C A P Í T U L O 12

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Capítulo 12 | Jugando con fuego..


Mis manos empezaron a sudar y la necesidad de irme a fumar eran tanta que ni cuenta me dí cuando comencé a mover la pierna de arriba abajo sin freno, no se porque demonios me sentía así. Me encontraba en la empresa de los Stone -bueno de mi familia-, estaba esperando en la recepción ya que la estúpida de la recepcionista me había hecho esperar porque "habían personas más importantes que yo" habían pasado que? ¿una semana? Desde que no veía Aaron, no lo había visto desde que tuve mi ataque en su departamento, desde ese entonces había decidido mantener mi distancia con él y por lo visto el también, le había dicho a mi hermano que no se iba a poder reunir conmigo la semana pasada, por esa razón me encontraba aquí hoy.

-Señorita, llevo casi como media hora aquí.- digo con molestia, la rubia me mira y enmarca una ceja.

-Le dije que se esperara.- responde con el mismo tono.-Ahora haga lo que le digo si no quiere que llame a seguridad.- suelto una pequeña risa ganándome una mala mirada de la chica.

-Señorita, creo que usted no entiende que yo soy importante aquí.- acomodo mi cartera.

-Ah si? Porque no veo su nombre por ningún lado.- dice mirando a los lados.

-Sea un poco más educada.- la miro, aun con mi sonrisa en mis labios.-Mire que yo puedo hacer que la despidan.- bufa.

-No me importa lo que usted diga de mi, no me importa, total es su palabra contra la mía.- es su turno en sonreír.

-Ah si?.- enmarco una ceja.-Créame, usted no quiere saber quien soy yo.- en eso veo Aaron llegar pero no digo nada.

-Para que saberlo? Si se nota lo zorra que se ve con esa vestimenta.- la rubia me mira de arriba abajo, imito su gesto. En realidad no estaba mal vestida, tenía una falda de cuadros de color gris que se ajustaba a mi cintura y realzaba mis caderas y mis muslos, con una camisa negra de tirantes, en los pies opte por ponerme unas botas blancas corte bajo y mi cartera; estaba presentable.

-Cuidado con lo que dice y hacia quién se dirige.- repito, ella suelta una risa amarga.

-Estoy segura que me dirijo a cualquier perra que quiere aprovecharse de la fortuna del Señor Aaron o quien sabe si también del Señor Evan.- me mira con odio, sonrío y eso la molesta más.

-A usted que le importa si la Señorita April quiere o no aprovecharse de mi dinero.- la rubia se tensa y se gira para encarar a Aaron.-Además creo que luce increíble con ese atuendo.- la rubia maldice por lo bajo.-Quiero que recoja sus cosas y se largue de esta empresa.

-Señor, no es lo que usted cree, ella..

-Amanda.- su voz es tan fría que hasta a mi me dio escalofríos.-Fue una falta de respeto que usted se dirigiera de esta forma a la señorita Stone.- la rubia abre tanto sus ojos que pareciera que se le fueran a salir.

-Usted es la espos..

No la dejo terminar.-Hermana.- aclaro.-Yo podría ser la futura dueña de todo esto.- señalo la empresa.-Te dije que tuvieras cuidado hacia quién te dirigías, pero no importa, te servirá de aprendizaje en otra empresa.- le sonrío falsamente. Cuando me proponía ser odiosa y contestona, era tan ácida que a muchos terminaba cayéndole mal, total yo no comía con ellos así que me daba igual lo que pensaran.

-Quiero que recojas tu cosas y te vayas.- Aaron le da una mirada fría.-No te preocupes en empacar, te haré llegar tus cosas.

La rubia furiosa empieza a meter sus cosas en su cartera, Aaron me hace una seña para caminar pero me detengo frente a la rubia.-Por cierto, podré parecer una zorra con mi vestimenta.- me señalo.-Pero tu te vistes como una ramera de esas que se paran en la esquina a espe...- no termino, pues su mano impacto en mi mejilla.

Mi BoxeadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora