"Sigues aquí" Bestia (Más allá del jardín) y tú - PARTE 2

- Capítulo 3 -

- ¿Be-Bestia? - sorprendida y confundida.

Se giro y se disponía a irse de ese lugar, sin embargo, unas pequeñas manos lo tomaban fuertemente por el brazo.

- ¡No te vayas!, no seas cobarde...- cabizbaja.

- ¿A quién llamas cobarde niña ingenua?...- dejó de forzar su cuerpo al tratar de escapar y se quedo inmóvil.

- Eras tú todo este tiempo...¿por qué...por qué no me dejas ir?- comenzó a sollozar sin soltar su agarre.

No sabía como reaccionar, había pasado un buen tiempo desde que perdió su humanidad, solo por impulso se giró y abrazo suave y firmemente a la joven sin decir una palabra.

- ¿Por qué?...- ocultando su rostro en el pecho de él.

Su mente era un lío, apoyó su mentón en la cabeza de ella con semblante serio en su rostro.

Se separó de él lentamente sin decir una palabra, ni siquiera lo vio a la cara y con desgano se fue a su cuarto.

- Mierda...- frotando su frente- ...madre...

Pasaron las horas y ninguno de los dos se había dirigido la palabra. Rachel por un lado solo lloraba angustiada y "Henry" solo miraba el paisaje fuera de la cabaña, tenía que despejarse de alguna manera, tomó una bocanada de aire y entró nuevamente, para posteriormente sentarse frente a la chimenea.

- Bestia.. - el nombrado ni se inmutó y siguió observando el fuego - si no me sacas de aquí apagaré esto..- mostrando la linterna.

Se dignó a mirar a la muchacha de arriba abajo, para acto seguido levantarse lentamente de su asiento y girar hacia ella.

- Hazlo... - caminó a paso lento donde estaba aquella niña que lo desafiaba. - ...te harías un favor al hacerlo...en realidad a todos...me incluyo..- esta lo analizaba minuciosamente - ...¿qué estás esperando?, ya hazlo...- la joven retrocedía cada vez que él se acercaba.

- ¿Por qué...no puedo hacerlo?- bajo el objeto cabizbaja, algunas lágrimas recorrían sus mejillas.

Ya estando a unos centímetros de ella la observó detenidamente y sin previo aviso una cachetada había recibido por su contraria.

- Sácame de aquí, es una orden.- firme en sus palabras observándolo sin pestañear.

-...- giró su rostro hacía ella y fijó detenidamente su vista en aquel pequeño cuerpo frente a él, no estaba para nada mal.- ¿Eso es todo? - le dio la espalda y volvió a su asiento.

- Eres un maldito...¿¡qué quieres de mí!? - con esto último dicho, camino escaleras arriba y de un golpe cerró la puerta.

- No lo sé Rachel...aún no lo sé...- tocando la mejilla que había recibo el golpe. Sin percatarce, poco a poco el sueño lo había invadido, cada día que pasaba se volvía más humano, todavía no tenía respuestas de cómo o por qué se estaba convirtiendo en esto.
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- Madre, ya volví, no encontré tu perfume favo-...¡MADRE!, ¡NO,NO,NO,NO,NO!, ¡HÁBLAME POR FAVOR!, ¡MAMÁ!

- Las autoridades aún investigan el asesinato de la Señora *****, la mujer más querida del pueblo a dejado una gran tristeza en el corazón de cada persona que la conocía. El único testigo,  un hombre de mediana edad. - la televisión se apagó, el lugar estaba en silencio, la pequeña sala solo contenía a dos detectives y a un sospechoso.

- Dinos hijo, ¿eres nuevo en el pueblo?, nunca te habíamos visto por aquí.- preguntó uno de ellos.

- Era mi madre...- sentado frente a ellos cabizbajo con sus manos apoyadas en la mesa que los separaba.

- Chico, esa no fue la pregunta que te hizo mi compañero. - contestó el detective de rasgos latinos.

- Yo los llamé...busquen al responsable de esto...- impaciente al hablar.

- Joven, usted dice ser el hijo de la señora ****, pero antes de que llegara a este lugar, nunca lo habíamos visto por aquí...¿tal vez usted asesino a--

- Hagan su puto trabajo, no insinúe nada.- sin advertencia se había colocado de pie y como de un muñeco se tratase, agarró por la camisa del cuello al hombre frente a él.

Continuará...