1. Deseo

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— ¿Yeimy? — susurra Charly, dándose cuenta de cómo le temblaba la voz.

Dos lágrimas caían por sus mejillas, de dolor, de traición, pero sobre todo sorpresa.

Yeimy asentía con la cabeza y una sonrisa victoriosa se dibujaba en su rostro.

— Pero tu castigo va a ser diferente. Porque es que para vos la muerte no es un castigo, es una salida fácil — lo amenaza.

Charly que se queda observándola por varios segundos, como si de un fantasma se tratara.

—Ey escuchame. Yo no tuve absolutamente nada que ver con lo que te hizo mi tío Manín.

—Me hiciste encerrar por 17 años, Charly.

—Yo quería que fuéramos a New York a hablar con el productor, ¿Yo por qué haría eso? — se limpia las lágrimas, intentado de ver la verdadera realidad.

—Por mis letras.

—Yo te juro por mi hija que yo no tengo nada que ver con eso

—No seas tan cínico y saca a tu hija de acá porque lo que te voy a hacer, no ha terminado — le dice ella, intentando ponerse recta para poder intimidarlo.

—Ey yo te juro que no tuve nada que ver con eso...

—Preparate porque no sabes todo lo que se te viene encima.

—Ey yo te hice encerrar 17 años pero no por lo que crees...... Yeimy, mi tío Manín te quería matar — susurra, un poco alterado.

Yeimy empieza a reírse, descaradamente.

—¿Vos enserio crees que te voy a creer ahora? ¿A estas alturas de la vida crees que me puedes meter los dedos en la boca, Charly?

—Okey, no me creas. Pero yo también tengo mis dudas, ¿por qué te metiste conmigo? Porque yo no te obligue a que te metieras en mi cama, ¿o sí?

Charly rodea la cama, llegando despacio a su lado. Yeimy intenta retroceder, pero se da cuenta de que no puede.

—No te acerques — le advierte sacando el dedo índice hacia él.

—Entonces, contesta — le ordena.
Esta vez, su cara muestra dolor, y mucha traición.

—Tuve que hacerlo. Necesitaba saber el paradero de Manín — se excusa ella, retirándole la mirada de inmediato.

—¿Solo por eso? Yo creo que no....

Sus ojos se clavaron uno en el otro. Sus respiraciones agitadas hablaban por sí solas.

—Alejate o grito — le advierte Yeimy casi en un susurro.

—Todo bien. Solo quiero saber por qué te metiste en mi cama.... Yo creo que vos sentís algo más, pero como te haces la dura.

—¿Vos no entendés que yo a vos te odio? ¡Te odio! Jamás podría sentir algo más que eso — dice alterada, muy alterada. Intentando luchar contra ella misma para quedar por encima.

—Tu mirada no dice lo mismo, ¿y sabes qué? Ojalá las cosas hubieran sido diferentes. Porque yo a vos no te odio, a pesar de todo lo que me has hecho.

MI CONDENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora