2. El colmillo dorado.

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El siguiente capítulo contienen la introducción oficial de Sebastián. Para esta novela quise hacer el punto de vista de ambos personajes, porque son los principales de la historia.✨💫
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Sebastián.

Llegué a la "Bodega", el punto de reunión de mi mafia y en donde gran parte del día me encontraba. Era un lugar agradable que había elegido a las afueras de Londres, amplio y acogedor. Dentro de ella se encontraban lugares especiales, como por ejemplo: el cuarto de mercancía, de armas, mi oficina, la celda y otros cuartos extras para los integrantes de mi mafia. Era una enorme casa tal cual, a la que le adoptamos el nombre de "Bodega", por seguridad.

Me dirigí hasta mi oficina y tomé asiento, estaba agotado y sin ánimo alguno de comenzar a firmar documentos o escribir mi reporte semanal de misiones, era una tontería hacerlo, pero era esencial.
La noche anterior había sido normal, pero pesada, y decía normal porque como mafioso resultaba una costumbre verme involucrado en reuniones en donde por algún motivo, llegaba alguna mafia enemiga y actuaba en contra de los mafiosos que residíamos en Londres. Esa fue la parte normal de la noche, por la parte "pesada" recaía en lo que había sucedido en cuanto tuve que salvar a la hija de Emiliano Bradford, a la que ya había identificado desde el momento en que nos avisaron que había llegado alguien más sin relación a la mafia.

Nunca creí que podría tratarse de la hija de un mafioso la que estuviera cercana al lugar en donde había sucedido el ataque de la mafia enemiga. Fue una estupidez de su parte asistir. Aunque, a pesar de eso, la tuve en la mira en cuanto salí de la mansión. Me percaté de la chiquilla encapuchada que parecía perdida, pero solo fue cuestión de un desliz mío para perderla de vista. Y tan pronto como me liberé de algunos mafiosos que me impedían ayudar; fui en busca de ella. Pero la verdad era que, fui sin la esperanza de verla con vida. Y eso cambio cuando la vi a cierta distancia siendo aprehendida por uno de los enemigos. Mi misión como mafioso del lado bueno; siempre era ayudar, así que no dudé en irme en contra del enemigo para ayudarla a escapar.
La hija de Emiliano había resultado herida, pero al menos, seguía viva. Al estar muy débil y en estado de pánico por todo lo que... vaya a saber que había visto, cayó rendida y en ese momento su padre llegó para hacerse cargo. No supe nada más, porque tuve que irme en cuanto solicitaron mi presencia en otro lugar. A pesar de ello, mi mente aún seguía intentado descifrar la situación de ayer.
Conocía a Emiliano Bradford, era un mafioso con más años activos de los que yo dentro de la mafia e incluso si nunca había tratado con él, solo en reuniones había tenido el gusto de que estuviera a favor de mis propuestas, pero eso era todo. Debía de admitir que, su hija no era en nada parecida físicamente a él, ella sí era guapa.
Y algo en lo que no podía dejar de pensar por alguna razón; era en sus particulares ojos verdes. Me fascinaba el poder que unos simples ojos podrían transmitir en mí, y los de ella; sin duda me hicieron sentir despierto.

—Ayer fue una noche muy espantosa—espetó el flacucho de Nick mientras entraba a mi oficina muy a la ligera—. Y eso que me encontraba en el auto esperándote. No me quiero imaginar cómo ha sido para ti.
—Toca la puerta la próxima vez, pedazo de idiota.—le dije bromeando, claramente, y él rió.
—Ya, ya, señor Riggs.
—Sobre lo de ayer, no ha sido sorpresa. Me he acostumbrado—admití y tomé mi bolígrafo para empezar a firmar documentos. Mi pasatiempo favorito, sí, ni quien lo creyera...—. ¿Qué tal te sentiste?
—Para ser la primera vez que te acompaño y espero en una reunión de mafias, me pareció bien.
—No me refería a eso, sino a qué tal te sentiste estando en una situación así.—le dije y lo miré atento por un momento, mientras ladeaba mi cabeza con cansancio.

Hoy me sentía más serio de lo que podía ser al encontrarme en horas laborales. Porque por supuesto, era otro yo cuando me quitaba el papel de mafioso.

Miedo a tu amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora