Jennie Kim amaba las apuestas y no podía negarse a una, ni siquiera a aquella que sus amigas le habían puesto y la cual involucraba a Lalisa Manobal.
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➪ Mención del Chaesoo
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— No puedes ocultarte por mucho tiempo, Nini — Rosé le dijo con una media sonrisa y dándole de los dulces que había llevado esa mañana.
Jennie tomó los dulces, abriéndolos y dejándolos en su mano para luego llevarlos a su boca.
— Si puedo — había dicho con la boca llena, ocultando su rostro con su capucha negra y mirando por todos lados como si en cualquier momento fuese a parecer la dueña de sus pesadillas.
Jisoo abrió la puerta de golpe causándole un gran susto que le había sacado un grito y había hecho que lanzara sus dulces. Rosé comenzó a reírse sin poder evitarlo, observando el rostro entristecido de Jennie al ver sus dulces esparcidos por todo el suelo del tejado del instituto.
— ¡Maldita sea Jisoo, casi me hago pipí!
— Sigue buscándote — avisó sacando un empaque de galletas y dándoselo —. Lamento asustarte y hacer que tiraras tus dulces.
— ¿Qué voy a hacer? Tarde o temprano va a encontrarme — tomo las galletas sin rechistar y llevo una a su boca tan rápido como la había abierto.
— Sigo pensando que deberías solo decirle que fue una apuesta — Rosé tomó una galleta.
Jisoo asintió de acuerdo. — Creo que lo va a entender.
— Pero... ¿y si quiere golpearme? — abrió mucho los ojos con miedo al imaginarse un escenario donde Lalisa Manobal golpeaba su rostro y le decía con palabras duras todo el asco que le daba.
— No va a golpe-
— De echo creo que sí — Jisoo interrumpió —, se ve muy molesta. Yo que tú me preparo para una buena paliza.
— Ya Jisoo, no la atormentes — Rosé lanzó pedacitos de galleta al rostro burlón de su novia quien le sacó la lengua —. No le oigas, dice pura babosada.
— P-pero... ¿y si tiene razón? — murmuró temerosa mirándola con ojos acuosos — ¿Y si quiere golpearme, Rosie?
— Que no va a gol-
Fue interrumpida por el sonido oxidado de las bisagras de la puerta siendo abierta, alertando a las tres chicas de inmediato. Jennie sintió su corazón comenzar un maratón dentro de su pecho al reconocer aquella cabellera peli rosa que se asomaba curiosa e inconscientemente apretó las galletas en sus manos al ver aquellos ojos enfocarse en ella.
— Creo que tú hora llegó — murmuró Jisoo levantándose y sacudiéndose el polvo, enviándole una mueca dolorosa.
— Hola... — Lisa entró mirándolas con ojos curiosos — ¿Puedo hablar con ella? — le apuntó, haciéndola dar un pequeño brinco asustadizo — A solas...
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