Capítulo 33

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"Jacobs vs Vladimoff"

PARTE 1

Ibiza

Había escuchado el asco del amor, lo malo, lo que te hace cuando caes en sus redes, pero jamás creí que eso me pasaría, después de todo era invencible, no había nada que derrocará a Ibiza Jacobs.

Pero ¿Qué era el amor?

La dependencia hacia la otra persona, tal vez.

El arriesgarlos todo, tal vez.

Realmente nadie lo sabía, solo dicen sentirlo.

¿Pero quien dice, que el amor se siente?

El amor puede ser una simple palabra que nosotros amoldamos a nuestro criterio.

Observaba la espalda de Azael y el cómo caminaba para huir de mí, ni siquiera podía mirarme, y no sé qué dolía más, su indiferencia o la sola idea de que termináramos.

Me quedé parada, esperando, rogando, implorando que se diera la vuelta, que me viera y que me dijera que iba a escuchar, que íbamos a salir de estas, doy unos pasos esperanzada, pero él se sube a la camioneta saliendo a toda prisa, sin oportunidad de nada.

Mi tacón se rompe, como una clara señal de que algo está roto.

-Hija. -La voz de Bernardo, hace activar en mi toda mi ira.

Me doy la vuelta y veo que está acompañado por Antonieta.

-He soportado sus míseras caricias, su nefasta presencia y sus enfermedades que apenas salen a la luz. -observo a Antonieta. -Sus desprecios, sus huidas, y créanme que nada de eso me hace sentir cólera como la sola idea de que vuelvan a intervenir en mi vida. -Me quito los tacones, quedando mucho más pequeña, siento todas las venas de mi cuerpo arder del enojo. -Nunca debieron tener hijos, porque lo único que hacen es herir, confundir y destruir. -ambos me observan serenos.

-Hubiese preferido ser dada en adopción a otros padres, antes que Vivian me entregara a ustedes, porque si no se han dado cuenta, Matthew y yo estamos tan dañados por su culpa, y el que mi relación con Azael termine solamente es su culpa. -Mi padre trata de tomar mi mano, pero la quito rápidamente. -No se los voy a perdonar. -advierto lo que ya saben.

Me doy la vuelta, saliendo del edificio, sintiéndome completamente devastada, odiaba mi apellido, mi familia, odiaba todo de mí, mi cuerpo, mi estupidez, incluso llegaba a odiarme por la muerte de Bastian.

Sentía mi mundo colisionar, tanto que todo me daba vueltas, los edificios, las personas, todo, sentía que el cualquier momento me desvanecería, siento como alguien me toma en brazos antes de caer, y mi ser anhela que sea Azael.

- ¿Qué carajos Jacobs? -pregunta Carter al ver mi estado, hace días deje de comer, mi piel estaba pálida y constantemente sentía la necesidad de tronarme los dedos como clara señal de ansiedad que prefería ignorar.

Al verlo, todo en mí se detiene y lo abrazo llorando en mi pecho, Charlotte me detesta, mi mejor amiga me cree culpable por la muerte de Bastian y de cierta manera Azael también, y en gran parte sé que lo soy.

Carter me ofrece su chaqueta ocultando mi rostro del público, pero tengo tanto que sacar, que me es imposible parar. -Calma, calma, ya estoy aquí. -me importaba poco que la persona que más odié en mi infancia ahora me consolara y la persona que más amaba, mi Charlie ahora me odiara.

Me ayuda a apoyarme. - Ya para. -me sacude levemente para centrar mi atención en él. -Cálmate. -limpia mi rostro con sus dedos, me guía hacia su carro y subo en él, realmente me creía invencible.

Daños ColateralesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora