Capítulo 2: Dolor.

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Cambio de escena: . . .

Inicio/ Fin Fash Back: . ≠. ≠.

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Llego a su casa con el corazón en las manos, la imagen del Kazunari llorando abrazándole, aquel chico que mantenía a Takao resguardado, como si se fuese a romper en cualquier momento, y aquellas palabras siendo repetidas constantemente, como una grabación.

No fue consiente de cuando llego a su habitación, mucho menos de cuando se encerró en el baño, no fue consiente de nada de lo que sucedía.

— ¡Fue mi culpa!—

Los gritos, lamentos, lágrimas, sollozos, disculpas, palabras de odio. Todo, absolutamente todo se repetía en su mente, pareciera que no le dejarían en paz por un buen tiempo.

Por más que quiso no pudo quedarse en aquella casa, no pudo estar un poco más de tiempo junto al azabache.

Apretó los puños y golpeo con todas sus fuerzas la pared, no le importo el dolor, ni la sangre, solo tenía en su mente lo doloroso que era para su amigo lo que le acababa de pasar.

. . .

— ¡Hijo! ¿Qué te paso?— la voz de su madre sonó tan lejana, tan distante.

—Estoy bien...— su voz fue apenas un susurro sin emoción.

— ¿Cómo vas a estar bien? ¡Tu mano está sangrando!— sintió algo cálido a su alrededor y observo a su madre quien analizaba su herida y a su padre ir por el botiquín.

— ¿Esto es lo que él no tiene?—lagrimas recorrieron sus ojos al imaginar una vida en donde ellos no estuviesen.

—Hijo...— la suave y dulce voz de su madre le hizo reaccionar e inmediatamente le rodeo con sus brazos— ¿Qué sucede?— pregunto temerosa.

Su abrazo era necesitado, pidiendo clemencia, ayuda, que no le dejaran.

— ¿Hermano? ¿Sucede algo?— dirigió la mirada a su hermana, quien se encontraba de pie aun lado de la puerta— ¿Está todo bien?— no soporto la idea de que ella se fuera de sus manos y corrió a abrazarla, su llanto aumentó, ambos cayeron de rodillas al suelo.

Mientras tanto su familia le observaba extrañados, era raro que llorara de aquella forma. Pero sobre todo les partía el corazón.

—... No llores— sintió las pequeñas y amables manos de su hermana en su espalda—No paso nasa...— su voz tan relajante, tan apacible, tan... real y presente.

—Algo que el ya no podrá disfrutar— se abrazó más fuerte al cuerpo de la menor y escondió el rostro entre su cuello—Takao... Takao, lo siento...—

. . .

Los cuerpos yacían inertes en los féretros, la pequeña niña, de al menos unos siete años, vestía un hermoso vestido negro con unos lazos dorados en la falda, un pequeño ramo de flores blancas estaban en sus manos, y una expresión tranquila en su rostro.

—Yuuki...— el esfuerzo que hizo para no romper en llanto le hizo sentir un gran nudo en la garganta y la boca del estómago— Lo siento... En verdad lo siento— se recargo en el ataúd y acaricio los cabellos de la pequeña.

Pequeñas lágrimas cayeron por sus mejillas, y sus manos temblaron.

—Kazu, tu madre quiere ver a Yuu— la voz de Tatsuya le hizo recuperar la compostura y se levantó lentamente.

—Está bien— limpio su rostro y su rostro paso del dolor a una mueca de indiferencia.

— ¿No le dirás la verdad?—

— No...—observo por última vez el féretro de su pequeña hermana y luego el de su padre—Ella no tiene porqué saberlo, sólo le traería más dolor—

— ¿Dejaras que te vea como el malo de la historia?—

— Ella le amaba... Como no tienes idea, si descubre la verdad... no me lo perdonaría—

Cuando ambos estuvieron fuera de aquella sala y se encontraron en el patio con Shūzō, Kazunari se permitió ser débil y llorar.

Los otros dos simplemente se quedaron a su lado, sentados bajo aquel gran árbol, esperando a que él menor se calmara. Ambos sabían lo que sentía, pero no podían hacer nada al respecto, y eso era lo que más les enojaba.

Si bien la situación del menor era un poco diferente a la que ellos vivieron en su momento, el dolor era el mismo.

Sí, aquel dolor de perder a un ser querido.

. ≠ Diez años después ≠.

Los timbrazos del teléfono le sacaron de su letargo, con pereza se levantó de su lugar y fue a contestar.

—Bueno— su voz fuerte y demandante hacia que las demás personas se vieran intimidadas.

— ¿Dónde rayos estas? Hace más de media hora que he tratado de contactarte— la voz del otro lado se escuchaba molesta, pero no le importo.

—Acabo de llegar a mi casa, y el celular se quedó sin batería— una vil escusa, apago el teléfono y simplemente se quedó dormido en su sofá.

Será mejor que muevas el trasero, tenemos trabajo que hacer— logro enfocar mejor los sonidos de fondo y distinguió las órdenes y gritos de dolor o ayuda.

—Llego en veinte minutos—

—Que sean cinco— y la llamada se cortó.

Tomo su abrigo y las llaves del carro, se apresuró a la puerta y aseguro.

—Otro emocionante día de trabajo— susurro al tiempo que encendía el automóvil.

. . .

— ¿Dónde estás?— la comunicaron era mala.

En... norte... cinco...armados... mujer— arrojo el comunicador y preparo su arma.

—Maldición... Tendrá que ser a ciegas— camino cuidadosamente y observo por todas lados por su algún sujeto salía.

Llego al lugar indicado y logro obtener un lugar discreto donde pudiera observar la situación sin ser visto. Eran cinco hombres, está de más decir que bien armados, y al parecer también había una mujer.

—Con que eso quería decir...— observo como uno de los sujetos tomaba a la chica de un brazo y la jalaba, también pudo notar un destello tras unas cajas y supuso que se trataba de su compañero— Bien, es hora de la acción— se adentró al lugar y apunto— ¡Bajen las armas!— su grito resonó por todo el lugar y sin esperar un segundo los disparos comenzaron.

Continuara...

¡Gracias por leer! Lamento la demora. Espero que les gustara. ¿Alguien que tenga una suposición de lo que paso?

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