-Se que soy insoportable, egoísta y una causa perdida. La oscuridad dentro de mi es enorme. Se que tú también lo sabes.... Y aún así te quedaste conmigo. Así que gracias.
Una adolescente que acaba de salir de rehabilitación; conoce a un delincuente...
Kazutora tomo un comunicador portátil —Oye Chrome, ya llego —Seguido de eso comenzó a meter todos los billetes es una bolsa de papel.
Kazu metió la mano en medio del sillón donde estaba sentada y saco una pistola, reviso las balas y luego la cargo.
Comencé a asustarme.
—Hablo en serio Shiro, solo quédate ahí, mantén la boca cerrada y compórtate —Un sudor frio recorrió mi espalda— Estos tipos no están jugando.
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No voy a mentir estaba realmente aterrorizada. Porque me gustan las drogas hasta que desenfundan las armas.
Kazutora abrió la puerta y seguido de el un tipo de cabello rosa con un cubre bocas entro.
—Así que esta es tu perra —El chico se quitó el cubre bocas dejando a la vista las dos cicatrices que tenía en ambos extremos de la boca.
—No, Sanzu amigo, ella es como mi hermanita —Respondió Kazutora, mientras el chico me miraba muy atentamente, estaba estática del miedo.
—Hola, hermanita —El chico me estiro la mano y yo un poco dudosa le entregue mi mano y el la beso. Cuando Kazutora dijo que estos tipos vendrían, no creí que uno de ellos fuera alguien como él —Me llamo Sanzu, es un placer —Sanzu miro a Kazutora que estaba sentado en el sillón de enfrente muy serio y nervioso.
Este es el tipo de cosas que suceden cuando tienes amigos traficantes.
—Bien Kaz, tengo 100 de Oxicodona de 80, 500 píldoras de Xanax, 520 de adrenocromo, no tengo vicodin así que te hare un pequeño descuento porque solo son 50— Mire lentamente hacia atrás, dejando ver la enorme cantidad de píldoras que Sanzu había puesto en la mesa —100 gr de mariguana medicinal y 30 de MDMA.
Vaya mierda...
—Son 885,550, por todo.
Pude notar como Chrome miraba directamente a Sanzu y ahí note como en su cintura tenía una pistola, Chrome cruzo miradas con Kazu y este rápidamente entendió, saco el dinero y se lo entrego a Sanzu.
—Ten.
—¿No quieres fentanilo? —Pregunto el chico mientras contaba el dinero.
—No amigo, no quiero esa mierda, demasiada sobre dosis y no quiero problemas.
—¿Qué me dices tú hermanita? ¿Has probado el fentanilo?
—No—El chico se sentó al lado de mí.
—No, no necesita amigo —Kazutora volvió a responder.
—¿Tu hermano mayor habla por ti? —El chico tomo un mechón de mi cabello y lo coloco detrás de mi ojera.
—Amm...no, no lose —Mire a Kazu, un poco asustada.
—No lo veas a él veme a mí —Me gire a ver al chico —¿Lo has probado? —Negué con la cabeza.
