El jardinero.

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Luego del trabajo paso a un lado del edificio del Poder Judicial, podría ir por otro lado, pero me gusta ver los jardines, ademas ahi trabaja todo el día y hasta que se oscurece, un hermoso jardinero. Me encanta verlo trabajar y sobre todo cuando suda luego de asolearse. Es hermoso en toda la extensión de la palabra; musculoso, alto, grandote y muy guapo, con un rostro cuadrado, firme que en apariencia es todo un macho, justo como me encantan. Cuando veo pornografía siembre busco videos con hombres como ese, y un chavito delgado y sumiso que imagino ser yo. Qué puedo decir, soy gay y me encantan los machos intimidantes, rudos y con los cuales me sienta protegido cuando me envuelven en sus brazos y que despidan un aroma varonil, los hombres de verdad.
¡Dios! Con solo mirarlo imagino que me somete y me viola. Mi pene comienza a endurecerse de lo excitado que estoy, y cuando nadie me ve, aprovecho para agarrarme la entrepierna y masajearme el pene bien erecto. Lo veo rastrillar las hojas y al agacharse se notan esas nalgas por debajo del overol de mezclilla. En mis fantasías imagino que me obliga a lamerle el sucio uniforme.
Pero solo son fantasías y nada mas, porque ¿como un semental como él se fijaría en un maricón hambriento como yo? Eso solo ocurre en la pornografía, nada que se muestra ahí es verdad. De seguro está casado, con hijos y una esposa a la cual debe darle duro todas las noches porque un macho como él siempre debe tener los testiculos bien cargados.
Al salir del trabao camino mas despacio para ver si aún está ahi. Me lo encuentro de frente, me atrapa fisgoneando y me saluda con amabilidad. Yo me pongo tan nervioso que, torpemente, respondo: "Buenos dias, don". Ha de pensar que soy un pendejo, porque son mas de las diez y está completamente oscuro.
Aquel fue mi primer acercamiento al hombre del cual estoy superenamorado y en quien pienso siempre antes de dormir. Me lo encontré de frente, casi choco con él, pero pude sentir su aroma, el aliento a cigarro y una combinación entre perfume y sudor que hizo que se me parara de inmediato. Corrí a mi casa a masturbarme.
Al día siguiente salgo mas temprano de mi trabajo y me voy a pasear por los jardines, esperando que me salude otra vez y, de ser posible, conversar, si es que me atrevo. Encontré el cuarto donde guarda sus cosas entreavierto y aprovecho para ver si, por casualidad, se está cambiando, pero no había nadie dentro y el jardinero me encuentra espiando.
Me sorprende detras de mi mirando indiscretamente.
-¿Busca algo, joven? -preguntó y de un sobresalto me doy la vuelta y me alejo dos pasos para no sentir de nuevo su aroma.
-No, señor, una disculpa, solo tenía curiosidad.
-¿De qué? Es una bodega nada más.
-No, de nada, señor, ya me voy.
-Oye -me detiene- tu siempre pasas por aquí, ¿que andas buscando.
-Nada, es que me gustan los jardines de por aquí.
-Si, cómo no. Se te nota en la cara.
-¿Perdón?
-Si, bien que quieres verme el arbusto, ¿verdad que sí, pinche putito?
Entonces me puse nervioso, pensé que estaba enojado y que en cualquier momento me pegaría, da la apariencia de ser de esos hombres homofobicos que les encanta jodernos a los gays. Pero, en vez de empujarme o algo peor, me toma del cuello de la camisa y me obliga a entrar al cuartito. Adentro hay un sillón y un armario.
-Ahí está, ¿que tanto querías ver? -Cerró la puerta de metal y le puso llave. Luego me empuja y caigo sobre el sillón- ¿es lo que quieres?
El se sienta a mi lado, a una distancia considerable pero se aproxima poco a poco hasta que se acurruca sibre mi, no del todo, solo monta una pierna sobre la mia, siento su enorme bulto y me da escalofríos. ¿ Qué me pasa? Es lo que quiero, si, pero al estar a merced de él me siento aterrado, no puedo respirar bien, y él lo nota. Al principio había pensado que me golpearía, pero todo lo contrario. Sin decir una palabra comienza a hacer un movimiento repetitivo de arriba a abajo, restreganfome su pene en mi pierna. Que sensación mas agradable, que delicia, pero que miedo.
-Tranquilo, maricón, se que lo vas a disfrutar.
Se levanta para quitarse el overol y vuelve sobre mi en la misma posición de antes. Sin el overol puedo sentir mas.embriagador ese aroma sudoroso que tanto me excita. Cierro los ojos y dejo escapar un gemido de placer mientras me restriega su pene. Lo esgoy gozando.
Luego se desabrocha el pantalón de mezclilla y lo baja un poco para revelar su bulto aun debabo de una trusa color caqui. No me gustan las trusas, prefiero los boxers pero en el me parece una delicia, ver como su pene palpita debajo de la tela, con sus pelos sobresaliendo por los bordes y esas piernas bronceadas y torneadas.
-Así putito, gime -me dice y yo obedezco. Poco a poco siento el calor creciendo, mi pene se pone duro y mis orejas rojas, lentamente me dejo llevar por ese macho que tanto he deseado.
De la nada se levanta y deja caer los pantalones, se quita los calcetines hasta quedar solo en calzones y una playera blanca.
-Empiezale wey -ordena. Sin pensarlo me arrodillo pero me quedo petrificado, confundido por una parte pero contemplo esas piernas musculosas y bronceadas y ese enorme bulto. Con timidez y temblando me atrebo a decir:
-Es que no sé por donde empezar, señor.
-Quitame la ropa con tus dientes.
Me atrae hacia el con su manopla y me hunde la cara en sus testiculos. Yo me dejo mangonear y comienzo a lamer la tela de su calzón. Que rico huele.
Mi saliva comienza a mojar toda la trusa y se escurre en hilos cayendo al suelo. Estoy arrodillado, aun vestido y poco a poco tiro del calzon hasta bajarlo por esas hermosas piernas sin siquiera usar mis manos.
-Así putita -me acaricia la cabeza y comienza a decir un monton de estupideces, pero que en el momento me parecen excitantes.
Comienzo a besar sus piernas torneadas y bronceadas, desde los pies, esos chamorros duros y los gruesos muslos. Me detengo cuando contemplo desde el piso la rama erecta, bien dura y parada que es su pene. Una vista encantadora. Con tan solo verlo se me hincha el mio y siento una necesidad de llevarmelo a la boca, mi lengua palpita y comienzo a jadear, pero me resisto, todavia quiero que esto dure, quiero disfrutar de ese macho como si nunca en mi vida fuera a tener sexo.
Mis piernas se entrelazan en la suya mientras las beso acariciando a la vez sus nalgas. Mis dedos juegan entre ellas. Me desabrocho el pantalon y saco mi ansioso pene bien parado y se lo restriego en la pierna, haciendo movimientos repetitivos, arriba y abajo mientras el continua diciendo palabrotas, estupideces que me ponen cada vez bien caliente. Me cojo (follo) su pierna y me aprieto cada vez más contra él.
-Sigue asi, cabrón. ¿Qué esperas? ¡Chupamela!
Pero aun no quiero, comienzo a subir con mis besos por sus piernas, olfateando sus testiculos y besando su pene aun sin metermelo a la boca. Sigo subiendo por la parte de atras, con sus nalgas, las cuales me atrevo a morder y a arrancarle los pelos que crecen ebtre ellas, sin meterme con su ano, eso me da asco, pero me encanta su trasero redondo y apretado.
Subo por su espalda musculosa y bien tallada y asi hasta llegar a su cuello por debajo de su playera.
-No seas aburrido cabrón, dime cochinadas tambien tu.
Mi verga está entre sus nalgas. Él me anima a que sea más sucio. Le meto el pene entre las nalgas mientras beso su cuello y lo masturbo, envuelto en jadeos, disfrutando de esa espalda bien marcada. No sé que más hacer.
-Sigue, pinche putito, si me aburres te vas a la verga.
-Si papi -respondo si pensarlo en un intento por unirme al juego de palabrotas y pendejadas que, durante el sexo, son un incentivo que me calienta. Desde luego no me refiero a mi padre; en México a un hombre que estábueno y, sobre todo, cuando es maduro, se le suele decir "papasito" como un piropo.
Sin metersela, cogiendome sus nalgas y besandole el cuello comienzo a sacar la lengua, me encanta escurrir saliva, quiero chuparme todo ese cuerpo hermoso. Le quito la playera, aun en la misma posición mientras lo masturbo por la espalda y le pellizco sus pezones. El solo deja ecapar esos gemidos de macho y yo me excito aún mas con su aroma, lamiendo el sudor de su cuello.
-¿Te gusta cogerme las nalgas, maricón?
-Si, papi, me encantas.
-Vas a ver por arrancarme los pelos co los dientes, pinche pendejo.
De un tirón me lleva hasta frente a él y se aprieta contra mi. Estamos de frente, con nuestros penes cruzados que se resgriegan, el de él esta bien duro. Una de sus manos me aprieta el cuello y con su otro brazo rodea mi cintura, me aprisiona, no hay escapatoria. Luego sigue uno de los momentos mas ricos de nuestro encuerto. Él me da unas embesgidas poderosas mie tras me aprieta contra él, sus caderas se mueven arritmicas hacia mi como si me estuviera cogiendo por la vagina, pero yo tengo un pene ya bien duro que se restriega contra el de el y un cosquilleo delicioso me invade en cada embestida.
-Mas duro papi -mis manos rodean su cuello, el solo ruge como una bestia, resopla como un toro enfurecido, con el ceño fruncido y los labios arrugados y sudando a chorros mientras disfruta de mis gemidos como un coro que le ponen mas dura la verga.
-No seas aburrido putito, ¡rsguñame, cabrón!
Entonces mis uñas se encarnan en sus brazos y en esos pectorales flexionados. Luego mis manos recorren su espalda y lo rasguño con mas fuerza. El ruge, gime como un hombre que le encanta recibir placer, no me deja acercarme, quiero chuparle los pezones, besarlo pero me aparta, quiere seguir embistiendome asi y que nos veamos de frente. ¡Dios! Es tan guapo, su quijada cuadrada y con una lijera barba pintada, todo moreno, y sudoroso, con solo verlo quiero comermelo entero. Ya no puedo mas, esa embestida me va hacer estallar....
Me corro sobre su bientre y el me aparta enojado.
-Pinche pendejo -me arroja al suelo, esta vez si me lastimo- no duras nada. ¡Ya vete a la chingada!
Mi macho se pone furioso. Me siento avergonzado por eyacular tan pronto, pero nunca antes me habian hecho eso. Esa embestida y saber que nuestros penes desnudos tenian contacto, me hizo correrme rapido.
El jardinero se sienta en el sillón y comienza a masturbarse. Yo gateo mientras me quito el pantalón y comienzo a chuparle los pies.
-¿Qué no entiendes cabrón? Largate de aqui.
-Por favor papi, dejame seguir. Te quiero lamer todo.
-Chinga tu madre, pinche joto.
-Andale, no me vuelvo a venir -le ruego y me acerco a su pene para embriagarme con ese olor- es que nunca me había cogido un macho de verdad. Andale, papasito, te quiero chupar todo, por favor.
Se queda callado un largo rato, luego se levanta y deja caer ese hermoso mastil sobre mi cara.
-Pero te vas a venir cuando yo lo diga, ¿entendiste, puto?
-Si papi, dame ordenes.
Con sus pies me empuja hacia el suelo. Se los chupo, no me gustan mucho los pies pero a ese semental quiero comerle todo, salivo mas de la cuenta, poco a poco comienzo a se tirme inmerso de nuevo en ese jadeo excitante, oliendo su cuerpo, lamiendo sus pies.
Quiero lamerle todo, asi que mi lengua repasa sus piernas mientras que uno de sus pies me empieza a sobar el pene. Abre un espacio entre su dedo gordo y el medio para meter mi verga en ese espacio. Mi lengua esta ocupada, quiero mojarlo todo, llenar de saliva cada parte de ese hermoso cuerpo de un macho, un verdadero semental que me domina. Es mi dueño, yo soy su puto, el joto que todo papasito como el debería tener.
Me dejo llevar recorriendo su cuerpo, lo abrazo ferbilmente por donde pasa mi lengua, por sus piernas, el puvis, mi nariz disfruta del aroma y del sudor que oculta ese arbusto de pelos negros, luego me voy a sus nalgas, sin beso negro porque me da asco, pero ese jardinero me encanta que pienso varias veces en pasar mi lengua por ese tunel, porque todo su cuerpo es perfecto. Siento como mi pene se endurece otra vez.
Me chupo el semen que aun queda sobre su vientte. Siento un poco de decepción al pasarme por su abdomen y sus pechos; esperaba un cuerpo completamente peludo, pero noto que está afeitado, luciendo sus musculos sin nada de vello hasta el puvis, el cual ya disfrute. Seguro que tiene ya algunos dias después de que se afeito, pues siento su abdomen y sus pectorales rasposos, como una lija que lastima mi lengua, pero que me facina su sabor. Le lamo la espalda y subo mojando todo su cuerpo hasta llegar al cuello, no me deja morderlo, no quiere que deje evidencia.
-¿Te encanta lamer hombres?
-Me fasina, papasito, quiero mas de tu cuerpo, estas bien rico.
-Pinche putito hambriento.
-Si, hambriento de ti, cabrón
Nuestros penes se encuentean de nuevo y comienza un baile sensual en el que ambos mástiles bailan, se conocen y comparten sus fluidos.
-Así, putito, tu si que sabes lamer a un hombre.
-Y lo que me falta por lamerte papasito.
Intento besarlo, quiero saborear su saliva, que su lengua explore el interior de mi boca su aliento, lo quiero todo de él, pero me detiene, no me deja acercarme a su boca.
-Andale, papi, quiero tu rica saliva.
-Ni madres, eso no es para ti, esa lengua es de mi esposa.
Me enojo al escuchar eso. ¿Con que derecho lo dice? Siento celos de esa pendeja que no debe saber como disfrutar a ese hermoso hombre, ella no lo merece yo si. Me abalanzo a sus labios pero voltea la cara, me conformo con lamer su barbilla igual de rasposa que una lija, chorreando saliva a a mas no poder, escurriendo sobre nuestros penes que ya son amigos. Le lamo todo el rostro, paso mi le gua sobre su nariz sus mejillas, sus parpados cerrados, h su frente, chupando su sudor, me facina con ese sabor salado, es el elixir de mi semental, mi hombre, lo abrazo, me pego más a su cuerpo, nunca quiero que pare esta sensación
-¡Wey! -me grita en un gemido extasiado- estas bien rico.
-Tu tambien, papi, tu mas -jadeo como una puta cada vez que le hablo al oído, quiero ser su esclavo, él es mi dueño.
-Te acabas de correr, marica, te cientas bien rápido.
-Wey -le digo sin dejar de chuoar su rostro, todavia no me deja acercarme a su boca- es que estas bien rico, papasito abrazame y cogeme rico, papi, quiero tu verga, te quiero.
Con sus manos me baja hasta el suelo y quedo delante de su verga
-Chupamela, asi, rico, chupala con tus labios bien rico.
Me detengo un momento, hay algo que siempre quise hacer.
Antes de chuparla la olfateo de nuevo, produce un exquisito aroma, ese olor de pene que me vuelve loco, un aroma de machos. Antes de profanar ese mástil hermoso, grande, gordo y venoso, me lo paso por la cara. Quiero quedar impregnado del aroma a verga de mi macho. En mis fantasias más pendejas me imagino a mi mismo pasando por la calle y que la gente me huela y diga: Ese joto huele verga. Si, a la verga de mi macho, mi dios por el que mi lengua palpita.
Paso su verga por mi cara, me paso la cabeza por mis labios, sin chuparla a pesar de mis deseos, luego por mi barbilla, mi nariz, mis mejillas, impregnando mi piel con ese aroma me paso esa verga venosa por los parpados, por mi frente y mi cabello. Quiero que su pene rico y jugoso se paseé por todo mi cuerpo. El mastil de mi macho hace lo mismo que hizo mi lengua en su cuerpo. Conforme voy levantandome su pene me acaricia, la espalda, luego mi cuello, pasa por mi pecho, acaricia mis pesones con ese glande moreno y apestoso de macho mexicano. Su pene se pasa por mi abdomen en una especie de baile lujurioso que me excita aún mas. Me doy la vuelta, el me abraza y me comienza a chupar el cuello. Con el no hay ningun problema con que deje marca quiero que me marque territorio, que me viole, yo soy suyo y de nadie mas. Me muerde y grito. Su enorme verga juega entre mis nalgas, luego me doy la vuelta para intentar besarlo por tercera vez.
-¡Qué no cabrón! Siguele y te voy a partir tu madre.
-Por favor papasito, partemela, ya.
Entonces me carga, asi tan delicado como suena. Me lleva hasta el sillon luego de que me marcara territorio como un perro, es mi animal.
-Hueles bien culero -me dice.
-Gracias, huelo a tu rico pene, papi.
-Pinche joto hambriento.
-Metemelo, quiero tu hermosa verga en mi ano.
Me pone en cuatro y antes de meterlo me restriega el mástil en las nalgas, diciendo palabrotas. Se pone un condón y sin avisarme me la clava, esta tan dura que no tiene problema alguno enterrar esa espada en mi ano. Yo dejo escapar un gemido. Él se rie en una mezcla de rugido de placer y vuelve a resoplar como toro cuando comienza el vaivén delicioso del mete-saca. Sus embestidas son lentas al principio mientras se acomoda, y aunque no aumenta mucho su velocidad, si la intensidad con que lo hace. Mete y saca con pasión. Me abraza por la espalda, siento su barriga en la curva de mi espalda, sus brazos rodeandome, me manocean todo el cuerpo, me muerde el cuello, me tira del cabello, me ahorca.
-¡Si, papi! Clavamela toda.... asi, papasito hermoso, violame.
-¿Te gusta la verga, putito hermoso? Cabron, estas bien guapo.
-Si papi, me encanta tu verga, no dejes de metermela.... ¡mas duro, mas duro!
Me dejo llevar por la cogida, grito y digo esgupideces como él, no me importa, mientras me someta y me haga sentir que le pertenezco, me revuelca cada vez mas y las pinches embesgidas se sienten bien rico. Mi cuerpo se contorsionista del placer, esa verga palpitante en mi ano y que cada vez clava mas profundo.
Sin detenerse me da la vuelta, quedamos de frente y caemos al suelo. Aprovecho para lamerle las axilas y esos poderosos brazos, no quiero dejar piel sin lamer, quiero gozar de ese enorme macho hasta el final. Me siento sobre el mientras le lamo las axilas, quiero que se me queden atorados sus pelos entre mis dientes. Su olor es fuerte, pinche hombre delicioso. Me chupo su mano, sus dedos mientras la cogida toma ritmo de nuevo.
-Asi, putito.... chupa, chupa.
-Si papi....
Quiero complacer a mi dios, musculoso, apestoso, es hermoso, no quiero que pare nunca.
Dejo de chuparlo sin dejar de cabalgar semejante semental. Lo abrazo, mis brazos rodean su poderoso cuello y le beso el cuello y meto mi lengua a sus orejas para luego susurrarle:
-Besame, papasito, por favor. Quiero saborear tu lengua, tu saliva rica. Tu pendeja esposa no te merece, yo si, yo te trataría como mi dios, papi.... -me estremezco- te daria sexo todos los días, te la chuparia siempre que quieras, es lo que un papasito como tu se merece. Besame papi.
Entonces me separa, se me queda viendo y de repente me escupe toda la cara. No solo era saliva, me escupió un gargajo que busque con mis dedos y me lo tragué. Cuando lo recuerdo creo que es asqueroso, pero en el momento lo disfruté, porque es parte de él y yo lo quiero todo y aun mas. Sus embestidas cada vez son mas pausadas pero mas fuerte.
-Otra vez, escupeme.
Pero en vez de eso, me aprieta en cuello y me aproxima a su cara. Nuestras naricesnquedan pegadas, siento su aliento en mi cara y un gemido que de lejos me era imperceptible. Entonces me besa, me mete su lengua y explora mis interiores, en ese momento me estremecí y el roce de mi pene contra su abdomen me hizo correrme de nuevo. La segunda vez se siente bien rica. Yo no dejo de gemir aun con su lengua dentro, produciendo saliva, chorreando mas y mas sobre su pecho hermoso.
-Asi me gustan, los putitos babosos como tú.
Me corri en sus abdominales, pero mi pene estaba tan duro, tan parado que le salpique la quijada, su barbilla cuadrada, sus pectorales mojados. Sin avisarme de nuevo se separa de mi y va directo a mi boca y comienza a masturbarse espasmodicamente, rugiendo como una bestia.
-Si, papi, en mi cara, en mi cara...
Cuando menos lo esperaba, exota la bomba de semen en todo mi rostro, exhalando un grito de placer. Estaba bien cargado, denotando que no cogia hace ya bastante tiempo, y probablemente tampoco se hania masturbado.
Su semen me cayó en toda la cara, en mi frente, mi nariz, mis parpados cerrados y mi boca, por supuesto, la cual habia dejado abierta para que la mayor parte de ese elixir delicioso entrara. Él se limpia mi semen de su abdomen y su pecho y se lo lleva a la boca, se lo traga entero. Luego se acerca a mi rostro y me lame entero para luego escupirme su semen en mi boca y me besa. Me humecta el resto como si de crema se tratara. ¡Que delicia! Ojala nunca se me quite este aroma, quiero oler a él, que el mundo sepa que le pertenezco.
-Si que tenías ganas, pinche joto.
-Cabron -le digo- estuvo bien chingón, quiero mas papi.
-Wey ¿sigues caliente?
-Es que contigo como no estarlo, papasito, estas hermoso, eres el sueño de todo joto como yo, soy tu joto.
Se acurruca a mi lado y me abraza, está cansado. Yo me doy la vuelta y empiezo a lamerle los pezones, se los muerdo, el se rie, luego lo beso. Mi pene sigue erecto, no puedo dejar de besarlo, no quiero. Me vuelvo a calentar pero el me detiene.
-Wey, ya, ya, ya. Esperate cabron que se me está parando orea vez.
-Es lo que quiero, que me des otra cogida, vamos a revolcarnos -disfruto de sus besos, ya no me rechaza.
-No. Tengo que trabajar temprano.
-Por favo, hay que hacerlo otra vez.
-Mañana, a la misma hora, vale.
Nos damos un beso mas normal esta vez. Me siento decepcionado. No quería que acabara y ahora quiero mas. Bañarme en su semen es de lo mas delicioso.
-Bueno, pero ¿me puedo quedar a dormir? Ya es tarde.
-No wey, tengo que regresar con mis hijos y mi pendeja esposa.
-Ya no te la cojas.
-¿Por que crees que estamos aquí? Ya me cachó una vez con otro putito. Pero no quiere divorciarse por los niños, ella tambien tiene a sus cabrones, estan bien ricos, ojala le baje alguno.
Ese último comentario, mientras estamos abrazados hace que se me ponga mas dura. ¿Te imaginas la lujuria de cojer con los amantes de su esposa?
Me levanto para vestirme, tengo que regresar y alimentar a mi gato, o si no me va a destrozar todos los muebles.
-¿No te quieres bañar? Hueles a semen. Ahí hay una regadera -señala una puerta al lado de la salida.
-Ni madres, quiero oler a ti.
-Pinche joto enfermo.
Se levanta para despedirse cuando me ve vestido, me limpio la cara con sus calzones en el suelo y le pregunto si me los puedo quedar.
-¡Pues claro! Para que me recuerdes.
Frente a él la olfateo y saboreo con su semennimpregnado, huele hermoso, se me vuelve a parar.
-Ya largate -me ordena- wey eres bien pinche caliente, mejor vete o si no nos vamos a quedar cogiendo toda la noche.
Ojalá. Antes de irme lo abrazo y lo beso. Verlo caminar completamente desnudo es una delicia, un deleite sobre todo ver su pene meciendose de un lado a otro. Lo manoseo mientras nos besamos en la puerta, la cual da a la calle y alguien puede vernos, lo cual lo vuelve mas excitante.
Lo beso y lo vuelvo a besar, no puedo parar, soy adicto a él. Samuel, hermoso semental.
Nos volvemos a ver todos los dias, a veces cogemos bien rico, intentando cosas nuevas, otras solo comemos y charlamos. No se si nuestronprkmer encuentro significó algo para él, pero para mí lo fue todo. Sin confirmar nada nos hemos vuelto novios, él es mi hombre, me lleva a cenar, vamos al cine, donde una vez se la chupé; nosnquedamos desnudos en su cuarto delnjsrdin, a veces sin hacer nada mas que besarnos, eso si, con las vergas bien paradas. Ojala nunca cambie, ojala deje a su esposa, a su familia, lo quiero para mi, asi como soh para él. Me visita en mi apartamento, tenemos sexo otra vez pero se resiste, no es tan apasionado como en el primer encuentro, no me importa, mientras mi pene, mi ano y mi lengua puedan disfrutar de ese macho, mi semental musculoso, guapo, hermoso. Lo amo, no aguanto las ganas de nuestro siguiente encuentri para contarte los detalles de mi Jardinero hermoso.

Al regresar a casa luego del encuentro, me masturbo con su calzon, lo chupo, me lo paso por la verga, estoy obsesionado. Tres corridas en un día, el penenya me dolía. Pero Samuel lo vale, el lo merece todo de mi, hasta mi devoción.

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