We miss you

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<< Pasaron 2 años, pero no hay día que no lo extrañemos, donde sea que estés, quiero que sepas que honramos tu memoria, yo aun espero que vuelvas, pero se que eso es solo un sueño. 

—Viktor >>



Otro año donde la tumba del "Hombre del Mañana" se llenaba de flores, el mismo había dejado un ramo en la lápida, lo extrañaba, anhelaba volver a verle, pero solo eran sueños, ahora el estaba a cargo de Hextech, había retomado los proyectos inconclusos de su viejo compañero, incluso había revisado los proyectos de mejora que tenía previstos para el subterráneo.

Aun había mucho por hacer, había recibido ayuda por parte de los amigos de Jayce, lo recibieron con agrado, le mostraron paso a paso las cosas que él hacía, pronto aprendió a trabajar en la forja, incluso tomo bajo su tutela a su estudiante.

Amaranthine, había venido por la mañana y prometió regresar, por su parte abandono su idea de la gloriosa evolución, en cambio se aventuro a un negocio de prótesis, así como seguir investigando como prevenir algunas enfermedades en la zona del sumidero.

Su relación con el profesor Heimer eventualmente se recuperó, incluso recibió su apoyo, aun le costaba trabajo lidiar con el consejo, pero agradeció profundamente el apoyo de Reggie Ferros, era un poco mas humano que Albus en ese aspecto.

La vida había cambiado, pero la ausencia era la misma, aquel espacio no dejaba de resultarle enorme, no había renunciado a él por el simple hecho de haberle pertenecido a Jayce, pero admitía que en algún momento debía pasar página.

No se sentía listo para ello.

Aun no quería dejarlo ir.

Su mirada se dirigió a una de las paredes, en ella se encontraba el martillo de mercurio con una placa debajo, "En memoria de Jayce Talis, el Defensor del Mañana", versaban aquellas letras, Caitlyn la había mandado a hacer, si en algún momento decidía conseguirse otro taller posiblemente ese espacio se convertiría en un museo.

También estaba la opción de volver al viejo laboratorio del profesor Heimerdinger en la universidad de Tecmaturgia, pero era algo que aún estaba evaluando.

Negó con ligereza, se sentó a la mesa de trabajo y retomo uno de sus planos, estaba trabajando en un condensador Hex, pronto sería el día del progreso y quería presentar algo nuevo, después de todo ahora él era la cara detrás de la empresa que un día inicio junto a Jayce.

El sonido de la puerta de metal le hizo levantar la mirada y girarse para ver a quién le buscaba, era una figura alta, a juzgar por su apariencia no se encontraba en muy buen estado, probablemente venía de Zaun a buscar ayuda.

— ¿En qué puedo ayudarte?, ¿Necesitas algo? — Su mirada estudio con detenimiento al hombre, llevaba una gabardina con capucha así que era difícil ver su rostro, el brazo derecho era una prótesis del estilo clásico de las fisuras, pronto se puso de pie para acercarse al desconocido.

Sus ojos se abrieron de par en par cuando aquella cubierta cayó revelando su identidad.

— Me dijeron que la persona a cargo de este lugar fabrica muy buenas prótesis, y como verás, la mía esta un poco desgastada, espero que no sea problema, por el pago no te preocupes.

Se había quedado sin habla, simplemente no podía estar sucediendo, frente a él estaba un hombre con el pelo cano, pero perfectamente aseado y peinado, su rostro presentaba algunos cortes, su mirada lucía cansada pero aun conservaba el brillo que siempre la caracterizo, además de esa sonrisa, sus ojos se cristalizaron en el momento en que confirmo que se trataba de él.

Tropezó cuando corrió hacía aquel hombre, pero fue recibido entre aquellos brazos.

— ¿Por qué lloras?, ¿No te hace feliz verme? — Se aparto apenas un poco para golpearle el pecho con el puño — ¡Eres un idiota!, ¿Por qué te apareces hasta ahora?, Creímos que habías muerto, ¿Entonces por qué? — Las lágrimas comenzaron a brotar mientras intentaba aferrarse al pecho del inventor, aun conservaba esa mirada de cachorro que siempre le atormento.

 — No pude hacerlo, estuve en coma por casi 6 meses, Ekko me encontró, estuve con él todo este tiempo, aprendí un par de cosas en el proceso.

Mi recuperación fue lenta, cuando supe que me habían hecho un funeral de verdad me plantee comenzar de 0 con una nueva identidad, no sé, teñirme el pelo o algo, pero no era capaz de hacer las cosas por mi cuenta.

Así que, simplemente me resigné, y aprendí de nuevo, lamento haberte hecho esperar, aunque siendo honesto estoy muy orgulloso de lo que has logrado hasta ahora.



Era imposible gritarle cuando sonreía de esa forma, les hizo sufrir tanto para simplemente volver de la nada y esperar que lo aceptarán de forma natural, le soltó una bofetada, y luego con esa expresión de incertidumbre beso sus labios.

Jayce no entendió del todo lo que sucedía, pero correspondió a esa muestra de afecto sosteniendo la fina cintura del castaño, había esperado por mucho tiempo para poder confesar sus sentimientos, pronto el dolor de su pecho comenzó a disolverse al saber que aún tenía esperanza.

Se apartó lentamente del contrario y pronto se arrodilló ante él.

— Antes de que esto sucediera había algo que siempre quise hacer, no pensé que tendría que ponerme en riesgo de la forma en que lo hice para aceptar cuanto quería estar contigo, te amo Viktor, lo he hecho desde hace mucho.

Así que antes de que suceda algo más, ¿Quieres casarte conmigo? — Del bolsillo de aquella gabardina extrajo una cajita de terciopelo que abrió ante la mirada ambarina de su compañero, un anillo de compromiso con un precioso brillante descansaba en su interior.

Había pensado en la posibilidad de ser rechazado, pero habiendo confesado sus sentimientos pudo notar como aquellas flores comenzaban a disiparse, era un alivió liberarse de esa pesada carga.

Viktor apretó los labios e intento contener sus emociones en un intento inútil por parecer lógico, ya no tenía caso apelar a un orgullo que no le había traído nada bueno.

— Jayce, yo, te ame por mucho tiempo, intente arrancar mis sentimientos solo para entender que es algo inútil, no puedo huir de esto, ya no quiero seguir haciéndolo, el día en que leí tus notas supe que no quería perderte, incluso aunque intenté matarte varias veces.

No puedo estar sin ti, aunque lo parezca, no quiero vivir si no estas tú.

Así que acepto, porque quiero pasar mi vida a tu lado.

Una enorme sonrisa surcó los labios de aquel hombre quién de inmediato extrajo aquel anillo y lo coloco en el dedo anular de la zurda esa que aun era humana, beso el dorso de esta, se puso en pie y beso sus labios.



Asimilar que Jayce estaba vivo no fue difícil para Piltóver, de hecho, muchos se regocijaron con ese hecho, pronto las cosas volvieron lentamente a ser como antes, solo que ahora no estaba por su cuenta, igual que antes Viktor apoyaba a Jayce en cada proyecto, ambos trabajaron en las mejoras de Zaun, crearon nuevos dispositivos, e incluso fundaron su propia escuela particular para los niños del distrito suburbano.

Se casaron en primavera, la noticia colmo los diarios, eventualmente la vida se torno más sencilla para ellos y Jayce prometió no volver a empuñar su martillo de ser absolutamente necesario.

Broken BondsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora