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— ¿Perdón?

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— ¿Perdón?

— Sí, ¿cuál es la diferencia de un beso?

Lisa lo pensó unos instantes parpadeando varias veces ante la repentina pregunta de la castaña. Jennie se había acercado de lo más confiada del mundo al verle frente a la máquina expendedora metiendo un billete y oprimiendo los botones para esperar alguna golosina, confundiéndole ante el saludo tan extraño que había tenido.

— Ah... ¿por qué la pregunta? — se agachó al ver la pequeña bolsa de frituras salir finalmente y se alzó abriéndola.

Empezó a caminar haciéndole un cabeceo para que la acompañara, observándole seguirle con una mueca pensativa. Ambas caminado por los pasillos del instituto tan cerca que sus hombros rozaban de vez en cuando, escuchado el bullicio de los alumnos y el crujido de las frituras cada vez que sacaba una de la bolsa.

— El otro día Rosie hablo de eso con unnie, pero no escuché la respuesta porque tuvo que irse — encogió los hombros doblando por los pasillos que daban directo a las escaleras y subiéndolas a pasos cuidados — y me quede con la intriga.

— Tal vez deberías preguntarle a ella.

— Si le pregunto eso a Rosie no me dirá y yo no me llevo con la unnie con quien estuvo hablando.

Lisa ladeó la boca desconforme con la respuesta, comiendo otra fritura y deteniéndose al ver la puerta de hierro de la azotea. Jennie abrió por ellas y ambas salieron sintiendo la brisa fresca pasear entre sus cabellos. Ya tan acostumbrada a ir a ese lugar Jennie dobló para acercarse a la parte medio escondida detrás de la ventilación sobresaliente del techo, sentándose con las piernas cruzadas y mirándole imitarle casi desconfiada. Sonrió divertida al verle asomarse disimuladamente por las orillas del techo encogiéndose en su lugar.

— Uh... creo que un amigo mío hablo una vez sobre eso... no recuerdo qué dijo pero me sé tres diferencias.

— ¿Cuáles son?

Lisa la escaneo unos segundos alzando una ceja. — ¿Por qué tanto interés?

— Solo es curiosidad

— El piquito, el normal y el intenso.

Jennie frunció el selo. — ¿Un piquito?

— Es el beso rápido o el beso casto, no sé cómo explicarlo.

— Podrías demostrarlo.

Lisa le miró ceñuda. — No lo sé...

— ¿O es que no te atreves? — al ver su confusión continuó — Te reto a que me lo demuestre.

— Ah, ¿estas retándome? Bien — sin decir más nada se acercó velozmente para dejar un casto y rápido beso sobre su boca apenas dejándole tiempo de sorprenderse.

Jennie aplanó los labios y frunció el entrecejo. — No es justo, fue muy rápido.

— Bueno, ahora conoces el beso del piquito.

Le observó abultar los labios fingiendo lanzar besos hacia ella y sintió su rostro arder, ya no sabiendo si de la vergüenza o del ligero enojo que comenzaba a sentir al estar burlándose de ella.

— Eish... ¿y qué hay del normal?

— Ese ya te lo enseñe.

— No lo recuerdo.

— Jennie Kim, ¿es que quieres que te bese de nuevo?

Jennie sonrió divertida. — Por supuesto que no, besas mal.

Lalisa pareció ofendida un momento, pero de pronto había dejado de lado las frituras para sujetar su rostro y acercarla a ella para unir sus bocas. Jennie jadeó de la sorpresa ante el repentino movimiento provocando que sus bocas se moldearan mejor, sintiendo los suaves y delicados labios moviéndose sobre los suyos lentamente. Le sintió soltar sus mejillas para sujetar sus hombros para después apartarse otorgándole el privilegio de respirar de nuevo.

Lisa sonrió burlona al ver sus mejillas  coloreadas y sus ojos cerrados con fuerza viéndose en verdad tierna.

— Lisa — habló todavía sin abrir los ojos.

— ¿Uh?

— Apuesto a que no me enseñas el intenso.

¿Cuánto apuestas?

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Por una apuesta ꨄ Jenlisa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora