MI CONDENA

5. Que arda el fuego

Charly ataca su cuello, desesperadamente. Lamiéndolo y dejando suaves besos que hacer que Yeimy pierda el control sobre su cuerpo.

Su mano sube despacio por su pierna, pero antes de llegar, levanta la cabeza para mirarla. Yeimy tiene los ojos cerrados, respirando con dificultad y con la boca entre abierta. Él se da cuenta enseguida que quiere tanto como él, por lo que su mano sigue subiendo.

—No puedo — susurra Yeimy, casi en un suspiro.

—¿Confías en mí? — le pregunta, rezando a sus adentros para que sea un sí.

—No — dice tajante, y riéndose por dentro al ver su cara de decepción.

Charly sube su mano hasta sus ojos, cerrándoselos con cuidado y muy despacio. Ella no opone resistencia, pero cuando va a hablar, es callada con un beso.

—Disfruta y no le des tantas vueltas.

Ella no dice nada, se queda recostada en el sillón con los ojos cerrados y la respiración agitada. Charly se levanta del sillón, y se arrodilla entre sus piernas. Abriéndolas, y haciéndole paso para quedar más pegado.

Extiende sus brazos hasta la cintura de sus leggins, metiendo los pulgares suavemente y bajándoselos despacio, junto a sus panties. Yeimy se mueve, un poco incómoda al saber lo que va a hacer pero deseosa porque lo haga.

Charly se pone de rodillas e inclina su cara para dejar pequeños besos por su muslo, subiendo. Cuando llega a su intimidad, su lengua comienza a moverse. Yeimy arquea la espalda y un fuerte gemido sale por su boca. Él sonríe, de saber que le está gustando y continúa.

El ritmo de sus movimientos suben de tono, moviendo su lengua de arriba abajo. Después empieza dándole círculos, haciendo que Yeimy se tape la boca para ahogar sus gemidos con ella. Se estremece un poco, sabiendo que le queda poco para explotar.

—Charly... — jadea. Dándose cuenta de lo mucho que le tiembla la voz.

Arquea su espalda cuando la abandona un intenso orgasmo. Charly se levanta y se queda mirándola, está relajada recostada. Se da cuenta de como su pecho sube y baja acelerado, y como sus ojos brillan.

Charly se sienta a su lado, relajándose al igual que ella. Se inclina para mirarla, esperando a que le diga de hacerlo. Pero por su boca sale otra cosa, que deja a Charly totalmente impactado.

—Me voy.

—¿Como así? ¿Me vas a dejar así por segunda vez? — susurra, y no sabe si reír o ponerse serio con esta situación.

—Es que yo no dejo a medias un plan.

—A vos no hay quien te entienda pues, vos también querías. Deja de hacerte la dura — dice alterado, y harto de esta situación.

—No es que yo no quería. Además tengo una cita y no puedo llegar tarde — miente, intentado ponerse recta.

Yeimy se levanta de sillón, colocándose bien la ropa y victoriosa por sus segunda jugada.

—¿Una cita? ¿Con quién?

—No te importa, pero igual te voy a decir para que luego digas que no soy sincera. Con Jack.

—Ah, ¿ya es tu novio oficialmente? No me gusta pa' vos.

—¿Y por qué no? Sos el único que me dice eso, ¿por qué será?

—Porque yo sé perfectamente que no querés nada con él, sino ¿que haces acá tocándome y besándome? — dice decidido.

—Dejarte con las ganas, eso hago. Parece mentira que no lo vieras venir, sos tan imbécil Charly. Pero, ¿sabes qué? A él no lo voy a dejar a medias, a tu salud — le guiña el ojo, picante y con una voz burlona.