MI CONDENA

2. Plan tentador

— Señor Cruz tiene una visita — dice la secretaria, entrando a la oficina y haciéndose paso.

—¿Visita?— pregunta confuso.

—Soy yo —dice Erick entrando.
La secretaria se retira, dejándolos solos.

—¿Y vos que querés ahora? Mijo, yo siento lo que le ha pasado a Yeimy pero no tengo nada que ver en eso, deja de echarme el agua con ella.

—No vine a eso, tengo que hablar con vos de algo importante — se sienta en allá silla, enfrente de Charly.

—¿Todo bien?

—Sí, es solo que.... Charly, vos y yo nunca la hemos llevado bien, ni como hermanos ni como nada. No se como te va a sentar esto...

—¿El qué? — pregunta, preocupándose tras ver su cara.

—Yo soy hijo de Yeimy y....

—¿Eso te dijo? — pregunta alterado.

—No, no me dijo. Me enseñó la prueba de ADN, ¿la querés ver? — saca la hoja del bolsillo delantero del vaquero.

—Yo conozco a Yeimy y ella nunca ha estado con nadie porq...... — se paraliza por completo cuando recuerda que fue el primer y el último hombre con el que Yeimy estuvo antes de entrar a la cárcel.

—¿Entedés, verdad? Vos sos mi papá — susurra Erick, intentado mantener la calma.

—No puede ser mijo, ¿ No que Manín te recogió? — dice Charly, sin darse cuenta de cómo le tiembla la voz.

—Manín nos mintió a todos. Me robó cuando era un bebé y mato a la abuela de mi mamá.

—Yo no sabía nada, yo te juro que no... no sabía nada — dos lagrimas caen por sus mejillas, y el dolor se adueña de él.

—Ya ves, al que siempre has humillado resulta que es tu sangre, ¿no vas a decir nada?

—¿A vos quién te dijo? ¿Mi mamá? —pregunta alterado.

—No, Yeimy. Ella se entero hace unos días — susurra Erick, nervioso.

—¿Y por qué nunca me dijo que estaba embarazada? Yo no sabía que tuvimos un hijo, y mucho menos que eras vos. Tenés que creerme, Erick.

—A mí me parece muy raro que siendo tan cercano de Manín no estuvieras enterado — dice Erick, tras darle varias vueltas.

—Yo te juro que no sabía nada .... Erick — las lágrimas le siguen cayendo, y no sabe que decir. Se paraliza, y eso hace que pierda los nervios.

—Yo te dejo para que pensés, tranquilo — dice Erick, levantándose de la silla. — Eso sí, solo te voy a pedir que dejes a mi mamá en paz, ella ya ha sufrido bastante.

—Erick es tu mamá la que está obsesionada conmigo, ¿ves normal que tenga una habitación llena de fotos mías? ¿Lo ves normal? Porque yo no — Cierra los ojos cuando esas palabras salen por su boca, dándose cuenta de que no debió decirle eso.

—No te voy a contestar porque sé que no estás bien con.. con esto, pero por favor déjala tranquila. Ella ha salido del hospital y necesita recuperarse — dice calmado.

Ella ha salido del hospital. Esas palabras se quedan en su cabeza, y significa que no va a perder la oportunidad de ir a verla para pedirle explicaciones sobre esto.

—Todo bien, hijo.

—¿Hijo? Me has dicho... hijo — dice Erick confuso.

—¿Sos mi hijo no?