambullirme a lo loco.

- Así perderías el tiempo.

- Habló el que creaba un plan para todo.

Terreno peligroso. Obi-Wan endurece su mirada y su boca se vuelve una fina línea. Decido observar a la gente y buscar a nuestra sospechosa antes de que encuentre una manera para responder a mi comentario. La suerte me sonríe y Kenobi también comienza a inspeccionar.

- ¿Lo podéis ver?- pregunta, tras un minuto.

- Creo que él es ella y creo que es una cambiante.

- Perfecto, esto no podría ir a mejor.

- Entonces hay que tener mucho cuidado. Creo que lo mejor es...

- Anda, id a encontrarla.- interrumpo a Kenobi y me voy alejando de ellos. 

-¿A dónde vas, Shaunee?- preguntan los dos a la vez.

- A por una bebida. Me habéis traído a un club y eso se hace en estos sitios. Si la atrapáis chillar o algo, quiero un momento de tranquilidad.

Y no es mentira. Llevo todo el día intentando controlar el torbellino de emociones desde que baje de mi nave. Aunque intenté mentalizarme que regresaba a lo que consideraba mi segunda casa hay una pequeña parte que quiere dejar salir todos los recuerdos vividos tanto en el Templo Jedi como en sus alrededores. Reencontrarme con mi padre, descubrir que tanto Anakin y como yo somos muy sensibles a la Fuerza, la lucha de mi padre para que reciba un entrenamiento a pesar de que era bastante mayor para ser una padawan, su funeral... Esas son una de las tantas cosas que me pasó, casi todo lo importante que consiguió marcarme ocurrió en Coruscant y sucedió tan rápido que todavía me mareo al recodarlo. Bebo de un trago el vaso que me ha dado el camarero y el alcohol consigue que mi mente deje de rugir.

Por qué tuve que aceptar.

El maestro Windu sabía perfectamente el motivo por el que dejé mi entrenamiento, pero aún decidió contactarme para pedirme ayuda. Pienso en el pergamino guardado en mi nave. Por fin pude recopilar la información suficiente acerca del planeta de donde provenía mi madre. Descubrir la razón por el que la Fuerza actúa tan diferente en mí.

- Vaya, por tu rostro diría que algo te está atormentando.- un desconocido se sienta a mi lado. ¿Qué hace una joven tan guapa en un club sola?

- Eso no es de tu incumbencia.

- A lo mejor unos palos de la muerte te ayudarán a olvidar.

- No la vas a vender nada.- la voz de Kenobi suena detrás mía.

- No la voy a vender nada.- el hombre repite la orden.

- Ahora volverás a tu casa y recapacitarás sobre lo que estás haciendo con tu vida.

Ruedo los ojos e intento beber la nueva copa que he pedido pero Kenobi me la arrebata.

- Dije que quería estar tranquila.

- Estamos en medio de una misión y te necesitamos sobria.

- Déjame sola un momento, por favor.

- No.

- Kenobi, no estoy de humor para discutir de nuevo. La próxima vez no seré tan buena contigo.

- Por eso no me voy a ir, te estás dejando llevar por tus sentimientos.

- Ahórrate las lecciones para tu pupilo.

- Shaunee, miráme.- hago caso omiso a su petición.- Shaunee.

Conecto los ojos con los suyos. Detecto un brillo en ellos, puede que sea las luces pero su mirada azul se aclaran aun más. Noto que mi cuerpo se va relajando, no me había dado cuenta de lo tensa que estaba. De pronto Obi-Wan se da la vuelta como un rayo y oigo el sonido de la espada , luego un quejido. La asesina nos había encontrado.

Anakin y Obi-Wan la sacan entre los dos y yo les sigo sin decir nada.

- ¿Sabes a quién intentabas a matar?- le pregunta Kenobi.

- Era un senador de Naboo.-logra contestar la mujer, con la voz entrecortada por el dolor.

- ¿Y quién te contrató?- me sumo al interrogatorio ,colocándome para que me mirase directamente.

- Era solo un trabajo.

-¿Quién te contrato?- Anakin repite mi pregunta.- ¡Ahora!

- Era un cazarrecompensas llamado.- algo pasa rozando mi oreja y se clava en el cuello de la mujer, matándola en el acto.

- Es un dardo tóxico.- dice Obi-Wan tras inspeccionarlo.

- Quien quiera que haya contratado a esta mujer está decidido a mantenerse en el anonimato.-limpio una gota de sangre que bajaba de mi oreja.- Pero no durará mucho en la oscuridad.

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⏰ Última actualización: Mar 07 ⏰

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A Forbidden Love (Editando) (Obi-Wan Kenobi y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora