Capítulo 4

25 3 0
                                    


—Taehyungie- Jungkook llamó la atención de su ahora esposo. Taehyung lo miró, somnoliento, pensando sólo en el desastre que habían dejado en la habitación que tendía que limpiar.

—Dime- dio un sorbo a su copa de vino. —¿Por qué tanta frialdad? – Jungkook dijo en un puchero, tomando el rostro de Taehyung mientras lo miraba a los ojos, Taehyung rio divertidamente mostrando sus dientes.

—¡Ya! ¡Hora de dormir! Estás bastante ebrio- quiso levantarse del piso donde ambos chicos estaban tumbados pasando una cálida madrugada entre alcohol y baladas de fondo, pero Jungkook no se lo permitió, si no que de nuevo lo sentó a su lado, atrapándolo entre sus brazos aún sin la capacidad de modular una frase entera o de ponerse de pie por todo el alcohol que había tomado.

—Cariño – dijo el menor con una voz que delataba su estado de ebriedad, Taehyung, en la misma situación, y sin haber soltado aún su copa, lo miró de nuevo a los ojos. —Te amo- terminó Jungkook, la cabeza de Taehyung daba vueltas sobre su propio eje, el precioso chico frente a él lucía como un perfecto desastre, el calor que emanaban sus cuerpos lo envolvía en una preciosa atmósfera y todo parecía ser mejor a cada minuto que avanzaba la noche. —Yo te amo más, Jungkookie- dijo Taehyung frente a su rostro, con un aliento a alcohol que Jungkook pudo percibir gracias a la cercanía de sus rostros, calientes y ruborizados. —Eso... no es verdad – Jungkook luchó para decir mientras la tensión en la habitación se hacía más pesada, en el buen sentido. —¿Ah no? – dijo el rubio. —¿Por qué dices eso?

Aún en el piso, Jungkook como pudo se acomodó encima del mayor, con el deseo de juntar sus labios, y sus respiraciones sintiéndose cada vez más calientes y cercanas. —Si me amaras tanto como dices... estarías arrancándome esta horrible ropa ahora y haciéndomelo como sólo tú sabes-

—¿Ahora? Jungkook, apenas puedes hablar- Taehyung entrecerró los ojos para poder apreciar mejor el rostro de su esposo en medio de su mareo, poniéndose alerta por las palabras de Jungkook que sin duda alguna tenían efecto en él, por supuesto que ver a Jungkook fuera de sus sentidos siendo tan atrevido y provocador, con sus labios pintados de vino y su cuerpo caliente despertaba en él cosas que lo hacían sentir como un completo tonto, deseándolo completamente. Jungkook tenía la misma vista de Taehyung, puede que su estado no le permitiera estar perfectamente cuerdo, pero estaba consciente de su sentir, del deseo que crecía en él al ver a su esposo debajo suyo, con la mirada perdida, su cabello rubio despeinado y la camisa húmeda por el sudor en su cuerpo.

Jungkook le arrebató la copa a Taehyung y bebió el resto del líquido en ella. —Jungkook...- susurró Taehyung en el oído del castaño. —Despiertas tanto en mí-

—¿Entonces qué estás esperando? – Taehyung tomó a Jungkook y con besos y movimientos torpes logró posicionarse de manera en que ahora estaba él encima de Jungkook, quien comenzó a desabotonar su camisa y recorrer el cuerpo de Taehyung con sus manos, en su desesperación sus cuerpos chocaron con todo el desastre que había alrededor, sin percatarse de ello, y ningún tipo de cuidado se movieron hacia los muebles que había cerca, tambaleándose, tumbando algunos cuadros y botellas hasta finalmente dejar caer sus cuerpos en la cama, entre sonidos tan eróticos y deseosos, con la música perfecta de fondo que nunca dejó de sonar. Taehyung recorrió con sus labios el cuerpo escultural de Jungkook y se alejó un momento para alcanzar los preservativos de su cajón, tardando un poco más de lo habitual por su vista que aún seguía nublada por tanto vino. —Amor, ¿quieres ayudarme? – moduló Taehyung sin recibir una respuesta a cambio.

—¿Jungkook? – vio a su esposo recostado, ya con los ojos cerrados. —No puedo creerte que te hayas quedado dormido- Taehyung se acercó al castaño y dio unos pequeños toques en su brazo para terminar verificando que, en efecto, Jungkook se había quedado dormido, y muy probablemente en un sueño muy profundo. El mayor sintió un poco de frustración, pero más que eso, le pareció gracioso el cómo habían sucedido las cosas, así que solamente terminó de quitar las prendas incómodas de su esposo y acomodó su posición para que pudiera descansar bien, y después de ponerse su pijama, se acostó junto a él, ya en completo silencio y oscuridad, le repitió cuanto lo amaba, acarició su rostro angelical y depositó en sus labios muchos besos más, para finalmente descansar junto a él, y esperar la ajetreada mañana siguiente.

Memoir | TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora