Tras haberme perdido varias veces por los interminables pasillos y después de haber preguntado dos veces a un par de profesores que iban de camino a sus aulas, conseguí llegar a mi clase. Cuando entré, la gente estaba sentada sobre las mesas o en corros hablando y riendo, sin apenas notar mi presencia.
Los pupitres eran de madera pintada de blanco, a diferencia de los de mi antiguo Instituto, que tenían un tono verde oliva. Estaban distribuidos de forma individual, no había mesas juntas. Frente a estas se encontraba el enorme escritorio del profesor, de un color más claro que el resto. A su lado pude ver una gran pizarra de rotuladores, que daba la sensación de no haber sido aún estrenada. Me senté en uno de los pupitres situados más hacia el final. Crucé mis brazos sobre la mesa y apoyé la cabeza en ellos, esperando a que llegara el profesor que si no me equivocaba, era de literatura. Me moví ligeramente para acomodarme mejor, de este modo pude ver a quien se sentaba a mi lado. Era él. Seguía con sus cascos puestos, aislado completamente del mundo que le rodeaba y concentrado en la música que escuchaba. Su mirada no estaba fijada en algo en concreto, miraba a todo, y a la vez a nada. Esta vez pareció notar mis ojos sobre él, ya que al apagar móvil y guardarlo en su bolsillo, dirigió su vista a mí. Antes de girarme incómoda y algo avergonzada, pude fijarme mejor en cómo era. Tenía unos ojos muy grandes, marrones, al igual que los míos. Sus mejillas estaban levemente sonrosadas, y un pequeño rizo rebelde le caía por la frente.
Una mujer de unos cuarenta y cinco años y de altura media entró por la puerta, soltando un serio "buenos días", al que todos respondieron de la misma forma. Comenzó a escribir su nombre en la pizarra con mucha parsimonia, para después presentarse como "Señora Cooper".
La hora transcurrió despacio, aunque no hicimos nada realmente. La señora Cooper se dedicó a dar un largo discurso sobre lo que haríamos este curso, y la clase escuchó aburrida. Cuando finalmente sonó el timbre, la gente se empezó a levantar rápidamente, con la intención de huir cuanto antes del lugar.
Seguí a todos hasta el aula que parecía ser de matemáticas, y me senté de nuevo en uno de los asientos de atrás. En aquella clase las mesas sí estaban juntas. Después de poco tiempo de sentarme, me di cuenta de que alguien se estaba sentando a mi lado. Yo no quería eso, yo quería estar sola y no hablar con nadie. Me giré discretamente para ver quién se había sentado ahí.
Él de nuevo.
Parecía que por algún motivo desconocido tenía que estar siempre donde yo estaba. No sabía quién era, ni si quiera conocía su nombre. Lo único que sabía de él es que era el chico de la casa de al lado. Por lo que había visto, él tampoco se juntaba con nadie, pero parecía querer a toda costa juntarse conmigo. ¿Por qué?
La profesora de matemáticas entró, sacándome de mis pensamientos.***
El timbre sonó indicando la una, la hora de comer. Y ni si quiera sabía dónde estaba el comedor. Volví a seguir al montón de alumnos que salían de clase hasta encontrarme en una enorme sala llena de mesas. Cogí una bandeja y fui pidiendo mi comida, sin tener idea alguna de dónde me iba a sentar. Al fondo había una que parecía estar vacía, y me dirigí hacia ella. Dejé allí mi bandeja y me senté, dispuesta a empezar acomer. Pero vi que otra persona posaba su bandeja sobre la misma mesa en la que estaba yo. Subí la mirada. Ahí estaba otra vez.
- Disculpa... Yo he llegado antes.- dije lo más amable que pude. El chico me escaneó con su profunda mirada, mientras tomaba una cucharada de su sopa.
- Este ha sido siempre mi sitio.- Se limitó a decir- Eres tú la intrusa que está en él, no yo- levanté ambas cejas sorprendida por su contestación. ¿Quién creía que era?
- Ya, pero es que prefiero estar sola- Soltó una sarcástica carcajada.
-Y yo. Por eso me sentaba aquí.
-¿Y no podrías sentarte en otra parte?
- No.
-¿Y por qué no?- rodé los ojos.
-Ya te lo he dicho, este es mi sitio. Además el resto de las mesas están cogidas. Me parece que vamos a tener que estar solos juntos -dijo.Siento mucho la tardanza, de verdad :( Para el próximo capítulo trataré de tardar menos.
Pero espero que os haya gustado:))
Ary xx
YOU ARE READING
In Front Of My Window- Brad Simpson Fanfic
Fanfiction_______ Summers nunca pensó que su vida cambiaría tanto en tan poco tiempo. El accidente que acabó con la vida de sus padres provocó que ella y su hermano se mudaran a Birmingham, donde tendrían que comenzar una nueva vida. Brad Simpson vivía en la...