CAPITULO - 9

1.1K 110 2
                                    


/*/*/*/*/*/*/*/*/*/*/


Ale escucho el último pedido antes de que la llamada colgara. Maldijo en su interior, no solo su madre estaba en peligro si no también su amiga Bella, ¿Qué diablos debí hacer? No podía enfrentar a 2 vampiros sádicos él solo, y si llevaba a alguien sería peor, alguna de las 2 saldría herida o peor muerta, y Ale no podía permitir eso. Tomo su cabello con frustración, hace como 2 horas que estaba en la casa siendo cuidado por su hermano Massimo, mientras su padre, su hermano mayor y los Cullen buscaban a su madre, ya que solo Ale sabía que también tenían a Bella.

Fue hacia la mesita de su cuarto y saco el papelito de la dirección que estaba debajo de la foto. Miro a su cuarto como si este le pudiera dar respuesta, su vista recorrió todo el lugar, deteniéndose en su closet, y despues en su mochila, una alocada y grandiosa idea paso por su mente, fue a su closet y saco algo que jamas pensó utilizar pero no le vendría mal en esta situación, de entre la ropa saco una peque caja color negra y la puso en el bolsillo de su pantalón, fue hacia su mochila y saco su libreta donde arranco una hoja y escribió en ella algo que debía ver su hermano Massimo si o si cuando viniera a verlo.

Asegurándose de que eso estuviera en su lugar, puso el papel en su otro bolsillo y fue hasta la ventana por donde salió, a paso cuidadoso y haciendo el menor ruido posible camino hacia llegar a la parte delantera de la casa, donde estaba el auto de su madre, y el de Massimo, no podía tomar ninguno de los 2 porque harían ruido y lo que menos quería era que su hermano se enterar y su plan se fuera por el caño. Dando una voltereta en el aire cayo en el pasto, Ale agradecía los 7 años de gimnasia que tomo de niño ya que ahora sí que le sirvieron. Se aseguró de que su hermano no estuviera en la sala, que para su suerte no estaba asi que salió corriendo para llegar al centro del pueblo que no quedaba muy lejos.

Cuando llego fue hasta la estación de autobuses, pidió un boleto a Port Ángeles, para mala suerte y también buena suerte el camión estaba ahí, estacionado, sin esperar mucho se subió y se fue a donde debían estar su madre y Bella, Ale solo esperaba que estuvieran bien, o todo acabaría mal. Tomo su colgante entre sus manos, debía quitárselo cuando fuera seguro, asi Alices vería a donde iba y lo alcanzarían de inmediato, asegurándose de que nada saliera mal. Luego de algunos minutos, llego a su destino pidió el primer taxi y le dio la dirección, el conductor lo miro raro diciendo que ese lugar estaba cerrado, Ale solo pudo responder que iba por ese lugar no directamente a él, el conductor ya no dijo nada y siguió su camino.

Ale pago el taxi, miro frente a él, el estudio de ballet, era un edificio algo viejo, pero rescatable, había muchas ventanas grandes que iban desde el suelo hasta la mitad de la pared, no tenía pintura y lo único que sobre salía del local era la gran pancarta que tenía el frente. El chico suspiro y se sacó el collar, dejándolo en su bolsillo, camino hacia ese lugar y entro. Había muchos espejos, al fondo una gran puerta de madera color caoba oscura, a un lado de ella habían otras 2 puerta más pequeñas coló caramelo, miro a todos lados percatándose de que no había nadie, ni su madre, o Bella o si quiera los estúpidos vampiros que lo amenazaron. Ale se estaba poniendo ansioso y temía de que se allá equivocado y que ahora su madre y Bella estén en peligro.

Unos aplausos se escucharon por todo el local haciendo una gran eco, el chico miro a todos lados hasta que en uno de los espejos se vio Mateo, quien le sonreía con burla, a los pocos segundos diviso al otro hermano, Enrique, quien estaba recargado en uno de los pilares de lugar, la luz que entraba no dejaba ver su cara ya que le pegaba en la espalda. Se sentía ciertamente desprotegido sin su collar, pero era por una buena razón el no tenerlo puesto debía enfrentar esto sin él, por algo trajo la cajita negra.

PRESA Y CAZADOR [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora