secretos

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Camino por el sendero y siento la brisa salada en mi rostro, avanzó unos metros más y me aproximó a mi destinó, regresar aquí es un recordatorio de cuando toda esta pesadilla inicio.

Sobre  la lápida de mármol no hay más que tierra, hojas secas, un ramo de flores ya marchito y unas
rosa rojas que aún mantienes ese vivo color. Coloco el pequeño ramo de gardenias y limpio la superficie,  contempló la tumba y en mi cabeza se forma una maraña de imágenes, de recuerdos que guardo en mi memoria y me permito  derramar unas cuantas lágrimas, las pequeñas gotas saladas caen sobre mis mejillas y terminan el recorrido en mis labios y cuello.

El sonido del celular me hace despertar del transe y me regresa a esta lenta realidad llamada presente. Fijo mi vista en el celular y este se ilumina con número desconocido.

— Dime donde estas. — súplica la persona.

— ¿Estas ahí? — vuelve a hablar el desconocido.

— hmm..., Si.

— Dime donde estas, por favor. — dice a forma de susurro.

Cuelgo la llamada y contempló una última vez el lugar, los cementerios guardan una atmósfera misteriosa que al mismo tiempo se vuelve tétrica y algo triste.
Salgo del lugar y regreso por el mismo camino por el que vine y pienso lo que haré a continuación.

 

Escritos de media nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora